CARREREANDO LA CHULETA

HAY COSAS QUE OFENDEN
Por Ronay González

Recuerdo que cuando una vecina hablaba de pobreza con singular estilo, lo hacía mientras acariciaba un torzal de oro del grueso de un dedo. También portaba anillos y esclavas de “oro barato”, de ese que te deja verde el brazo y que hacían un sonido especial en al chocar entre ellos. Recuerdo que le encantaba repetir frases como: “estamos mal”, “no es posible”, “necesitamos que nos den mas apoyos para que podamos salir de esta hambrina que nos esta matando”, “Señor apiada tu ira y tu rigor”, “Padre eterno no nos desampares por piedad”, y cosas así.

Yo no entendía qué le pasaba a esa señora. Tenía una casa costosa, carro del año en la cochera, y muchas ganas de quejarse. Le gustaba llorar, eso me queda claro, se le daba muy fácil, así como cierta clase política de estos tiempos.

Cuando se gana mucho, mucho dinero, así se gasta, en cosas que ni usted, amable lector, ni yo podríamos alcanzar ni con una vida entera de trabajo y comiendo poquito (definitivamente no podría ser mi caso). Que la casa llena de lujos, el reloj, viajes, autos, joyas.

En la casa de ustedes, que es la mía, hay una mesa pequeña con cuatro (eso sí todas iguales para no hacer distinciones, de plástico apilables), es de pino, de esas que venden en la calle y muy versátil además, porque sirve de escritorio, de mesa de trabajo, para comer y hasta de almacén de ropa mojada ahora que está lloviendo. Una mesa como las muchas que hay en el país, y cuyo valor real es el hecho de que en ella se comparte la comida, grandes pláticas y risas. Claro que he estado en muchas en donde está más apretado el asunto.

Pero a quienes parece importarles poco lo que pasa en la casa de la mayoría de los mexicanos es, para variar, a nuestros políticos.

Ahí estaban los senadores priístas- sindicalistas y muy cínicos, Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero; y Gerardo Sánchez, ex dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), en plena discusión sobre el Sistema Nacional Anticorrupción, viendo un catálogo de yates. Me imagino la profundidad de su charla: -“Qué nombre le pondré, porque el del anterior los escogió mi mujer” o –“¿A quién invitaremos primero?”

Según cuentan Romero es dueño de un yate llamado ‘El Indomable’, en donde gusta viajar a Isla Mujeres, Quintana Roo; un navío valuado en más de 1.5 millones de dólares. No sé a cuántos años estarán los pagos o cuánto dio de enganche, al menos esas son las primeras preguntas que yo haría. ¿El abonero llegará al Senado, a su casa, si no lo encuentra le dejará recado con su vecinos de que pasó y no estaba? Será de los buenos clientes que paga puntual y hasta con dos días de anticipación para ver si le hacen una rebajita al final. Aunque mucho me temo que éste yate será pagado de contado.

Ni siquiera sería el segundo juguetito, el líder sindical ha regalado otras embarcaciones a sus críos: una con valor de un millón de dólares a su hijo y otra de medio millón de dólares a su hija (hasta misógino salió).

Ahí estaban, muy quitados de la pena hojeando el catálogo. ¿Se enteraría cuando se avalaron cambios a 14 artículos de la Constitución para crear el Sistema Nacional Anticorrupción?

Todo esto sucedió mientras el Secretario de Hacienda nos dice que hay que apretarse el cinturón porque no hay lana, mientras los líderes sindicales se siguen haciendo archimillonarios a expensas de los sindicalizados y mientras se intenta crear leyes que eviten la corrupción que les ha dado para esos y otros muchos lujos ofensivos para una sociedad que ya no ve la suya porque cada vez alcanza para menos.

Cambiando de chuleta, le cuento que han sido muy bien recibidas las “Brigadas Médicas Gratuitas” en Tapachula que brinda la fundación Construyendo Oportunidades para la Gente. A.C.

En esta ocasión se llevó a cabo en el Fraccionamiento Vida Mejor polígono 1 y polígono 2, proporcionado apoyos de consultas médicas, entrega de medicamentos, control de nutrición, cortes de cabello y servicios de trabajo social.

Carlos Orella, asesor y principal gestor de los apoyos, agradeció el trabajo incansable de todos los gestores, de las diversas personalidades altruistas y de todos los que hacen posible que estas brigadas sean un respiro, porque mire que enfermarse ya es un lujo y deberíamos volver al tiempo de las grandes y alocadas melenas porque ya no se pueden costar cortes de cabello tan seguido.

Por su parte Liliana Fujarte, Directora de la fundación mencionó se apoyó a más de 160 personas en Vida Mejor y que continuarán con este gratificante trabajo en favor de los más necesitados.