PROTESTITS
Por Ronay González
Hace unas líneas les comentaba que era de llamar la atención el que por ejemplo, un ciudadano ejemplar de Tapachula como Abelino Becerra, anduviera haciéndole segunda a los arguenderos que quieren que se les dé santo y seña de los proyectos que se están realizando.
Sé que la burra no era arisca y que normalmente no se cumple con los tiempos, las especificaciones, estoy consciente de ello, pero el hacer sólo bulla tampoco nos da grandes beneficios. Qué diferente sería si desde un principio las cámaras, los empresarios, unidos, organizados, solicitaran todo eso, se firmaran acuerdos, pero regularmente al principio lo único que les interesa es la foto de su carita sonriente junto a las autoridades a la hora de los banderazos; después, la foto que les interesa es la de ellos, con su jeta enojada, pidiendo explicaciones, no importa para qué, lo que importa es la foto.
Recuerdo que algo similar pasó en la administración pasada con el programa Calles para Siempre, de igual forma se molestaron, gritaron, dijeron que la economía iba a colapsar y no dudo que hubiera algunos daños, pero se les apoyó, aunque ya por puro gusto digan que no, y cuando llegaron los beneficios se volvieron a esconder como los topos.
Se opusieron a la apertura del Cefereso con uñas y dientes, recolectaron firmas, hicieron reuniones, ruedas de presa, lanzaban comentarios todo donde podían, buscaron espacios, hipótesis explicadas, documentos, hasta a las lágrimas llegaron, recuerde aquella empresaria que salió con lentes a declarar que la región se acabaría, parecía que el mundo conspiraba contra nosotros.
Por cierto, el Cefereso YA FUNCIONA y nosotros acá seguimos, no ha causado más problemas ni se ha muerto nadie por su culpa; si somos optimistas algunos hoteles y servicios se han visto beneficiados por los abogados que llegan a ver a los “hospedados”.
Son prácticamente los mismos de siempre (los que protestaron por las calles, por el Cefereso, por la lluvia…), los que ahora se quejan por las centrales, sin propuesta alguna, buscando, además de reflectores, algún beneficio propio.
¿Quieren que les cuente el final? Aunque de hecho usted también ya se lo sabe, lo sabemos todos, es la misma novela dramática de siempre, y como siempre, cuando la Central esté terminada no los volveremos a ver, hasta el próximo proyecto claro.
Es una lástima, no se unen para lo que deben, para apoyar el crecimiento de este municipio, de la economía de la región, eso sí les da flojera, para eso sí tienen miles de pretextos, pero no se trate de jorobar y salir a cuadro porque aparecen toditos y hasta de la mano, ya les conocemos todos sus pucheros, todas sus caras, menos una, la más importante, la del amor por su tierra.
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