martes, 13 de enero de 2015

CARREREANDO LA CHULETA


AHÍ ESTÁ LA FALSEDAD
Por Ronay González

Eso de la transparencia creo que nomás no se nos da en México, por más que busco una institución que realmente rinda cuentas claras y no se ande escondiendo, no la encuentro, pero el colmo de esta situación es que ni el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), es decir, el principal órgano de transparencia en México, le quiera entrar.

Resulta que cuatro de los siete comisionados que lo dirigen decidieron mantener “bajo reserva” sus declaraciones patrimoniales, en el Registro de Servidores Públicos de la Secretaría de la Función Pública (SFP) reza una temible leyenda junto a sus nombres: "El servidor público no aceptó hacer públicos sus datos patrimoniales".

Esta frase se repite en los perfiles de Ximena Puente de la Mora —presidenta del IFAI—, además de Areli Cano, Patricia Kurczyn y Rosendoevgueni Monterre, y presentes en dicha base.

Una de las tantas leyes que se deberían de cambiar es precisamente la que tiene que ver con la reserva de datos; los funcionarios argumentan que es por seguridad, pues que me disculpen pero antes que su seguridad está la de millones de mexicanos que dependemos de que hagan o no transas, que utilicen o no correctamente el dinero público.

Por Ley están obligados a presentar su declaración patrimonial ante la Secretaría de la Función Pública, sin embargo, también les permite elegir qué partes de ésta pueden hacerse públicas y cuáles no, o incluso mantener bajo reserva todos esos datos; no podemos seguir jugando así.

Aunque las preocupaciones no quedan ahí, porque de los comisionados que sí la hicieron pública: Francisco Javier Acuña, Óscar Guerra Ford y Joel Salas, me quedan mis dudas, y no es que no les crea, pero me parece al menos dudoso que uno de ellos por ejemplo, sólo manifieste tener un vehículo, es decir no hay inmuebles a su nombre, sólo su auto, una cuenta bancaria con menos de 50 mil pesos y hasta eso, uno que otro adeudo.

Y menos se los creo cuando apenas hace medio año los comisionados de este instituto se vieron envueltos en un escándalo pues se autorizaron salarios y prestaciones prácticamente del mismo nivel que el presidente de la República e igual que un secretario o subsecretario de Estado.

Los comisionados del Ifai reciben una percepción ordinaria total máxima de 198 mil 90, es decir, apenas 3 mil pesos menos que el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y 2 mil menos que el titular de la Auditoría Superior de la Federación. Cuentan además con aguinaldo de 40 días de salario integrado, seguros de vida, de retiro, de separación y gastos médicos mayores, entre otros.

No me checa lo declarado y tampoco hay que ser muy listo para poseer un montón de cosas “indirectamente”, ya sea a través de parientes cercanos o con los llamados “prestanombres”.

Ya vienen las elecciones, se les darán toneladas de dinero a los partidos, los candidatos tendrán en sus manos mucho dinero que podrán gastar a diestra y siniestra, plata que por cierto no les costará esfuerzo alguno, ni siquiera tendrán que andar pidiendo como en otros países, no, sólo por su “linda cara” tendrán recursos.

El problema de esto es que se les queda la maña, cuando llegan a los cargos hacen exactamente lo mismo, gastan a diestra y siniestra nuestro dinero, a nadie le rinden cuentas y así no hay lana que alcance.

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