Los Chimalapas y Suchiate: El Chiapas mexicano
Por. Carlos Z Cadena
Al pie del Tacaná, Cacahoatán, por dignidad.
Oficio histórico de colección
Por. Carlos Z Cadena
Desde nuestros tiempos de estudiantes de la Escuela de Derecho -hoy Facultad- en San Cristóbal de las Casas, el problema de Los Chimalapas se ha escuchado siempre, que no es más que un conflicto de límites entre Chiapas y Oaxaca, pero que dentro de la legalidad histórica, efectivamente cuando los chiapanecos decidimos federarnos a México, dentro del llamado pacto federal, se hizo por toda la geografía estatal, sin embargo, en Oaxaca se ha contagiado ancestralmente que el territorio de Los Chimalapas les pertenece, lo cual es totalmente falso, pero desde hace mucho tiempo también el Gobierno Federal, lamentablemente con aquella pomposa Secretaría de la Reforma Agraria, no hizo absolutamente nada para resolver el problema, por lo que cada determinado tiempo se convierte en una lucha moral entre chiapanecos y oaxaqueños, originándose discusiones, palizas y enfrentamientos, que obviamente no conducen a nada, al contrario, el fantasma de la tragedia ronda en esta zona limítrofe entre ambos Estados en los que hasta ahora, ha sido muy benevolente la disputa estéril.
No obstante en el 2005, un yerro mayúsculo se entromete cuando en el Censo de Población y Vivienda, más de una decena de comunidades que pertenecen al municipio de Cintalapa, increíblemente pasan a formar parte del Estado de Oaxaca (Cintalapa es el municipio que hace frontera con Oaxaca donde justamente se encuentran Los Chimalapas), fenómeno que generó más belicosidad, ocasionando presagios de posibles enfrentamientos con resultados funestos, nuevamente aparece en escena el exgobernador Pablo Salazar y no hace absolutamente nada por remediar el asunto, su interés decía, eran los ciudadanos golpeados por el “Stan”, cuya historia ya todo mundo la conoce en cómo terminó con el pueblo damnificado: los defraudó y saqueó.
Estamos para concluir el sexenio del presidente Felipe Calderón y a pesar de que Chiapas tiene la certeza de la legalidad histórica, no se le ha hecho justicia con Los Chimalapas, como tampoco se le ha respondido con la pérdida de su territorio en el municipio de Suchiate, que increíblemente el problema de las lluvias ha hecho que cada año, se pierda territorialidad y geografía, sin que la CONAGUA y la Secretaría de Relaciones Exteriores actúen de manera ágil y responsable para darle una solución al problema que ya ocasionó un enfrentamiento entre mexicanos y guatemaltecos, y esto sí sería un problema internacional.
Tan importante es la región de Los Chimalapas como importante es la región fronteriza del municipio de Suchiate, porque curiosamente ambas regiones marcaron la territorialidad histórica del Chiapas mexicano, la primer región para señalar el territorio entre Chiapas y Oaxaca; y el Suchiate, para señalar el territorio entre México y Guatemala a través del Chiapas que orgullosamente pidió ser mexicano, un 14 de Septiembre de 1824, en un acto de democracia pura del pueblo.
Lo más controvertido, es que son ya más de mil hectáreas de tierras nacionales que se han perdido en esta frontera, y ojalá ahora que entre el nuevo presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina el próximo mes de enero, lo primero que haga el Gobierno Federal calderonista, sea atender esta problemática binacional, porque ahora no existe “un traidor Santa Ana”, que sería el vendedor de México del Sur, sino que son los fenómenos naturales que hacen perdediza extensiones grandes de territorio nacional.
Y en el fondo, es territorio chiapaneco el que se pierde y son inmensamente tierras productivas.
Chimalapas y Suchiate, Suchiate y Chimalapas, deben de resolverse este sexenio, y en mucho nos podría ayudar Felipe Calderón, sobre todo que es un Presidente de la República que conoció de joven estas tierras fronterizas.
Aquí fue donde dio su primer discurso panista, en sus años juveniles. Chiapas requiere del apoyo federal y no se le debe regatear.
Al pie del Tacaná, Cacahoatán, por dignidad.
Con decoro y dignidad, en Chiapas se da un paso trascendental de su gente, cuando formalmente el Ayuntamiento de Cacahoatán, se convierte en el primero en la historia de Chiapas en declararse en resistencia de pago a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por lo que cuerpo de gobierno y Alcalde, hizo la notificación formal a la paraestatal, para que pase a su Tesorería Municipal a pagar el impuesto por uso de suelo de cada poste, torre o base estructural que se encuentre instalada en toda la geografía de ese municipio.
Al mismo tiempo, el gobernador Sabines advertía que no existen condiciones para una nueva hidroeléctrica en la entidad, hasta que los chiapanecos conozcamos de los beneficios que tendría su construcción, operación y tarifas preferenciales al Estado que produce más energía hidroeléctrica en todo México.
Según trascendió que Cacahoatán, como municipio, le requiere a la CFE el pago de un adeudo, de acuerdo a las leyes vigentes en México, de Chiapas y de los relativos a los gobiernos municipales, por lo cual el área jurídica municipal, prepara el cobro de los últimos 70 años conforme a los registros que se tienen desde que la dependencia cobra ese servicio a usuarios y autoridades locales.
El presidente Jesús Castillo Milla, a través de un oficio histórico, el número 425/2011, señala que es su responsabilidad, en representación de miles de ciudadanos, vigilar la correcta aplicación de los servicios en general y en beneficio colectivo, “cuidando en todo momento las formas de operación ilegales, temerarias y absurdas de las empresas paraestatales que se asientan y ejecutan sus acciones sin el pago de un derecho en ese municipio”.
En el documento, el alcalde le señala a la dependencia, que realiza sus actividades mediante irregularidades, “que no dan certeza y seguridad jurídica en el quehacer de los servicios que prestan, sin tomar consideración que las acciones que cada día realizan, generan un enorme menoscabo en el patrimonio de los intereses colectivos de Cacahoatán” (Sic, EL ORBE).
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