DISCUSIONES EN LAS CÁMARAS ¿O TALK SHOWS?
Por Ronay González
Cuando veo que en las cámaras nuestros legisladores se desgarran las vestiduras, se ofenden unos a otros, se agreden incluso físicamente, me pregunto ¿qué hacen cuando se encuentran en un evento? Por ejemplo en la boda del hijo de algún político, pues claro que se saludan, charlan, diría yo que hasta se quieren harto.
¿Es realmente en estas discusiones donde se determina el rumbo de las cosas? No será como esas teorías que afirman que el destino de todos nosotros ya está determinado y que sólo estamos aquí para cumplirlo, mucho me temo, queridos lectores, que los grandes temas ya fueron discutidos antes, entre las cúpulas, y no a mentadas y manotazos, si no con los más finos cognacs, habanos cubanos, de esos que sólo disfruta Fidel (Castro); con risas, chistes, entre cuates pues, lo demás, no es más que mera pantalla.
Yo aún tengo mis serias, serias dudas sobre las reformas que se están cocinando a velocidad rayo, y todas importantes: la educativa, la política, la hacendaria, la energética; nada más y nada menos que el futuro de este país es el que está en juego, casi nada, aunque nos siga importando más si realmente murió Jenni Rivera.
Así, tenemos a una ya “Lady” Sansores, que sacó desde lo más profundo de su pecho, una célebre frase que seguramente dará la vuelta un rato en las redes sociales, pero que no va a pasar de ahí, del espectáculo, del escándalo, de las risas ¿y? ¿con estos actos nos queda claro lo que realmente pretende la reforma energética? ¿Abona con ello a que los mexicanos defendamos al único ingreso que nos mantiene más o menos vivos como país si está realmente en riesgo? Mucho me temo que no.
Nuestros legisladores no quisieron ni siquiera mencionar el que se redujera el número de diputados y senadores, el que se eliminara a los pluris, sí en cambio le dieron la torre al IFE, que no es que sea muy bueno insisto, pero nos va a salir carísisisisimo cambiarle el nombre a la misma gata.
¿Para qué queremos a tanto actorcillo ahí, y de los malos pa’ acabarla? Si las decisiones las toma una décima parte, pos mejor hay que mantener sólo a esa parte y sirve que los podemos vigilar más de cerquita.
Ante estas situaciones sigo sintiendo que no soy más que un espectador, porque mi diputado ni me explica, ni me pregunta, mucho menos me representa cuando vota, y si de casualidad parece defender alguna causa buena para mí, no es más que una ilusión auditiva, porque realmente las decisiones ya están tomadas.
Sé que la política se trata de eso, de negociar, de convencer, se saber cuándo retroceder un poco por un beneficio mayor, pero se supone que con un solo objetivo: mejorar las condiciones de vida de los gobernados, no el de preservar el status de la clase política, tal como lo han venido haciendo.
No hagan cosas a las que les llaman buenas, pero que no lo son, dejar fuera al Sindicato de Pemex del Consejo de Administración de la Paraestatal no significa transparencia de los recursos que recibe, no significa que sus líderes van a dejar de darse vida de jeques árabes, fue sólo un pequeño movimiento para crear la ilusión de que se tiene el ojo puesto sobre este sindicato; ustedes y ¡nosotros! Sabemos que no es cierto, entonces ¿a quién pretenden engañar?
Ahora estoy en la disyuntiva de cuál es el peor momento televisivo que he visto: Laura en América, Cosas de la Vida, Casos de la Vida, o el canal del Congreso. ¿Usted por cuál vota?
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