Por. Fidel Omar Escamilla
Director. Diario del Sur
Director. Diario del Sur
Me dirijo a ustedes por este medio porque no hallo otra forma de hacerlo. Ustedes, son un par de pillos con suerte. Sí, con mucha suerte porque están en el paraíso que siempre soñaron, en una ciudad insegura, sin vigilancia policíaca ni estrategias para prevenir actos delictivos; el pan de cada día de ustedes.
Se escudan en la falta de capacidad de la autoridad, que con todo y su moderna policía investigadora, no ha podido dar con ustedes.
Se escudan en la ineficacia de las Secretarías de Seguridad Pública estatal y municipal, donde sus mandos no saben implementar operativos que puedan dar con gente que anda armada en la calle, en motocicletas sin placas y todavía sin casco y además, andan de a dos. Qué descaro el de ustedes que cometen tres violaciones a la ley, pero la autoridad no lo ve.
Ah, qué policía tan de ojos ciegos ¿verdad? Y pues ustedes muy gustosos, lo sé, son gente sin escrúpulos que no se tienta el alma para cortar cartucho, para jalar el gatillo, arrebatar un bolso, arrancar una cadena o atacar a alguien en desventaja, a alguien desarmado. Los quisiera ver sin una escuadra en la mano y sin una motocicleta para huir.
Ayer, me tocó la mala suerte -quiero pensar que así fue-, de encontrármelos o mejor dicho, de que me encontraran en la puerta de mis oficinas, el periódico Diario del Sur. En menos de diez segundos, se bajaron de una motocicleta y con mano temblorosa me cortaron cartucho. Al los once segundos, ya me habían despojado de una cadena y un pulso y se estaban encaminando en plena huída. Un policía no había en cuadras a la redonda.
Mala suerte la mía y buena suerte la de ustedes. Les digo, están en el paraíso. Son el Adán y la Eva de su Edén y nosotros, los ciudadanos, las víctimas de este infierno que se llama Tapachula.
Ayer fue a mí. Antier, supe que la mala suerte también les tocó a cuatro empresarios de la ciudad que fueron asaltados en sus oficinas. No sé si fueron ustedes, pero los que lo hicieron, también son suertudos.
Aquí, los de la mala suerte somos los ciudadanos, los que nos dedicamos a trabajar, la gente honesta. Los ladrones andan impunemente "trabajando"; ojalá en su caso sea para el sustento de sus familias debido a la falta de oportunidades de trabajo en esta frontera sur.
Espero que no sea para beber alcohol y drogarse, como la mayoría de quienes delinquen lo hacen. Para ustedes es dinero fácil, se lo beben, fuman y acaban, al fin, están en el paraíso que siempre soñaron.
Sólo les pido algo: no quiten una vida, ustedes no saben si su víctima es padre o madre de familia. No saben quién quedará sin sustento en su hogar. Si ustedes son infelices, no hagan infeliz a alguien más.
Y les pido eso, porque no sé si la policía logrará dar con su paradero. Me han dicho que lo harán, eso ya es asunto de ustedes y de la autoridad, del gato y el ratón.
Hoy, les digo, temo por mi vida, la de los reporteros del periódico, la del personal administrativo y la de la gente que todos los días tiene que venir al centro de Tapachula por cuestiones de trabajo.
Casualmente somos dos periodistas asaltados en las puertas de Diario del Sur. Hago responsable de lo que me pase a mí y a cualquier ciudadano, a los altos mandos policíacos.
A ustedes, mis mejores deseos, no les tengo rencor. Que lo que se llevaron, les sirva para algo bueno. Saludos
Omar Escamilla
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