LA VIDA NO ES UNA PELÍCULA
Por Ronay González
No sé a qué atribuirlo, si a la sobreexposición a las telenovelas y las películas, o a la subexposición a la vida. El caso es que no entiendo cómo una jovencita de 15, 14 o 16 años, puede creer a ciegas lo que ve, le cuentan o le proponen en las redes sociales.
Hace unos días lograron rescatar a una de estas crédulas féminas chiapanecas que había sido enganchada vía Facebook por una red de trata de personas; la encontraron en Mazatlán, Sinaloa.
Resulta que esta muchachita se enamoró de Lorenzo Antonio, quien no sólo tenía nombre de telenovela, además parecía ser el indicado para ella, aunque algo me dice que hasta entonces su imagen de hombre perfecto era el Ken de Barbie, por más “despierta” que sea una chamaca qué puede saber a esa edad; cayó redondita. Ni siquiera hubo que gastar recursos en secuestrarla, ella solita se fue hasta allá porque “el amor de su vida” se iba a casar con ella.
Me preocupa la inocencia o estupidez de estas muchachas porque no creo que haya sido la única. ¿Qué se puede hacer? Me temo que dejarlo a los padres no está funcionando, en primera porque desde los 12 años más o menos les importa muy poco a los chamacos lo que opinen sus papás, es más, si les pueden llevar la contraria mucho mejor; en segunda porque no estoy muy seguro de que tengan padres, y si los tienen, dudo que estén al pendiente de detalles como éstos, entre las 10 ó 12 horas que seguramente tendrán que trabajar, las presiones económicas, sentimentales, poco les queda para darle a sus dos o seis hijos, uno nunca sabe.
Bajo este supuesto el único camino que se me ocurre es la escuela. Qué le parecería que se creara una materia en la secundaria que se llamara Vivir sin riesgos, Los riesgos de la vida o algo así, en donde los chamacos aprendieran que hay muchas formas de tirar su vida a la basura, pero muchas otras de no hacerlo.
Se me ocurre por ejemplo que a la par de que se memorizaran lo que viene en los libros de civismo o historia, se aprendieran todas y cada una de las cosas que les pueden pasar si consumen drogas; que se desenmascarara a los cientos de maleantes que andan a la caza de jovencitos y jovencitas en las redes sociales para que supieran cómo actúan, cuáles son sus ganchos; que estuvieran conscientes de lo que realmente implica sumarse a una pandilla de maleantes.
Las malas noticias nos están sobrepasando y no estamos como para darnos el lujo de que por no tomar las precauciones pertinentes se desaparezcan nuestros chamacos literalmente en un abrir y cerrar de ojos. La trata de personas está dejando tantas o más ganancias que el narcotráfico y nos está causando tantos o más estragos; no dejemos que se nos salga de las manos, ni confiemos en que el gobierno lo resuelva solo, ni confiemos en que el gobierno lo resuelva solo; no funciona.
Cambiando de chuleta, ayer se registraron los pre candidatos por el PRI a la diputación federal por el Distrito XII. Samuel Chacón, quien ya sabíamos que estaría; Joseán, que anduvo jugando con nuestros sentimientos y primero nos emocionó, luego que siempre no, pero bueno, siempre sí; y al cinco para que cerraran las inscripciones que se aparece Rodulfo Muñoz, le ha de haber apurado al chofer del OCC.
Todos dicen que son el bueno, pero será el Comité de este partido quien decida quién será el candidato, hasta entonces.
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