Urge una Cruzada Estatal a favor de la Lectura.
Por. Víctor M. Cruz Roque
vmcruzroque@hotmail.com
La inauguración del Centro Cultural “Balún Canán” y la librería del Fondo de Cultura Económica “José Emilio Pacheco” en el seno de la UNACH, en Tuxtla Gutiérrez, son espacios de invaluable valor cultural y educativo, que necesariamente poseen implicaciones que deben orientar al gobierno para darle seguimiento y crear esquemas de integralidad en la promoción, difusión y fortalecimiento de actividades relacionadas a los propósitos por los cuales se crearon esos recintos ofertados como referentes a nivel nacional. De lo contrario, éstos se sumarán a los muchos “elefantes blancos”, o espacios inservibles que se crearon en otros tiempos y que al paso del tiempo denudan su disfuncionalidad.
Tenemos que decir las cosas por su nombre y afrontar la realidad imperante. Difícil aceptarla, pero es un buen punto de partida.
Reconocimiento a MVC.
Es de reconocerse el interés y los apoyos institucionales otorgados por el gobierno de Manuel Velasco Coello en la materia. En la presente administración estatal se están cimentando las bases sólidas para avanzar en estos rubros, y no hay mejor escenario que hacerlo en el seno de la Universidad pública más importante del estado, misma que promovió el ex gobernador Manuel Velasco Suárez hace cuarenta años.
La creación de éste Centro Cultural y la librería del FCE de manera particular; en general los impulsos que se le está dando a la educación en todos los niveles y modalidades, exigen que se revisen las políticas públicas en la materia y para ello están convocadas todas las dependencias que directamente tienen que ver con este campo: las universidades públicas y privadas; la Secretaría de Educación; el Instituto de Educación para los Adultos; la delegación del CONAFE; los subsistemas como el Colegio de Bachilleres de Chiapas; el CECYTECH; el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, los ayuntamientos etc., etc.
La propuesta es impulsar una Cruzada Estatal a favor de la Lectura, con acciones transversales que permitan el rediseño de la participación social en éste ámbito de formación educativa, con especial énfasis en la adopción de nuevas actitudes favorables a esta actividad formativa y que posee concordancias con los nuevos esquemas nacionales producto de las reformas en la materia, específicamente en el ámbito de las competencias.. La pregunta es, ¿Quién asume la iniciativa?
La realidad se impone.
Los gobiernos nuestro país, desde siempre, han sido en omisos y apáticos para la promoción de la lectura. Por razones explicables, no se han planificado políticas serias y concordantes con la realidad. Aún cuando ha disminuido el analfabetismo, no se ha forjado ese hábito, máxime si los avances científicos y tecnológicos se han colocado en el epicentro de la atención de todos, principalmente los medios electrónicos y el uso del internet que ha propiciado el consumismo de uso para fines estrictamente comerciales. En términos socioeconómicos, a pesar de que el 70% de la población posee un estatus de pobreza y un número considerable en pobreza extrema, el 95% de ese porcentaje “se recrea” con la televisión.
De acuerdo a cifras de la UNESCO, México se localiza, en un universo de más de 100 países estudiados, en uno de los últimos lugares de consumo de lecturas. En promedio los mexicanos solamente consumen menos de tres libros al año, lo cual es abismalmente inferior al número de horas que se le dedica a la televisión, y sobre esta cifra, la mayor parte del tiempo se ocupa en programas que no abonan al incremento de su acervo cultural ni educativo.
Más aún, según la Encuesta Nacional e Lectura efectuada en el 2012, sólo 4 de cada 10 personas leen en México, lo que en promedio resulta decepcionante ya que el tipo de literatura no posee sustento educacional.
Se estima que el 48% de los jóvenes nunca han visitado una biblioteca; mientras que el 98% de ese mismo sector social ha frecuentado centros donde se expenden bebidas alcohólicas, por lo que en números comparativos entre ambos espacios, existe una sala de lectura por cada 60 centros donde se fomenta el vicio de las bebidas embriagantes.
Esta realidad es denominativa en todo el territorio nacional y obviamente Chiapas no es la excepción.
Cruzada Estatal a favor de la Lectura.
Por todas las consideraciones expuestas, la idea de quien esto escribe es generar acciones y campañas de difusión y promoción de la lectura, que por la naturaleza de las funciones que posee debe ser promovida y coordinada por la Secretaría de Educación del Gobierno estatal.
Cierto: se han hecho experimentos aislados en diferentes momentos pero todos han fracasado porque no se le han dado seguimiento y han sido especies de impulsos eventuales relacionados más con afanes de protagonismo y sin sustento.
En algunas ciudades del estado como en Tuxtla Gutiérrez, Tapachula y San Cristóbal de Las Casas, todavía se pueden observar módulos instalados en parques y plazas públicas. Ahí están, abandonados y sin que a nadie le interese rescatarlos y lo peor, nadie sabe exactamente cuáles son sus razones de ser.
Lo mismo sucede con las llamadas Ferias de Libros, que eventualmente organiza el Consejo Nacional para las Culturas y las Artes y su correspondiente a nivel estatal, el CONECULTA, que por cierto carece de estrategias diseñadas especialmente dedicadas a la promoción de la lectura.
Los programas editoriales y la edición de libros, cuyo producto quedan guarecidos en archivos y bodegas es una práctica común. Se editan libros que nadie lee, y terminan empolvados en cualquier lugar, menos en las bibliotecas que son escasamente visitadas por los usuarios.
Sería interesante que la Secretaría de Educación hiciera un estudio para saber en cuantas escuelas de todos los niveles existen bibliotecas básicas.
Los resultados son imaginados, y sí, esa es la realidad.
APUNTES.
2 de octubre: las horas que vienen.
La respuesta no puede ser más cínica e irresponsable: el presidente municipal de Iguala, Guerrero, asegura que en su momento no se enteró de los actos de violencia donde perdieron la vida dos estudiantes de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa. “No supe de enfrentamientos, estaba en un baile”, sostuvo muy orondo el edil al ser interrogado por los medios de comunicación.
Con el transcurrir de las horas, crece la indignación popular y se acrecienta la zozobra respecto a dónde se encuentran los 57 jóvenes que permanecen en calidad de desaparecidos. Se teme lo peor y por ello, todos los cuerpos de seguridad e inteligencia del Estado, se encuentran abocados a dar con el paradero de los estudiantes, mientras que las Escuelas Normales Rurales del país, los centros vocacionales, escuelas e institutos adherentes al Politécnico Nacional, así como maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, universitarios de casi todo el país, sindicatos independientes y organizaciones sociales diversas, preparan la que sería la manifestación pública más nutrida de los últimos tiempos, con la cual se recordará la masacre de Tlatelolco 68.
Los acontecimientos suscitados en Guerrero y la reacción de los estudiantes politécnicos ante lo que consideran una embestida gubernamental para cambiar los planes y programas de estudios de la segunda institución más importante del país, han propiciado que se genere un efecto concatenado de protestas estudiantiles en varias entidades de la República.
Mucho cuidado deberán tener los gobiernos federal y de los estados para hacer frente a esta irrupción popular que amenaza con desbordar los ánimos y convertirse en una vorágine violenta de inimaginables proporciones.
Es todo, gracias.
Sígame en twitter: @victormanuelcru
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