lunes, 23 de mayo de 2011

¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?

Por. Paco Andrade

Definitivamente hay que hacerlo, no queda de otra, de qué lado nos conviene estar más, de la delincuencia organizada o de las policías que operan en nuestro país, o sea, de lado de los malos o de los un poquito menos malos.

Porque no sé ustedes, pero la desaparición de nueve mil armas de Policías y procuradurías estatales que han desaparecido en lo que va del sexenio, de acuerdo con un informe de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) y que dio cuenta el diario Reforma, sorprende al más bobo.

Son armas para uso exclusivo de las diversas corporaciones policiacas que convergen en las entidades de este país: Equivalen “al 97.36 por ciento del arsenal de la SSP de Chiapas, que cuenta con 9 mil 135 armas; o el 95.48 por ciento del de la SSP de Sinaloa, con 9 mil 315. Es 5 veces el de la SSP de Baja California, compuesto por mil 470”.

Lo malo de este asunto que el Ejército no tiene facultades para investigar esos casos, “por lo que las propias procuradurías estatales levantan el acta o la querella para consignar el robo o el extravío y llevan a cabo las investigaciones”. Imagínense que la institución a cargo de combatir a los malos, no pueda tener injerencia para aclarar este bochornoso caso, qué podemos esperar.

Sólo hay que leer las estadísticas del reporte: “El 78 por ciento del arsenal lo han extraviado o ha sido robado a las Policías estatales y municipales. En el mismo lapso, dependencias federales como la Procuraduría PGR, el Cisen y la SSP federal han reportado 334 de sus armas como faltantes. En total, no se sabe el paradero de 9 mil 228 armas”.

Y para que se le termine de helar el bajo del espinazo: “Entre las unidades extraviadas se encuentran fusiles HK-G3, pistolas ametralladoras MP-5, pistolas HK-P7 M13S, escopetas Tryflyte, revólveres Smith & Wesson .38 y escopetas Mossberg .12. Algunas han sido robadas por grupos de la delincuencia organizada”.

La Sedena sólo está facultada para sancionar a la dependencia que no justifique los faltantes, incluso con la cancelación de la licencia, pero no castiga a los elementos.

Definitivamente que mientras la guerra se da en las calles, dentro de las instituciones impera la corrupción, lo mismo parece que se dedican a tareas policiacas que a defender a los delincuentes, un ejemplo es lo que ocurre con las armas, es un tema muy delicado, es un síntoma más de corrupción", comentaron especialistas. Y agregaron que no existe una capacidad jurídica para investigar el paradero de armas robadas o extraviadas.

Hay que sumar la falta de capacitación, de control sobre las armas, ausencia de un banco de información pone en evidencia la debilidad de una institución.

Aun hay datos sueltos: De acuerdo con datos de la Sedena, el 78 por ciento de las armas extraviadas son de corporaciones policiales municipales y estatales, otro 22 por ciento son de cuerpos de las Procuradurías estatales y el restante, de instituciones de seguridad federales como el CISEN, la PGR y la Policía Federal.

Sin ser fatalistas y extremistas, de quién debemos proteger a nuestras familias; de quién nos debemos cuidar.

O tendremos que usar la máxima del Chapulín Colorado para pedir ayuda: Oh, y ahora, quién podrá defendernos...

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