martes, 22 de noviembre de 2011

Acá entre Nos

Por. Alejandro Moguel 
Las cúpulas del PRI están otra vez tropezando y con la misma piedra: la imposición, surgida a partir de sus propios intereses, y el desdén hacia su militancia y sus cuadros políticos surgidos éstos con base en su propio esfuerzo. 

Quieren repetir errores de ese tipo, a pesar que, en gran parte, eso influyó para que el tricolor fuera perdiendo territorio poco a poco, empezando con municipios, luego Estados completos y en el 2000 la presidencia de la República, con Chiapas de ribete. 

Y vaya que su militancia ha sido generosa. Le ha permitido conservar y, en algunos casos rescatar entidades federativas, a grado tal que ahora, a partir del domingo 13 Noviembre de 2011, haya veinte Estados –contando a Michoacán, recientemente recuperada después de tres sexenios de gobiernos perredistas-. 
En Chiapas las cosas han sido peores. 

El presidente Ernesto Zedillo, el gobernador Roberto Albores Guillén y sus dirigentes partidistas de aquellas fechas traicionaron a su candidato a la gubernatura de Chiapas Sami David en el 2000 y permitieron que aquí perdieran todo: gubernatura y presidencia de la República. 

Y otros personajes, traidores a los principios de su partido, como Roger Grajales González, autor de aquella famosa frase: “soy del PRI pero voy con Pablo”, contribuyeron en gran parte a la debacle priista en ese año y las posteriores elecciones locales, en una de las cuales el propio Roger fue coordinador estatal de las alianzas partidistas adversarias al propio PRI. 

El mismo comportamiento se extendió hasta el 2006, cuando en primer término la misma cúpula priista le negó la candidatura a Juan Sabines Guerrero y, por si fuera poco, después sus propios dirigentes le dieron la espalda a su candidato José Antonio Aguilar Bodegas y así fueron enterrando al priismo chiapaneco hasta reducirlo a tercer lugar en índices de votaciones, un hecho histórico porque, según palabras del propio Salazar, en Chiapas nadie podía meterse con el PRI y con las religiones. 

Tienen la oportunidad ahora de reivindicarse para dar oportunidad a sus propios cuadros, que han luchado, crecido y respetado los principios ideológicos del tricolor para ir escalando posiciones y llegar a representarlo en sitios privilegiados, como lo es la gubernatura del Estado. 

De lo contrario, es casi seguro que el tricolor volverá a ubicarse en el tercer lugar de las votaciones del 2012. 

Aunque parezca disco rayado, su única oportunidad es hoy: renovarse o morir.
ARMANDO CORTÉS, EN FACEBOOK 

“Acabo de platicar con el delegado general del CEN del PRI Héctor René García Quiñonez y con el presidente del CDE Roberto Albores Gleason y (ellos) me garantizan que la Coalición con el Verde no da la candidatura de gobernador a Manuel Velasco Coello y que eso lo decidiremos en el Consejo Político Estatal. 

“Bastantes problemas nos representa que Elba Esther pusiera a su hija en la antesala de la gubernatura del 2018 como pusimos al Güero en el 2006, como para darle al Verde la gubernatura. 

“Eso enterraría al PRI para siempre, pues Elba, para proyectar y acompañar el proyecto de su hija Mónica y Manuel para fortalecer su gobernabilidad, se repartirían los 118 ayuntamientos y las 41 diputaciones del Congreso Local, dejando a los priistas, verdes y desleales las sobras. 

“Sería una condena de extinción para el PRI y una tragedia para Chiapas en poder de la voracidad, la frivolidad y la impericia. “Tenemos que juntar a los aspirantes del PRI y acordar en el CPE, 1: que el candidato a la gubernatura saldrá del PRI, 2: que se harán encuestas por empresas acordadas por ellos mismos para que en abril sea nombrado candidato al que esté mejor posicionado, 3: que la alianza con el Verde será parcial y que solo irán a la cabeza en los ayuntamientos donde son gobierno, y todas las diputaciones de mayoría y pluris serán del PRI”. 

Eso contó, al medio día de ayer, en su cuenta de Factbook, el presidente de la Fundación Colosio en Chiapas, Armando Cortés Rueda. 

Eso, a propósito de la polémica generada a nivel nacional y estatal, en torno a la evidente pretensión de los dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de imponer al senador Manuel Velasco Coello para encabezar la coalición PRI-PVEM, como candidato a la gubernatura de Chiapas para las elecciones del 2012, un acto que estaría afectando en forma directa a otros personajes que sí son priistas, que han sudado la frente y con un reconocido trabajo dentro del propio tricolor.

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