Por. José Juan Balcázar
El rector de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Roberto Domínguez Castellanos, es de los que no descuida ningún ángulo de su responsabilidad como mero mandamás de la UNICACH y lo mismo está gestionando recursos, convenios para la inserción de egresados al campo laboral, intercambios académicos, investigación científica, promoción de las artes, que sentándose con los trabajadores y académicos no sólo para darles calorcito, sino para llevar la fiesta en paz y darles garantías laborales.
Es un rector de tiempo completo que le ha dado a la UNICACH un vuelco, un cambio de rostro y un lugar destacadísimo en el ámbito académico y de la investigación en el sureste del país, pasando de ser una incipiente universidad a una de las más importantes, más sólidas y con mayor proyección hacia el futuro, cosa que no se logra de la noche a la mañana ni por arte de magia o generación espontánea, sino que requiere de dedicación, empeño, visión y compromiso, tal como lo demuestra Domínguez Castellanos.
Aquellas reservas o reticencias que había cuando se decía que Roberto Domínguez Castellanos podía llegar a la rectoría de la UNICACH o las malas habladas de algunos que negaban su capacidad y experiencia académica, acusándolo de político, han quedado sepultadas por un trabajo más que efectivo y benéfico para la comunidad universitaria unicachense que nunca antes había tenido una movilidad como la que tiene ahora y nunca antes había generado tantas acciones ni crecido en matrícula como ocurre ahora.
El rector Roberto Domínguez Castellanos ha tenido que acallar voces no yendo a justificaciones sino con su trabajo e incluso ha tenido que superar un cáncer para demostrar su capacidad y compromiso, para posicionar a la UNICACH en el lugar preponderante en que ahora se encuentra y que nadie más había logrado, porque jamás se lo propuso, porque jamás quiso o porque simplemente eran incapaces de darle rumbo y aprovechar la confianza y oportunidad de demostrar que era posible construir una gran universidad.
Dicen que ya estaba enterado del pésimo estado del mercado y nunca hizo nada.
Nomás se hizo pendeco, como dice Lupe.
Orlando Gutiérrez Simo, locatario, siempre puso el dedo en la llaga y advirtió de los riesgos y peligros.
Pero nunca lo pelaron.
El incendio le dio la razón en la noche del lunes.
Ahora no hay lugar ni para vender camarón seco y totopo, güero.
La gente se queja que el alcalde de por sí está muy chamuscado y con este incendio quedó peor.
Más tizne al tizne, dicen.
Pues mientras son peras o perones, o los desos de Pepito que están pelones, hay que atender la emergencia.
No pueden dejar a los turulos sin un mercado digno y eso es responsabilidad de David Aguilar.
Lo que pasa es que este alcalde en lugar de atender el changarro anda más preocupado, dice, en la operación polaca.
Al igual que el boca chula Alfredo Lugardo se sienten los operadores de la maestra.
Así como en el PRI Lobas y el zope Boni se hacen los necesarios con Peña Nieto, así David Aguilar y boca chula andan de oficiosos con el PANAL.
Como si nadie supiera que de parte de la maestra y de otros actores con que la maestra hará amarres no quieren verlos ni en pintura.
¿Para qué le hacen al cuento si ya están más quemados que el mercado de Tonalá?
--Hablando de mercados, los que de veras se pasan de lanza, son los pedinches del mercado del norte de San Cristóbal.
Resulta que estos fulanos (de los que Chabel Ancheyta sabe mucho) ahora salen con que son unas almas de la caridad.
Que son unas blancas palomas y están dispuestos “al diálogo, hasta llegar a un acuerdo que nos permita mantener la paz social”.
Uta, es no tener máuser.
¿Cómo se atreven a decir que son gente de paz y quieren dialogar si son ellos los que llegaron a armar desmadre y medio el sábado?
¿A poco no son ellos los que querían amarrar como iguana al nuevo administrador del mercado?
¿No son ellos los responsables que a más de uno se le subiera la presión casi al nivel de infarto?
¿Con qué cara salen ahora a decir que quieren dialogar?
No, pos, está cañón.
--Ya ni la chinga el gobernador de Tamaulipas, Edigio Torre Cantú.
Mientras Tamaulipas se desmadra por la violencia, el gobernador anda con puras mamaditas.
Cuando arrancó su gobierno intentó prohibir las minifaldas y los escotes en las mujeres y, claro, también en uno que otro mampo.
Ahora sale con la jalada que a partir del próximo año va a entrar en vigor un nuevo código que castigará la mirada libidinosa.
¿A poco no es una soberana mamada?
Mientras en ese estado hay enfrentamientos, cientos de asesinatos, el gobernador ande con esas jaladas.
De veras, hay cosas más importantes de las que un gobernante debe ocuparse.
Si alguien quiere andar de minifalda o escote muy su gusto y si alguien le echa una mirada libidinosa a alguien ¿cómo se llega a esa conclusión?
Porque como decía el Piporro: la mirada es muy natural.
No cabe duda que a este gobernador el cargo le cayó de rebote porque no tiene la menor idea de qué pictes hace ahí.
--Que siempre no, que el debate previsto para el 17 de octubre en Chiapas entre Peña Nieto y Beltrones ya no se realizará.
Que ahora se hará en Campeche, el mismo día, a la misma hora.
Y hacen bien porque los oficiosos ya andaban haciendo cuentas alegres para quedar bien.
Estaban alistando matracas, inventando porras y demás para hacerse los graciosos.
¡Hoyo, bache, boquete, todos vamos con el del Copete!
Pero se van a quedar con las ganas, a menos que se echen el viaje a Campeche.
--La mentada Maricarmen Yáñez, de la dirección de administración del CRAE, sigue en las andadas.
No se amilana ni porque le llegan rumores que al caer Perla cae ella.
O tal vez por eso le está pegando con todo al presupuesto, para estar blindada de caerle el peso de la justicia.
Lo increíble es que denuncias van y denuncias vienen y como si nada, tan campante como siempre.
Es más, el director del CRAE es un monigote al que ella le va y le viene y ni caso le hace.
Para ella es como la caca de loro, que ni hiede ni huele.
Ella dispone a su antojo y conveniencia y todos se cuadran.
Peores cosas se verán, dice La Biblia.
--A propósito de pasados oscuros y nebulosos, al que acaban de entambar es a Manuel Miranda Rodas.
Ya está en El Amate guardadito.
Es acusado del bono de fin de sexenio que se otorgaron en el gobierno anterior.
Miranda era uno de los más activos que pertenecieron al gobierno pasado.
Andaba desde entonces muy sobradito.
Lo más seguro es que jamás pensó que un día iba a estar tras las rejas y entre los muros de El Amate.
--El alcalde que anda en chinga loca sacando la chamba, es el de Ocosingo, Arturo Zúñiga.
Se ha dedicado a gestionar recursos y a trabajar en beneficio de su municipio.
Obviamente hay los malosos que le quieren echar a perder el ritmo de trabajo, pero nada lo detiene.
Hay personajes del pasado que le ponen piedritas en el camino, pero sigue adelante.
La pavimentación de calles, los apoyos al campo, la seguridad, el impulso al desarrollo, son temas cotidianos.
Aquel municipio olvidado, manoseado y mal gobernado es ahora uno de los municipios mejor posicionados.
La capacidad de gestión y la eficacia en el ejercicio de gobierno de Arturo Zúñiga están rindiendo frutos.
--Otro alcalde que está innovando en la forma de gobernar, es Guillermo Toledo Moguel, de Cintalapa.
De la serie de barbaridades que cometía la burra zarca a su paso por la alcaldía nitu, ahora las cosas han cambiado radicalmente.
Hay un gobierno municipal que tiene dirección y que tiene muy claro hacia dónde va.
No hay improvisación ni vaciladas, lo que hay son proyectos viables y rentables.
Por ejemplo, acaban de inaugurar dos centros turísticos que en otros tiempos eras impensables.
Con la visión del alcalde y el apoyo del gobierno se están generando acciones de desarrollo y bienestar.
Memo Toledo está dejando huella y estableciendo un antes y un después en Cintalapa.
Y eso, claro, tiene recompensas políticas, además de reconocimientos de los gobernados.
Hay que darle tiempo al tiempo y ver de qué lado masca la iguana.
--AVISO INOPORTUNO.
A los que andan pensando hacerse la jarocha, mejor que vayan a canjear su pistolita por enseres domésticos o una computadora.
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