jueves, 6 de noviembre de 2014

UNACH, autonomía perdida


UNACH, autonomía perdida
Tw @ksheratto
Por. Angel Mario Ksheratto

A la Universidad Autónoma de Chiapas, quisieron hacerle un traje a la medida; el sastre que pretende adjudicárselo, en realidad, no llega ni a remendón de barrio. Desde ahí, la estrategia de conservar al actual rector para que se reelija, empezó siendo un fracaso político. Porque tampoco le servirá al actual secretario de Salud, a quien la edad, estatutariamente, lo mantenía alejado de toda posibilidad.


El mensaje era claro para los universitarios: o reeligen a Jaime Vals Esponda u optan por aceptar a un médico de poca capacidad administrativa y nulo entendimiento académico. Vals, si bien tuvo logros en la UNACH, no ha tenido el acierto de respetar la autonomía propia de esa casa de estudios. Eso lo descalifica automáticamente.

De hecho, el alegato universitario de estos días, ha sido la carencia de voluntad para resguardar el único principio universal de toda universidad pública que se respete: la autonomía.

Guillermo Toledo Moguel, el diputado que presentó como suya la iniciativa de reformar el estatuto universitario para permitir la reelección o la imposición, no consultó en lo absoluto a los estudiantes y catedráticos. Ello es una violación a la autonomía universitaria. Lo peor es que, el legislador, no redactó los nuevos términos electorales dentro de la citada escuela. Si vemos más allá de las peroratas de unos y otros, caeremos en cuenta que el vilipendiado exalcalde de Cintalapa, tampoco leyó el documento que presentó ante el pleno del Congreso del Estado.

Eso descalifica el espíritu de la propuesta, en virtud de la artimaña que se observa a simple vista. Deja sin valor democrático y principio autónomo a la UNACH, lo cual podría ser una acción reversible en términos sociales, puesto que si la inconformidad estudiantil prospera, estaríamos en el umbral de un conflicto de dimensiones insospechadas.

Tristemente para la universidad, no hay prospectos confiables. Ninguno de los probables aspirantes hasta ahora mencionados, reúne los requisitos mínimos para ocupar ese cargo. Desde un predador ecológico, hasta un notable cantinero, presumen habilidades para dirigir los destinos de una universidad que parece estar perdiendo su propia autonomía. Los dos más fuertes, de llegar, lo harían en medio de la sospecha y sin el respaldo popular necesario, lo que los deja sin posibilidad alguna de tener un trabajo sosiego.

Para el colmo, quienes pretenden defender la autonomía universitaria, lo hacen con los métodos equivocados y con poca información al respecto, lo que los hace ver como niños berrinchudos, no como auténticos defensores de un derecho.

Con estrategias equivocadas, la UNACH parece estar cerca de una crisis, provocada por arribistas y oportunistas que solo tienen como aval, la desconfianza generalizada.

Si revisamos el actuar, por lo menos de los dos aspirantes con “mayores” oportunidades, sencillamente, nos vamos de espaldas. El actuar rector, de un carácter difícil, cerrado y si un céntimo de carisma, no está en condiciones de ser reelecto. Si bien, Jaime Vals ha construido obras de beneficio universitario y ha aprendido a ser un académico de moderada aceptación, las condiciones que le prepararon en el Congreso del Estado para lograr ese objetivo, lo deberían mantener fuera de la contienda.

A Eugenio Ruiz Hernández, le pesa su presente como titular de Salud. No ha podido implementar una estrategia clara para que esa dependencia atienda a los ciudadanos. Por el contrario, tiene en su haber, la intención de convertir un hospital de Nivel Tres, en uno de Nivel Dos, basado en su personal odio hacia uno de los directores. Prepotente, absurdo y negligente, el aspirante a la rectoría, tampoco reúne las capacidades para ese cargo.

Con todo y si juzgamos a los demás aspirantes, el más rescatable entre todos los malos, sería Vals Esponda. A menos que surja un verdadero académico, un hombre carismático, inteligente, idóneo, el destino de la UNACH, sería otro y no el que se avizora, lo cual ya es en sumo, preocupante.

La UNACH, debe estar en las mejores manos y las más talentosas inteligencias, no en mentes retorcidas, como la del proponente de la reforma que hoy, es motivo de burlas: el diputado Guillermo Toledo Moguel, un hombre de capacidades limitadas y malos manejos del erario público en su pueblo y tampoco de sus actuales aspirantes a dirigirla.

amksheratto@hotmail.com

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