sábado, 30 de octubre de 2010

Día de Muertos: Los comerciantes vivos

Comentario Zeta


Carlos Z. Cadena
Lamentablemente las flores y muchos utensilios cómo adornos y veladoras que se utilizan en el “Día de los Fieles Difuntos”, más popular con el nombre muy nuestro de “Día de muertos”, a celebrarse este lunes y martes, -1 y 2 de noviembre- son los vivos que se aprovechan de esta festividad muy sensible, porqué se trata de recordar a nuestros familiares fallecidos. No hay año que se disparen los precios de manera alarmante, porque saben los comerciantes perversos, que nuestra población -que se encuentra golpeada económicamente- esta urgida de llevar algo a los panteones.

Para estos comerciantes de flores, son los días más ansiados de todo el año, porque duplican y triplican sus ganancias, situación que no ocurre en todo el año. Aunque en los panteones siempre ha reinado el espectro comercial, cómo es el caso de Tapachula, donde los responsables de los departamentos de panteones, aprovechan para vender cualquier pedazo de tierra –aunque a veces con perpetuidad- para enterrar, ya que el “municipal y el Jardín”, son los más requeridos por su enorme tamaño, que ahora en pleno 2010, han quedado a su máxima capacidad de tumbas, y cómo publicó EL ORBE ayer, “ahora hay que saltar tumbas para ubicar a sus familiares en los principales camposantos locales”.

En ciertos países Centroamericanos, increíblemente desde hace cuatro años vienen enseñando una cultura de no comprar flores ni utensilios en ocasión de la celebridad del “Día de muertos”, para evitar gastos innecesarios, y volver ricos a los voraces comerciantes, pero en cambio, les enseñan ir a los panteones pero para dar afecto y estar presente en la tumba de un familiar cómo un “acto recordatorio”, entre los familiares que aún viven, porque aseguran que los muertitos conocen las penurias y sufrimientos de sus familiares vivos, sobre todo en materia económica, y ellos obviamente desde donde se encuentren no querrán pasarle vicisitudes a su parientes terrenales.

Lo cierto es que la misma necesidad económica de estos países, ha originado que se visiten los panteones pero sin llevar flores, porque está demostrado que aparte de los comerciantes voraces que hacen su agosto en noviembre, los que acechan también son los ladrones que se llevan las flores a sus tumbas de sus familiares, o venden los productos, un fenómeno que ocurre en Tapachula y en cualquier parte del país.

Evidentemente cualquier ciudadano esta en completa libertad para llevar lo que considere conveniente a las tumbas de sus familiares, todo en base a sus bolsillos, pero un volumen alto de la población desafortunadamente no pueden comprar docenas de flores que les cuesta más de 100 pesos y aparte sumarle las veladoras que también son encarecidas cómo si fueran veladoras de cera con vestigios de oro y plata. Sin embargo si usted sigue la práctica de asistir a los panteones, pero para recordar y estar presente en las tumbas de sus santos difuntos, júrelo que cuando sus hijos crezcan se tendrá la cultura del ahorro, porque cómo dicen los filósofos de la vida, que en vida las cosas se deben dar a nuestras fa miliares, porque muertos para que.

De todos modos una voz de alerta para los vigías de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), que durante estos próximos días los comerciantes vivos, se aprovecharan deshumanamente de la festividad de los muertos, por lo cual es importante poner en práctica un programa de vigilancia de precios y estar atentos para multar aquellos comerciantes hambreadores.

Operación “huevo con chorizo” de priistas
Ayer otra vez la nota en los desayunadores políticos la dio el simpático Rodulfo Muñoz Campero, quién en su peregrinar de hacer política restaurantera –operación huevo con chorizo, la bautizaron algunos- quién con su estilo peculiar a la antigüita y manipulado por Carlos Pano Becerra, - su titiritero- en su afán de buscar tempranamente la alcaldía de Tapachula por el PRI, tratando de no darle importancia a las críticas de sus compañeros de partido, por la acción que ha tomado, de que es el único autobús que le queda al agricultor de mango, se mandó a comprar tres camisas rojas de esas que se utilizan en el priísmo cuando andan en campaña electorera, y demostrando que le resbaló todo, ahora resulta que al restaurant donde tiene su “operación huevo con chorizo”, se presenta con chompa roja, enorgulleciéndose de su historia dinosáurica en el tricolor.

A ese grado ha caído el político que nació cuando había tranvía en Tapachula, quién no solamente se lleva la sorna y la burla en sus especiales formas de hacer politiquería, sino que también su titiritero Carlos Pano Becerra, quién fue el que le dijo que se comprara las chompas rojas y a qué lugar acudir para hacerse de ellas. Un caso de manipulación extrema cómo esas que presenta Discovery Channel, cuando los líderes de sectas llevan a la inmolación –muerte- a sus admiradores.

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