LA CONOCIDA HISTORIA DE “HUICHA DOMÍNGUEZ”
Por Ronay González
¿Conoce usted la historia del llamado “Huicho Domínguez”? No sabe cómo me gustaría saber que prefirió leer un libro en lugar de desperdiciar una hora de su vida viendo desvaríos, sin embargo, este personaje logró traspasar la imagen televisiva y se convirtió en un referente.
Resulta que el Huicho era un obrero de clase baja, inculto, machista, mujeriego, y obtiene el premio mayor de la Lotería Nacional; sueño de todos. Con ese dinero se compra una mansión de lujo, misma que llena de ostentosos objetos, lógicamente de muy mal gusto y comienza a hacer desvarío tras desvarío con el dinero.
¿Le suena la historia? Aquí en Tapachula tenemos nuestra propia Huicha; no se sacó la lotería con un boleto, se la sacó con una curul, fue su pase a las alturas y ya perdió piso, bueno primero perdió amigos, seguidores, el tiempo dirá qué más.
A la diputada Rosario Vázquez, mejor conocida como “Chayito”, ahora la “Huichita”, le sucedió algo similar, ella era vendedora en el mercado, una actividad tan honrada y decente como cualquier otra con la que se busque salir adelante sin hacerle daño a nadie.
Hay que reconocerle a la señora que tonta no es y que se le da eso de ser líder, aunque en estos tiempos ya no baste con eso, la competencia es muy fuerte en cualquier ámbito y hay que prepararse si se quiere triunfar; no lo hizo, no lo hace.
Para bien y para mal (bien para ella, mal para sus “representados”) como del cielo le cayó una curul y tal cual si hubiera sido un libro de filosofía, no supo qué hacer, ya casi se va y aún no lo sabe.
Su trabajo legislativo deja mucho qué desear, pues independientemente de que es difícil saber qué hace cada uno de nuestros flamantes diputados porque en la página oficial del Congreso de Chiapas no se desglosa el trabajo de cada uno (lo cual por cierto sería una excelente herramienta para que los ciudadanos tuviéramos elementos para apoyar o no las acciones de un político), no se ha sabido de una iniciativa que realmente ayude al progreso de la zona Costa Soconusco del Estado, o a un sector de la población chiapaneca.
La “Huichita tapachulteca”, tal como el “Huicho” original, sólo piensa en seguir escalando en el erario público, aspiración normal en cualquier político, pero ella que viene de abajo, que conoce las necesidades de cerca, tendría que saber mejor que muchos cómo ayudar al desarrollo de los ciudadanos, pero actúa igual que los que ni idea tienen de cómo vive el grueso de la población.
Desde su pedestal se dedica a mirar, a cobrar, claro, y parece que ahora le ha entrado a la onda del marketing político, pero insistimos, no es con ocurrencias graciosas como se llega, ya sabemos que el dinero le sobra, que el costo de espectaculares con su respectiva sesión de foto shop, ya sabe, para quitar, poner, cortar, pegar, es uno de los lujos que se puede dar, pero ¿y el trabajo?
En Internet no encontré cuál fue el fin del “Huicho” en su novela ¿lo habrán perdido sus desvaríos? ¿la falta de planeación a futuro lo dejó tal como estaba o peor? ¿entre sus delirios a quiénes se llevó entre “las patas”? Tiene tarea la diputada Rosario Vázquez.
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