LUCHA: SÍ; VANDALISMO: NO
Por Ronay González
Es tan particular la forma de expresarse de los mexicanos, desde cómo se disfruta la victoria de las poderosas Águilas del América, la risa que no se puede evitar cuando el gordo de la cuadra se cae; si alguien nace reímos, si se muere igual, hasta a la peor cosa le podemos encontrar la burla o en el mejor de los casos algo positivo.
Los últimos días hemos estado, me incluyo, un tanto acongojados, enojados, hartos, como si algo nos pasara directamente a todos, lo cual es cierto en parte, pero tenemos que ampliar, o reducir (según como lo quiera ver), nuestros que horizontes, porque a veces pareciera que nos solidarizamos con causas nacionales, y qué bueno, pero ¿sabemos qué pasa en nuestra zona, con nuestra propia gente?
Comparto el dolor, el miedo, la frustración de muchos pero no es suficiente, tenemos que hacer que las cosas sucedan porque nuestro papel “aguantador” no da ni dará resultados, nos hacemos los sordos y los ciegos con leyes que a nadie benefician, nuestro sistema judicial encarcele a quien no debe y deje libre a los malos; cierto es entonces que algo debe hacerse.
En algunas partes del estado el día de ayer se dieron algunos eventos vandálicos, no entraré en detalles, sólo que veo difícil que sea una forma de solucionar problemas. Procuremos no afectarnos o lastimarnos entre nosotros, no hay que dejarnos llevar por la tentadora bandera de “hay que ir a hacer bola”.
Las protestas son la única forma que tienen a veces las personas de que alguien los escuche, son válidas, constitucionales, todo mundo tiene derecho a manifestarse si no está de acuerdo con algún tema, pero no podemos pretender que la “diversión” de algunos jóvenes nos arruinen un genuino sentimiento de cambio, de querer cosas mejores para todos.
Por qué no mejor nos damos a la labor de hacer algo por alguien sin esperar nada a cambio, por ejemplo pagarle la cuenta al trabajador que está juntando monedas para comprar un pan y un refresco, dejar pasar al coche de adelante, regalarle un suéter a un niño de la calle, llevarle un café al guardia de la esquina, dejar pasar en la fila a la persona que trae prisa atrás...
Busquemos oportunidades para hacer algo bueno por los demás y enseñemos a nuestros hijos a hacer lo mismo. La esencia de México siempre ha sido la calidez de su gente, recuperémosla y causemos una reacción en cadena.
Muchas veces los que generan violencia a eso se dedican, no están comprometidos con causa alguna, simplemente eso es lo que les gusta y aprovechan cualquier motivo para hacerlo, pero no pueden ser más que nosotros, hay que ubicarlos, denunciarlos, porque no sólo causan daños físicos y pérdidas materiales, también, y creo que es lo más grave, contaminan causas importantes para el país.
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