DESEMPLEO CRÓNICO
Por Ronay González
El desempleo es como una enfermedad que carcome a las sociedades de cualquier parte del planeta, a últimas fechas pareciera que nadie está exento, ni las grandes economías ni las que a eso aspiran.
Países considerados como ricos están preocupados por este problema, que es origen de muchos otros. Si “la banda” no tiene chamba, la familia paga las consecuencias en primer término, luego la economía local, porque al no haber varo no compran, los primeros que lo recienten son los comercios locales, y tarde o temprano todos.
Un desempleo de elevada duración, añadido al cierre de las oportunidades dentro del mercado laboral (o a las pésimas condiciones de contratación), fomenta las actividades irregulares, pareciera es lo único que queda para poder llevar el sustento a los hogares, y dije irregulares, no ilegales, porque eso de robar para comer, ya no existe.
Pero además, hay segmentos de la población que la tienen más complicada, el mercado laboral excluye, de forma cruel, a las personas que soplan las cincuenta velas en el pastel, a veces desde las 40; según datos, pueden pasar hasta dos años y estas personas no encuentran trabajo.
Hasta los pensionados, que se supone ya trabajaron toda una vida para poder vivir una vejez decente, tienen que entrar a las listas de los miles que buscan un empleo porque lo que reciben no les alcanza.
Otra realidad es la de las personas que tienen mucho tiempo de estar trabajando en empleos que no les dan ninguna garantía: ni seguridad social, ni prestaciones, ni condiciones mínimas para trabajar. En los mercados, empleadas domésticas, trabajadores eventuales en pequeños negocios, cargadores, acomodadores de carros, incluso a últimas fechas se ha visto en Tapachula un fenómeno que nos da una idea de lo que está pasando: personas que se ponen a rellenar baches para que los automovilistas les regalen una moneda.
A finales del año pasado la Delegada del trabajo en Tapachula, Aida Flores, mencionaba algunos datos que nos deberían poner a pensar a todos, pero sobre todo a las instancias que tienen que motivar la creación de empleos, y a las instituciones que se supone ven por la seguridad de los trabajadores: el crecimiento del desempleo entre jóvenes y adultos mayores fue del 70%.
Esta parte de la población es la que anda por ahí buscando qué hacer, en qué trabajar; algunos de plano ya mejor esperan a ver qué les da la Cruzada Nacional contra el Hambre, otros se ponen a vender lo que sea y como sea; pero la mayoría, tendrá que seguir en el intento, y sería muy interesante conocer de parte de todos los órganos de gobierno qué se piensa hacer, cuál es la estrategia, cuántos van a dejar ese calvario este año, si será la mitad, solo un diez por ciento ¿cuál es la apuesta? Porque suelen lavarse las manos con la danza de los números, pero la realidad es que hay familias en serios aprietos y nadie parece hacer nada en concreto.
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