Conjura contra Chiapas: La estrategia Pablista
Por Carlos Z. Cadena
Es indignante que todavía se siga viendo a Chiapas cómo un “laboratorio de conejillo de Indias”, al querer pretender que un grupo de senadores y hasta un exgobernador de Michoacán –totalmente satanizado por presunción de narcotráfico en su entidad- hagan bulla y escandalo a través primero de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y después trasladarse a Chiapas, para engañar con el petate del muerto, a todos los mexicanos, que el exgobernador Pablo Salazar Mendiguchía, es un preso político y que por lo tanto debe de ser liberado cuanto antes, dejando a un lado el imperio de la ley y trastocando todo de eso que llaman justicia, cuando justamente es en este gobierno federal Calderonista donde más se ha legislado para que no haya más impunidad en México, el verdadero cáncer que le ha hecho mal al país y que lo tiene sumido en la bancarrota social y económica.
Solamente para que México entero, se dé cuenta de la clase de bribón y sátrapa que fue el exgobernador Pablo Salazar, (actualmente investigado por el caso de los Pablobonos, las muertes de los niños de Comitán y la persecución política a exfuncionarios estatales Alboristas), sólo basta recordar la persecución y atentados a su vida que hubo en contra del propio titular de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, en el mismo sexenio de Salazar, el ex-ombudsman Pedro Raúl López Hernández, quien por no prestarse a las voluntades y caprichos del señor Salazar Mendiguchía, empezó una de los hostigamientos y acorralamientos más severos en contra de un titular estatal de los derechos humanos en toda la República Mexicana, donde no solamente se inventaron averiguaciones previas, sino que su casa fue balaceada, dañada y pintarrajeada, además fue perseguido y sacado de la carretera varias veces, y tiroteado para infundirle miedo. Fue la tiranía donde nació esa frase propia de los gobiernos fascistas de “Encierro, destierro o entierro”.
Sí al titular de los Derechos Humanos en Chiapas, Pedro Raúl López Hernández, le hicieron toda esta histórica persecución intimidatoria, plenamente comprobada en diarios y revistas nacionales y en varios amparos legales que le ganaron al gobernante mesiánico, que esperar de lo que le hicieron a los propietarios de Cuarto Poder y el periódico EL ORBE, donde aparte de que fueron perseguidos, amenazados y golpeados, otros perdieron la vida por defender con dignidad desde el extranjero la libertad de expresión de Chiapas. Pocos saben las penas y sufrimientos de la Familia Zamora Cruz y la familia de la Cruz Morales, en favor de los que no tenían voces en el sexenio del terror y el saqueo, porque todavía hay muchas asignaturas pendientes que siguen en el misterio, cómo los presupuestos que se gastaron en todo el sexenio en materia de protección civil y salud, además del caso de los damnificados de Stan, que siguen clamando absoluta justicia.
La misma Asociación Mexicana de Editores de Periódicos (AME) declaró públicamente a Pablo Salazar, “Enemigo número uno de la libertad de expresión en México”, una declaración histórica que nunca se había hecho en el país, sobre este importante ingrediente de la democracia, y que debería de “restregársele” en la cara a los senadores belicosos y compinches de Pablo Salazar, cómo Rubén Velázquez López, José Luis García, Carlos Sotelo, el controversial exgobernador de Michoacán Leonel Godoy, quienes con el hijo del exgobernador de nombre también Pablo Salazar López, han venido montando toda una estrategia –asesorado por Salazar Mendiguchía- para utilizar las siglas de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que desde antes del 17 de Noviembre del 2009, fecha que entrego el todavía sospechoso José Luis Soberanes Fernández, el exgobernador Pablo Salazar, se jactaba de ser un entrañable amigo de Soberanes Fernández, que dejó esa encomienda nacional en la más completa imagen desdibujada y satanizada de la que todavía se habla, y que no debería de prestarse el propio Ombudsman actual Raúl Plascencia Villanueva , del que Salazar también lo implora cómo su amigo.
Soberanes Fernández en su calidad de Ombudsman Nacional y Raúl Plascencia Villanueva en calidad de visitador general de la CNDH, fueron una inseparable pareja que vinieron a Chiapas, a “turistear” un sinfín de veces por invitación de Pablo Salazar, por eso alcanza mayúscula incertidumbre de que Plascencia Villanueva, se esté prestando a intereses aviesos con los Senadores fuereños y el hijo de Pablo Salazar, para conjurar en contra de Chiapas, pretendiendo dejar libre al sátrapa exgobernador, con patrocinio también de los Chuchos Jesús Ortega y Carlos Navarrete, dos Perredistas que fueron empleados en todo el sexenio de Salazar.
La Secretaría de Gobernación, debería de investigar esta “treta de complicidades” entre los Chuchos, Ortega y Navarrete con los senadores del PRD, José Luis García, Carlos Sotelo y el exgobernador de Michoacán, Leonel Godoy, porque hablar de Rubén Velázquez, ya sabemos que fue parte clave del sexenio del terror y el saqueo. Porque si hay ligas entre los Perredistas del Pabliato y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, entonces habrá que preocuparnos porque entonces nos encontramos ante un destino nacional incierto con la directriz de Raúl Plascencia Villanueva, al frente del máximo órgano de los derechos humanos en nuestro territorio nacional.
No fue la prensa de Chiapas, ni los grupos de los anteriores gobernadores, fue un Pablista Mauricio Gándara Gallardo, exsecretario de Seguridad Pública Estatal, que acusó a Salazar el 23 de enero del 2011 y lo dibujo excepcionalmente de cómo fue su sexenio y gobierno: “Hoy debe decírtelo públicamente que eras tú y sólo tú el Secretario de Seguridad Pública, cómo a su vez eras el Presidente del Tribunal de Justicia o el gran Legislador o dirigente de los partidos políticos sometidos a tu voluntad”. En otras palabras lo acusó de ser un “dictador de pacotilla”. Aquí está todo el meollo del asunto. ¿Qué dirá la CNDH y los Senadores del PRD?.
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