En el marco de las fiestas de fin de año, varios políticos se tomaron la foto con el gobernador Juan Sabines Guerrero; de inmediato vinieron las reacciones, las conjeturas, las sospechas e incluso, algunas recriminaciones, fundadas en los actos de los protagonistas. Primero, José Antonio Aguilar Bodegas.
La coincidente llegada de Manuel de la Torre a un cargo irrelevante en un área sin peso específico en las acciones del Ejecutivo, hizo pensar en el reposicionamiento del joseanismo de cara al proceso del 2012. No hubo explicaciones oficiales. Y el caso no pasó a más.
Unos días después, el corrupto tirano Pablo Abner Salazar, se tomó la foto del recuerdo con el mandatario; contrario al trato que los medios le dieron a la gráfica de Josean, sólo un diario la insertó hasta en la página 31 con un escuetísimo pie de foto. Un par de días antes, el sospechoso de haberse quedado con los ciento once mil millones de pesos para los damnificados del huracán “Stan”, hizo circular, casi a fuerzas, una foto y un texto en donde exalta el saludo que logró dar al recién estrenado gobernador de California, también acusado en su país de mal uso del sistema penal.
A la publicación casi secreta de la foto, vinieron las recriminaciones. Justificadas todas. Nueve de cada 10 chiapanecos piden cárcel para el tirano y éste se pavonea en fiestas ajenas, como si no debiera nada en Chiapas. La historia de la foto de Pablo en las fiestas decembrinas, sin embargo, tiene su historia: Mientras otros políticos de renombre son bien vistos por la sociedad, el exdictador es recibido con rechiflas, mentadas y toda clase de maledicencias, todas bien ganadas por él.
Apareció luego en los medios, la foto de salutación de Año Nuevo entre el exgobernador Roberto Albores Guillén y el mandatario en turno, Juan Sabines Guerrero. Buen trato en la prensa; espacios privilegiados. Vino la ira del soberbio, prepotente y corrupto Pablo Abner y, exigió volver a publicar su foto al lado de Sabines en espacios más visibles de la prensa local. No fue mera vanidad; simplemente, no quería pasar desapercibido y quiso mandar un mensaje que con todo, solo mostró su equivocada estrategia. Y además, se exhibió cómo un ególatra hipócrita y sediento de notoriedad.
El meollo de todo esto es la nobleza mostrada por Juan Sabines Guerrero; nadie olvida que, siendo gobernador electo el actual mandatario, fue casi obligado por el exdictador a alejarse de Chiapas. El trato que Pablo Abner dio a su sucesor fue grosero, absurdo, estúpido, torpe. Sabines sin embargo, ha sido generoso, cándido y tolerante.
Contrario a las majaderías que recibió siendo gobernador electo, le ha recibido, le ha tendido la mano, pese a estar cierto que Pablo Abner y su pandilla, han tratado infructuosamente de desacreditar al gobierno sabinista. Hay buscado la manera de desestabilizar, vía Rubén Velásquez, grupos evangélicos y organizaciones campesinas, a muchas comunidades indígenas. Para algunos analistas, la urgencia de Pablo Abner de aparecer en una foto al lado de Sabines, es mandar el mensaje en el sentido que nada debe a los chiapanecos. Equivocación absoluta.
Una cosa es la nobleza del mandatario Sabines y otra, la justicia que, tarde o temprano, habrá de alcanzarle. ¿No le da vergüenza a Pablo buscar la aprobación de quienes antes trató con desdén? Ya solo falta que le pida a Roberto Albores tomarse una foto con él; otra con Librado de la Torre, otra con Arturo López, con Eduardo Montoya, con los damnificados del huracán “Stan”, con los estudiantes de la Mactumactzá, con los directivos de El Orbe… Y una más con las cenizas de don Conrado de la Cruz.
El autismo político de Pablo Abner, es para atacarse de la risa. Busca la aprobación en un pueblo al que atacó ferozmente, al que saqueó, al que subyugó. Y si una foto dice más que mil palabras, anotemos algunas que dicen la forzada foto que hizo publicar hace unos días: cinismo, egolatría, desdén, desvergüenza, descaro, insolencia, impudicia, petulancia, pedantería, soberbia, grosería, orgullo, menosprecio, envanecimiento, desfachatez, estupidez, rapacería…
Tarjetero
*** Ayer, según se confirmó, quedó instalada la última Comisión del Congreso del Estado; la más llamativa, la de Protección Civil. Todo parece indicar que será una comisión muy activa. La de Recursos Hidráulicos, desangelada, apagada. La sola presencia de Serrano Pino, desalentó a los asistentes al Congreso a entrar al salón donde se instaló. Solo un grupito de seis diputados asistieron; los demás, platicando en los pasillos. Y es que Serrano Pino, es algo así como el apestadito de los diputados, por aquello que no dejó buena impresión de su anterior chamba. *** Vale la pena destacar el interés mostrado por Juan Sabines en el tema de los migrantes; personalmente acompañó a la caravana de familiares de los migrantes e incluso, proporcionó transporte para que llegaren a Oaxaca. No soy de los que adulan por adular y a cada rato; lo he dicho siempre: las excesivas adulaciones al gobernador, muchas veces en lugar de ayudarlo, le hacen daño. Pero ésta vez, debo decir con franqueza que está demostrando ser una persona de nobles sentimientos. Siempre lo ha sido, no me queda la menor duda. *** ¿Qué está haciendo la Contraloria? Nada. Su titular, un sujeto prepotente, no ha podido articular una sola acción que merezca la pena. Ya el tiempo nos dará la razón. *** Se inauguró el programa “Caza-Baches”, cuya finalidad es la de tapar todos los hoyos que la estulticia de Jaime Valls no quiso reparar. Buena idea la del recién estrenado alcalde capitalino. Sería bueno que a la par de ese programa, se creara uno para cazar a los malos funcionarios que dejaron sin nada al edificio. Según reportes, se llevaron hasta los botes de basura. El sistema de climatización del edificio, quedó inservible; archiveros, escritorios y computadoras, desaparecieron. ¿No que muy honraditos? *** Luego nos leemos.
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