IDEAS PACHECAS
Por Ronay González
De chavito me enseñaron que la marihuana era mala, aunque creo que era menos común que hoy día, de hecho tengo amigos y conocidos que la consumen y son muy buenas personas, así es que la cannabis no te hace demonio; yo mismo la he tenido enfrente en varias ocasiones pero siempre he preferido abstenerme, no es algo que llame mi atención.
Las drogas, cualquiera, las legales y las que no lo son, te llevan a un mundo ficticio, que pareciera mejor que éste, en el que prefieres estar, el problema es que muchos ya no regresan.
Su consumo en México es más común de lo que imaginamos, hablamos de 12 de cada 100, la mayor parte la consume desde los 18 años, aunque la edad va disminuyendo en promedio dos años por década, a ver hasta dónde llegamos.
En el Distrito Federal, por ejemplo, hay por lo menos 46 mil almas que conocen en promedio 6 puntos de venta; el 30% usa las narco-tienditas y el 17% la pide por teléfono, sin embargo la cosa no queda ahí, así como en el supermercado, en donde acabas llevándote cosas que ni necesitas pero que estaban de “oferta”, así muchas veces una “inocente” compra de hierba para un cigarrito, abre la puerta para que el sujeto acabe consumiendo muchas otras sustancias, por mucho, más peligrosas que la marihuana.
Por ahora en ese oscuro terreno, son los delincuentes los que marcan los precios y las condiciones de venta, así que tampoco es descabellado pensar que si se les quita ese control de las manos, se les va el negocio y podría ya no interesarles distribuir marihuana, se dedicarían al resto de la amplia gama que manejan.
Claro que entonces estaría latente el riesgo de que quienes se habían detenido a comprarla por tratarse de un asunto clandestino e ilegal, opten por volverse consumidores. Amén de que en una de esas los cárteles se “molesten” por reducirles las ventas y se pongan más locos.
No sé si nosotros como mexicanos estamos preparados para la legalización de la marihuana, por ejemplo, porque curiosamente nos han causado más problemas las drogas legales: el alcohol y el tabaco.
En varias partes del mundo este enervante es legal, uno de los más recientes en legalizarla: el estado de Colorado en Estados Unidos, fue la euforia, hasta fiesta le hicieron al primer comprador.
Aquello de que “la legalización de la mariguana es un triunfo de las libertades” creo que cae en la exageración, por supuesto que cada individuo es libre de hacer con su vida lo que mejor le parezca, siempre y cuando no dañe a otros, y es ahí donde no estaría tan seguro de que la marihuana se encuentre en este caso, porque claro que si un individuo no está completamente lúcido y consciente de dónde está o qué hace, puede hacerle daño a muchas personas y poner en riesgo a otras tantas, pero insisto, lo mismo pasa con el alcohol, entonces habría que dar el beneficio de la duda y estudiar con lupa cómo le va a las sociedades que han optado por esta propuesta.
Una periodista del estado de Denver preguntó a Art Way, director de la Drug Policy Alliance, en Colorado, qué había pasado tras la entrada en vigor de la ley que permitía, en un acto que parecía casi increíble, acabar con la prohibición de la cannabis para poder venderla, como cualquier producto, en una tienda. Su respuesta fue muy clara: nada. “El cielo no se cayó”. Días más tarde, Art Way escribió en una editorial para CNN: “Colorado está guiando al país hacia una nueva manera de regular la marihuana”.
Los NO absolutos no creo que sean buenos, las sociedades cambian y este asunto de las drogas se está volviendo un verdadero dolor de cabeza para los mexicanos, ahora resulta que nuestra seguridad y tranquilidad dependen de que los cárteles nos dejen vivir en paz, eso no es justo, las respuestas del Estado han dejado mucho qué desear, cuando no es en el norte, es en el sur, en occidente, pareciera que nuestro país baila al son que le toquen los traficantes de drogas, así que bienvenida cualquier idea, pacheca o no pacheca, ya sea que se trate de legalización o de cualquier otra cosa, pero urge, porque nos están amolando a todos, y ellos tienen un mundo alterno al cual “volar” con todo lo que se introducen en el cuerpo, pero yo y usted, y muchos otros, sólo tenemos la realidad.
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