martes, 21 de abril de 2015

CARREREANDO LA CHULETA


EL TRABAJO COMO “ESCLAVOS” NO PRODUCE

Por Ronay González

Qué bonito es cuando nos valoran laboralmente, cuando los jefes están seguros de que tienes una gran valía en la empresa y que lejos de estar buscando cualquier pretexto para pagarte menos, para quitarte beneficios o para despedirte, hacen uso de esa nueva tendencia de las compañías que se esfuerzan por aumentar la felicidad de sus colaboradores (no empleados), ya que está demostrado que ambas condiciones se relacionan con la productividad y la creatividad laborales.

Todo eso difícilmente lo vemos en las empresas de la zona, no digo que no hay, sólo que son realmente escasas.

Hizo mucho ruido en Estados Unidos un empresario (con 45 empleados) que valora tanto el talento de su personal, que además de ofrecer buenos beneficios ha prometido no despedir a nadie.

Por supuesto que no todo es miel sobre hojuelas, y entrar a trabajar ahí es más complicado que entrar a estudiar a la prestigiada universidad de Harvard, pero valdría la pena el esfuerzo.

No sé qué piense usted pero para mí que eso de que la productividad no sea nuestra máxima preocupación, que nos encanten las horas “nalga” durante las que estamos sentados haciendo que hacemos y en realidad no producimos nada, que si no tenemos pago de horas extras en el segundo exacto en el que se cumple nuestro horario ya tenemos un pie afuera y que si hay el beneficio del tiempo extra, nos hacemos guajes durante el día para poder cobrar un poco más por el trabajo que perfectamente pudimos haber hecho en tiempo.

Todo eso no creo que sea del todo culpa nuestra, a veces los jefes, los dueños de las empresas se olvidan de que también tenemos nuestro “corazoncito”. Soy un convencido de que si en una empresa se bajaran de su pedestal y se dieran el tiempo de conocer a los empleados, de saber sus necesidades, sus pensamientos, no tendrían que subir el sueldo a cada rato para que los empleados se sintieran bien y fueran más productivos.

En la citada empresa van más allá, una vez que te contrataron se preocupan por conocer tus metas profesionales a corto y largo plazo y lo mejor, hacen lo posible porque lo logres, asimismo la labor que tendrás en la empresa va a depender de las actividades que disfrutes más. No pos’ que más quieren.

Me encantaría saber de una empresa así en la Costa chiapaneca, que fuera un ejemplo para los empresarios, que viera a los empleados no como esclavos o robots con sueldo cuya principal característica debe ser obedecer. Hay tanto potencial desperdiciado, tanto genio autómata. Pudiéramos hacer empresas tan grandes, tan productivas si no todo girara en torno al dinero y a los dueños de éste.

En esta empresa además no existen los organigramas ni las evaluaciones de desempeño, en su lugar se tienen discusiones trimestrales en las que se habla sobre el desarrollo de la carrera del colaborador y sobre cómo sus actividades se alinean con sus metas. Se les pregunta, por ejemplo, qué les gusta más y menos sobre su puesto, qué habilidades les gustaría ganar en los siguientes meses y cómo puede ayudar la compañía. ¿Cuántas veces le han preguntado esto en su lugar de trabajo?

Si por un momento le pasa por la cabeza que esto provoca gente mediocre y mimada, permítame contarle que según este empresario todos “trabajan muy duro porque aman lo que hacen y crecen constantemente”. Suena lógico no cree.

Me gustó esta apuesta, creo que nos podría traer muy buenos resultados porque este sistema del medio trabajamos para que nos medio paguen y con eso medio vivir, creo que ya no está dando ningún resultado. ¿Cómo ven mis amigos empresarios?

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