Las desapariciones
Por. Romeo Ortega
El Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas, hizo a México una recomendación muy delicada al pedir el establecimiento de un mecanismo efectivo para la continuación de las investigaciones de desapariciones forzadas. Se supone que esas desapariciones se cometieron en el periodo que cubre el final de la década de 1960, hasta principio de la década de 1980.
Expertos de la ONU sostienen que las desapariciones perpetradas en el pasado son una asignatura en el presente porque se trata de un delito de carácter continuado, es decir, no está sujeto a prescripción.
El documento de la ONU sugiere transferir los archivos de ese período de la Secretaría de la Defensa Nacional al Archivo General de la Nación, garantizar el libre acceso del público y sistematizar el ingreso a todos los archivos de la extinta Dirección Federal de Seguridad y de la Fiscalía Especial.
También recomienda revelar los nombres de aquellas personas que participaron en actos de desaparición forzada de acuerdo con datos que obran en la Comisión Nacional de Derechos Humanos. El informe fue elaborado por Jasminka Dzumhur de Bosnia y Herzegovina, Ariel Dulitzky de Argentina y Osman El Haijé de Líbano durante la visita que hicieron a México del 18 al 31 de marzo de 2011.
Sostiene el informe que durante el período conocido como "la guerra sucia" que habiéndose iniciado en la década de 1960 hasta principios de la década de 1980, "las fuerzas de seguridad llevaron a cabo una política de represión sistemática contra estudiantes, indígenas, campesinos, activistas sociales y cualquier sospechoso de ser parte de un movimiento de oposición".
Hubo en efecto un período así llamado, la guerra sucia que fue de represión muy acentuada con total violación a los derechos humanos. En esa época no existía ninguna institución abocada a la defensa de los derechos humanos como ahora existe la Comisión Nacional y los Organismos No gubernamentales que han sentado verdaderos precedentes en la defensa de esos derechos. Las facultades de la CNDH se han ido ampliando conforme transcurre el tiempo y es ahora una institución tan respetable que sus recomendaciones se atienden y quien no lo hace, se atiene a las consecuencias previstas en la ley. Hasta el Congreso avala la autoridad de la CNDH y hasta le otorgó facultades para realizar investigaciones para someter a la ley a los infractores.
Aquella guerra sucia debió desaparecer a muchas personas de las que hasta la fecha solo se sabe que están desaparecidas, como el hijo de doña Rosario Ibarra de Piedra. Se presume que están muertas pero por no aparecer nunca el cuerpo victimado, se les da la calidad de desaparecidos albergando la inútil esperanza de que se encuentren vivos.
La siniestra Dirección Federal de Seguridad ya desaparecida, tiene en su haber muchas de esas desapariciones y uno de los individuos más denostados y señalado es Miguel Nasar Haro, quien murió recientemente. Fue encarcelado, pero su edad avanzada hizo que se le concediera la reclusión domiciliaria. Allí en su domicilio pasó buen tiempo cautivo, hasta que la fatalidad lo retiró de este mundo. Se fue sin saldar muchas cuentas.
Ahora ¿a quién perseguir? Seguramente varios de esos responsables también ya perecieron y se fueron impunes. Con la Dirección Federal de Seguridad también desaparecieron los que algo o mucho debían de pagar por las desapariciones, porque fue mucho el tiempo en que se les puso al margen de la ley.
Cierto son delitos continuos pero no se puede juzgar como presuntos responsables ni siquiera en el ámbito moral, a quienes han ejercido el gobierno a partir del nuevo siglo. Los que antecedieron, sin tener responsabilidad directa, si pueden ser encubridores por no dedicarse de lleno a la investigación porque es un hecho incuestionable que la guerra sucia se desató en la época de los gobiernos del PRI.
Esa guerra sucia terminó a principios de 1980 pero dejó secuelas de dolor y de impunidad. Si el actual gobierno tiene que investigar y poner a disposición de la opinión pública archivos secretos por siniestros, que lo haga aunque no se augura que tenga el menor éxito en esas investigaciones, el tiempo se llevó a las víctimas y a los responsables los que ya no podrán hablar ni dar testimonio de nada. El juicio ahora es de la historia.
COLOFON.- Luis Armando Melgar Bravo hace un llamado a todos los chiapanecos y a los ciudadanos de entidades vecinas para que visiten la Feria Internacional de Tapachula y conozcan los atractivos culturales, gastronómicos, artísticos y agroindustriales que allí se presentan y que son extraordinarios en los cincuenta años que tiene la Feria de vigencia. La FIT, tal como expresa Melgar Bravo, como tradición que ya es en la región, une y fortalece las relaciones de los pueblos y su gente además de que es un buen ambiente de esparcimiento y recreación. Melgar tiene una visión muy definida de lo que es el turismo que no ha cesado de impulsar en la región de la costa, allí donde los electores están sólidamente unidos para otorgarle el voto para que represente a Chiapas con la dignidad como lo ha hecho a través de su desenvolvimiento social y político.
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