MÁS VALE BUENO POR CONOCER
Por Ronay González
Estos políticos no dejan de sorprenderme, ahora salió un ocurrente gobernador a decir que quisiera ser el Porfirio Díaz remasterizado de nuestros tiempos. Quién es o qué ha hecho es lo de menos, supongamos que ha realizado más o menos bien su chamba, supongamos que ha logrado algún avance en su estado ¿valdría la pena?
Aquí no creo que aplique el dicho ese de “malo por conocido”, de por sí el poder es un mal vicio, tenemos a cientos de vividores que nomás andan brincando de un puesto a otro con tal de no dejar de vivir del presupuesto, son alcaldes, luego legisladores locales, diputados federales, senadores, gobernadores, luego otra vez diputados y así, ahora se imagina si les damos permiso para que sigan en la misma silla por los años que se les ocurran, sería el suicidio.
Dice el señor ese que es “por vocación”, que le encanta el servicio público, a quién no, si anduviera en las comunidades más marginadas, luchando con la gente por salir adelante, si comiera como ellos, viviera como ellos, si se tuviera que tronar los dedos para que le alcanzara lo que gana, claro que le aplaudiría, eso sería vocación, pero no, el “servicio público” es un buen sueldo sin hacer prácticamente nada, recursos para que se vaya a comer todos los días si se le da la gana en los mejores restaurantes, viáticos para que en “representación del estado” paseé en dónde se le ocurra, trato preferente para lo que sea y en donde sea; tendríamos que ser masoquistas para no afirmar lo mismo.
Va más allá y dice que no hay otro trabajo “que dé tanta satisfacción como la política”, permítame contradecirlo, hay miles de personas que realmente trabajan, se esfuerzan, que se les va la vida en ello y lo más importante: que no viven a costa de los demás y por el contrario los ayudan ¿o estaría igual de contento si ganara el sueldo mínimo, tuviera que ir a una institución pública cuando se enferma y viajara en combi?
¡Ay señores ocurrentes! Creo que son tantas las sandeces que dicen que ya hasta pasan desapercibidas, lo único que logran es “enmuinarnos” como decían las sabias señoras de blancos cabellos.
Dicen que la reelección sería la varita mágica que haría que los gobernantes trabajaran bien con tal de ganarse otro período de “premio”, yo digo que sería la soga que nos ahorcaría a todos, quien quiere hacer las cosas bien las hace desde el primero y hasta el último día, cosa que por cierto no hacen porque todos son chapulines especializados y no bien terminan un encargo cuando ya andan peleando por el otro, por “amor” al pueblo claro, a su dinero mejor dicho.
Ojalá no nos empiecen a engatusar otra vez con esa idea, mejor sigan especializando un método para que podamos quitarles el poder desde el primer año de gobierno, eso sí nos ayudaría, no sé bien cómo sin que salga caro, pero yo sería feliz si cada año pudiera darle el sí o el no a los que dicen que nos gobiernan y representas, yo sí prefiero al “bueno por conocer que al malo conocido”.
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