viernes, 11 de abril de 2014

CONFINES


Ni a quien irle 


POR. José Juan Balcázar

En el PRD, una vez celebrada la asamblea nacional que determinó la renovación de la dirigencia nacional y los comités estatales, se desataron los demonios entre quien se siente el elegido y los que, viniendo de una etapa de imposiciones y protagonistas de esa historia, ahora salen con la bandera de la democracia, la autonomía, la dignidad y al saber cuántas virtudes más que, claro, no tienen ni profesan ni han enarbolado sino hasta ahora que sienten que se las dejarán ir en la elección interna partidista. 

Esta fábula de todos contra uno, o una, más que significar una expresión de independencia y decoro, es una acción desesperada para subirse a un tren en el que todavía no han sido llamados, ni lo serán, como dice don Teofilito, en el entendido que durante los gobiernos de Pablo y Sabines tuvieron su momento de gloria, de estar en la mamazón y de gozar las mieles del poder, de solazarse en el dominio, de incluso aprovecharse de los otros y de imponer su voluntad o la del patrón en turno, como ha sido siempre. 

Ahora, la denuncia es la pretensión de imponer a uno como ellos que, fiel a la tradición de asirse al poder, está al acecho, como si una sola voluntad pudiera más que las miles de voluntades que, se supone, los denunciantes representan, los apoyan e irán hasta el fin del mundo para defender una soberanía partidista, esa que ellos, los del frente contra la imposición, no respetaron en su momento y contribuyeron a socavarla y a ponerla al mejor postor hasta que sintieron que ya no eran ellos los beneficiarios.

Siendo el PRD un partido de izquierda, con una dirigencia nacional decente a pesar de ser representada por la corriente de los chuchos, no habría de qué preocuparse, pues los derechos de elegir de cada militante está a salvo, a menos que Zambrano o Navarrete, ya en funciones de mercante del PRD, perdón, de dirigente nacional, pongan a la venta la dirigencia estatal y se la cedan a quien pague más. Entonces, la pregunta es ¿quién en Chiapas puede pagar más y quién puede hacer ese tipo de negocio? 

--Con eso que hay una campaña publicitaria abierta, obviamente de los autorizados, ya cualquiera quiere sacar su propaganda y mostrar su carota a la gente. 

Es el caso del subsecretario de Transporte en San Cristóbal, Hugo Pérez, que había mandado a poner espectaculares. 

¿A cuenta de qué? 

¿Con qué pretensiones? 

Pero no contaba que en una de esas idas a San Cristóbal, el que decide quién sí y quién no pone esa publicidad, iba a verla. 

La orden fue tajante: los bajan ahorita. 

Hasta ahí llegó la propaganda de Hugo Pérez que ya se había mandado a hacer su publicidad verde. 

Con más facha de Javier Duarte que de auténtico coleto, Hugo Pérez ya se sentía en la antesala de una candidatura. 

¿Con permiso de quién? 

No cabe duda que hay algunos que no entienden que si se rentan como empleados, deben apechugar. 

El que decide el destino electoral no son ellos, sino el patrón. 

Así funciona esto. 

No entenderlo o hacerse el que no entiende, sólo pone en riesgo la chambita que tienen. 

Y este fulano de Hugo Pérez no es una perita en dulce o una monedita de oro. 

Uta, si está en esa posición es porque dios es muy grande y Manuel Velasco en exceso generoso y tolerante. 

Además, en lugar de cumplir con su encomienda de ordenar el transporte en Los Altos, se ha dedicado a armar desmother y medio. 

Es quien organiza las invasiones y quien coordina la toma de oficinas y demás movilizaciones contra la autoridad municipal. 

Lo mismo organiza la invasión de mercados públicos que la invasión de reservas ecológicas. 

Luego, haciéndose el chingón, ofrece su intermediación para resolver los conflictos. 

Es la estrategia desgastada que puso en marcha en Chiapas Uriel Jarquin, en los tiempos de Ruiz Ferro. 

Quizá funcionó en aquellos sagrados tiempos en que los de León Villard llegaron a Chiapas y encabezaron las rebeliones convenidas. 

Ahora no, ahora las condiciones han cambiado. 

Y si este Hugo Pérez quiere pasarse de listo, pues de seguro ya lo tienen bien medidito y le tienen su guardadito. 

Pero todo es al calor de las ambiciones políticas. 

--La afirmación del secretario de gobierno de que no se regularizarán las invasiones en Montes Azules, es más que plausible. 

Obviamente está hablando de las invasiones recientes, no las que se asentaron hace 50 años. 

La biosfera de los Montes Azules es una zona protegida y como tal debe seguir. 

Las invasiones en nombre de la pobreza o la lucha social, pues tiene su lógica, pero no deben atentar contra un patrimonio de la humanidad. 

Además, estas invasiones tienen promotores ajenos a las comunidades cuyas intenciones no son necesariamente agrarias. 

Obviamente, desde la secretaría de gobierno no ignoran las condiciones, las filiaciones y los intereses de estas invasiones. 

Y si hay una declaración en ese sentido es porque ya tienen calculados los alcances y efectos de tal decisión. 

Que nadie se llame, pues, sorprendido o que no sabía a lo que se exponía al alentar o realizar una invasión. 

Y esa posición de no permitir ni mucho menos regularizar invasiones, debe ser permanente y para todas las regiones del estado. 

--¿Y en qué habrá acabado el argüende del líder estatal del Pongosh que noqueó a una mujer policía de Tapachula? 

¿Hasta ahí va a quedar el asunto? 

¿En pura denuncia mediática? 

¿Y el respeto a las mujeres? 

¿Y el empoderamiento de la mujer? 

¿Y la ética y la formación política de este sabinista que se quedó como regenteador del Pongosh? 

¿Ontán los valores humanos, los sentimientos, la decencia de este fulano? 

¿A cambio de qué llegó el silencio de la mujer golpeada? 

¿Hubo o no hubo arreglo? 

¿En lo legal no va a haber ninguna consecuencia? 

¿En lo partidista no va a haber proceso de honor y justicia o ni honor ni justicia tiene el Pongosh? 

Pues va siendo hora que Víctor Moguel diga qué fin tuvo este affaire en que madreó a la mujer policía por ir en defensa de su cunca de farra. 

Aunque algunos dicen que si no cumplió con el acuerdo de dejar la regiduría de Tapachula, menos que cumpla con otras cosas. 

No, pos, está más que claro la catadura del líder del Pongosh y la calidad de ese partido. 

--¿Adivinen a quién van a mandar al parque Amikúu para protagonizar la serie La isla de la fantasía? 

Una vez que dicho parque fue dejado a su suerte y los animales a punto de morir fueron rescatados, se dice que se aprovechará el parque. 

Una de las ideas que se tiene es que un secretario del gabinete, cuya secretaría no sirve para una chingada, sea aprovechado para esa nueva serie. 

Bien podría representar el papel de Tatú para que grite ¡El avión, jefe, el avión! 

La neta estaría chido que se hiciera esa serie en ese parque que está en el Cañón del Sumidero. 

Ojalá se echen el tiro de entrarle. 

Aunque sea una miniserie en el canal 10 que hagan. 

--Ahora resulta que hay una campaña contra Diego Valera porque le tienen envidia y es muy chingón. 

Ni lo uno ni lo otro. 

Si no quiere explicar lo del aeropuerto de Monterrey, entonces que explique por qué no fue el sábado al cumpleaños de su jefe. 

Fue el único secretario que faltó y se notó su ausencia. 

Se notó no porque sea muy importante su presencia, sino porque apenas estaba en su apogeo lo del argüende de los 10 mil dólares. 

¿Se debió a eso la inasistencia? 

¿Tenía alguna otra cosa más importante qué hacer que ir a la fiesta de su jefe político? 

¿O le vale una pura y dos con sal esas fiestas y por eso no fue? 

Uta, por lo menos a levantar la caca del Palomo hubiera ido. 

--Dicen que en una reciente encuesta levantada en Tuxtla salieron unos resultados muy escabrosos. 

A la pregunta de qué perro recuerda usted con mayor frescura, no crea que respondieron mayoritariamente Yassir o algo así. 

Nel pastel, ese ni a chucho llega. 

En primer lugar salió Laica, la chucha que fue a la luna; enseguida Lisie, el chucho de la serie de televisión, y en tercer lugar Lola, la chucha del chaquis. 

¿Entrará Lola a la competencia electoral en Tuxtla para el próximo año? 

Es que todavía está en la memoria el despliegue exagerado e inmoral de Lola para localizarla, pues se había perdido. 

Con decir que ninguno de los que ahora se promueven tiene tantos espectaculares y propaganda de la que tuvo Lola. 

Esa campaña perruna estuvo más perra que las que ahora se realizan. 

Ya no se diga el dineral que gastó el chaquis en pagar todos pendones, espectaculares y demás publicidad. 

Y todo para que la pinche chucha regresara solita a su casa después de una semana de andar de putilinga entre la perrada. 


--AVISO INOPORTUNO. 

Este confinero, aunque non santo, se pinta de colores toda la semana santa y regresa hasta la próxima semana. Son días de guardar y de aguardar.

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