FOTO. Excavaciones del INAH |
QUÉ SE PUEDE HACER CON UN MONTÓN DE PIEDRAS
Por Ronay González
Hace algunos años cuando andaba ilusionado con que el fin del mundo empezaría en Izapa, un montón de gente se puso las pilas y valió queque todo. La plebe se emocionó al grado que hasta un reloj pusieron en el parque Bicentenario y a diario crecían los rumores de que los espacios estaban siendo vendidos a determinadas personas macucas para que tuvieran un lugar premier en el en palco cuando el universo conspirara contra nosotros y de una vez por todas se alineara lo que ha estado desaliñado desde su creación.
Todo iba de maravilla hasta que, para no variar, metió su cuchara el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y simplemente a todo (pero a todo) dijo: NO, igualito que dice cuando se les pregunta si hay presupuesto o acciones próximas y concretas para la zona arqueológica de Izapa; de hecho creo que fueron los que le dijeron a el universo que no explotara y que se quedara como se quedó.
Ni hicieron ni dejaron hacer ¡ah! pero no les pregunte a los estiraditos responsables del INAH sobre Palenque porque se saben hasta cuantas piedras conforman los templos, hasta los nombres de los vendedores ambulantes que están en esta zona conocen, pero si les preguntas sobre Izapa, los imberbes no saben, o lo poco que conocen lo confunden, dijera la filosofa de Xochiltepec, lo que mejor les sale es hacerse como el Tío Lolo, mensos solos.
No le dieron importancia al trabajo que aquí se organizó, estorbaron a más no poder, desacreditaron las investigaciones de personas que han estudiado este lugar por toda una vida, cosa que ellos no han hecho más que durante dos páginas de un libro probablemente.
La pregunta es ¿qué quieren de Izapa? Porque resulta que nada tiene validez para ellos, pero tampoco dicen nada. Que nos digan por qué existe Izapa y por qué es o no importante, que nos den material para lucir a los turistas o de plano para que mejor tiremos todo y hagamos un campo de beisbol ahí.
Ya les hicieron el trabajo, sólo bastaría con que mostraran un poco de humildad, sólo un poco y se acercaran a personas como Garth Norman y lo que a él le ha tomado décadas, nos hicieran el “gran favor” de acreditarlo, pero pareciera que se empeñan en que sigamos ignorando a Izapa, la risita entre irónica y estúpida del Delegado de poco nos sirve. Con un poco de apoyo mucho se podría hacer, pero no, tenemos que aguantar que los cerdos y las vacas sí puedan entrar pero los estudiosos y los turistas no.
El “gran acontecimiento” terminó como empezó, en un “gran” proyecto pero nada más, no se concretó algo significativo, en el momento hasta pleitos hubo, no faltó quien quisiera robar cámara y le diera declaratitis aguda, otros lo hicieron su proyecto pero tampoco funcionó, sólo quedó el INAH para decirle no a todo, y bueno los mismos dos de siempre: Rodolfo Juan y Abelino Becerra, de ahí en más no veo a nadie, ni Manuelito, el que cuida los baños en Izapa está interesado en que la gente sepa o visite la zona arqueológica y mire que a él sí le conviene directamente porque vende el papel de baño como si fuera el que usaban los mayas.
Izapa es un tema que me apasiona, que no pienso dejar, no estoy de acuerdo en el abandono en el que lo tienen, en el poco o nulo interés del INAH, menos me agrada que nosotros también lo hagamos un lado; pareciera que más que una gran oportunidad es un estorbo, sólo un montón de piedras ¡qué pena!
Por cierto hablando de Abelino Becerra, pensé que estaría emocionado con las excavaciones de la obra de la Central con eso que lo apasiona la antropología pero veo que no, ahí anda el poseedor del secreto de la receta de las carnitas de Marta Silva, en el arguende de que quieren proyecto, tiempos, y hasta nombre de todos los trabajadores que estarán chambeando en la remodelación o modernización de las centrales. Una vez más los empresarios de la zona fascinados con el arguende, movidos para hacer quien sabe qué, lo peor es que son los mismos de siempre y van a ganar lo mismo de siempre: nada.
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