jueves, 23 de diciembre de 2010

Aristas del caso Diego

Asunto Público
Sergio Stahl
El secuestro con final feliz del prominente político panista Diego Fernández de Cevallos tiene todos los ingredientes necesarios para convertirse en una especie de “novela negra” ilustrativa del caos institucional, la degradación social y la turbiedad política que impera en nuestro País.

El llamado “Jefe Diego” fue mantenido en cautiverio por sus captores durante siete meses y seis días. Durante ese tiempo, un manto de misterio y silencio se tendió en torno al caso. Las autoridades competentes en materia de persecución del delito de secuestro y los medios de comunicación se mantuvieron al margen del asunto a pedido de los familiares del político plagiado.

El hermetismo de las autoridades y el silencio de los medios de comunicación contribuyeron a que en torno al caso se construyeran toda clase de hipótesis y especulaciones. En ese tenor, la hipótesis que cobró mayor fuerza fue la que apuntaba a un plagio con características político-ideológicas realizado por algún grupo guerrillero.

A la postre, la hipótesis de que un grupo guerrillero había sido el autor del plagio del prominente político panista se comprobó cierta en los hechos.

En efecto, los comunicados emitidos por los captores de Fernández de Cevallos antes de liberarlo no dejan lugar a dudas de que los autores del secuestro del panista forman parte de un grupo guerrillero.

Al analizar el contenido de los textos emitidos por los plagiarios del llamado “Jefe Diego” previamente a la liberación del panista no hay margen de dudas en torno a la autoría guerrillera del secuestro.

Al respecto, se trata de un discurso contestatario con resabios ideológicos nacionalistas que remiten a una matriz política similar a la que usaban los grupos guerrilleros mexicanos en la década de los setentas.

Pero lo que más llama la atención en el discurso de los captores de Diego Fernández de Cevallos es la argumentación sui generis que hacen sobre la violencia y la muerte como instrumentos de cambio social y transformación política.

La argumentación sobre la validez de la violencia y la muerte como instrumento de cambio social y transformación política que tejen los secuestradores del llamado “Jefe Diego” resulta novedosa en el contexto de las propuestas ideológicas enarboladas por los grupos guerrilleros tradicionales.

Ese discurso en torno a la violencia y la muerte que esgrimen los captores del político panista cobra relevancia política en un contexto nacional dominado por la barbarie y la carnicería cotidiana que llevan a cabo los grupos criminales a lo largo y ancho del País.

En fin.

LA RESACA: Al saber en qué estarían pensando los diputados de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado cuando se pronunciaron a favor del nombramiento de la primera regidora Flor Coello Trejo como Presidenta Municipal Sustituta de Tuxtla Gutiérrez, pero sin duda que no pensaban en el bienestar de la ciudadanía tuxtleca ni menos aún en el beneficio de la comuna capitalina. Proponer que una señora prepotente, llena de ínfulas, ambiciosa sin límites y carente de méritos políticos y capacidad gubernativa, asuma el mando del Ayuntamiento capitalino así sea por unos cuantos días nomás, es una barbaridad política. Los hechos demostrarán que el nombramiento de Flor Coello Trejo como alcaldesa sustituta de Tuxtla Gutiérrez es un yerro político mayúsculo por parte de los diputados locales que avalan el ungimiento de la regidora por el PVEM. Al tiempo…Y hasta mañana.

DE TAREA: Los siete aspirantes a la dirigencia estatal del PRI ya afilan los cuchillos para sentarse a la mesa y para hacer de la sucesión partidista una verdadera cena de negros. Los distinguidos comensales se van a dar con todo. Al tiempo.

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