miércoles, 27 de mayo de 2015

En Síntesis…


Una visita al Mercado Juan Sabines

Vinicio Portela Hernández
El mercado Juan Sabines, o mejor conocido por la tuxtlecada como Díaz Ordaz, desde su modernización a sufrido de diferentes desperfectos técnicos arquitectónicos que han puesto en jaque a las autoridades municipales.

Sin duda muchos líderes, y otros tantos descontentos, han llevado agua a su molino exagerando la problemática de esa central de abastos, además de que la labor administrativa es confundida con grilla política que aún más enrarece la convivencia entre los comerciantes y esto se refleja en que las personas no asistan a realizar sus compras. 

Así que me propuse ponerme mi delantal, agarrar mi bolsa e ir hacer el mandado, claro que esto con un doble propósito, primero el de conocer de primera mano la situación de infraestructura del mercado y luego chismorrear con los marchantes cómo van sus problemas.

Primero, como voy a mercar, me acomodé en una de las 25 cocinas económicas que hay en el mercado, era muy temprano y me dispuse a desayunar un caldo de albondigas con mucha verdura, claro que sin que faltara el chile verde y la cebolla bien picada. 

Desde mi banca observé a un grupo de Protección Civil y le pregunté a mi cocinera de qué se trataba el asunto, muy amable me contestó que estaban supervisando los cilindros de gas y que les estaban solicitando que los cambiaran por tanques estacionarios.

Cuando escuché esto casi se me atraganta el pedazo de repollo. ¿Cómo le van hacer este grupo de mujeres trabajadoras juntar para que tengan sus tanques estacionarios?, ya haciendo plática me mencionó que entre la instalación y la mano de obra el chistecostaría más o menos 11 mil pesos, mucho dinero considerando sus ingresos. Pero afortunadamente me dijo que la administración del mercado y el Presidente Municipal, Samuel Toledo, les van a financiar la mitad de ese gasto, por lo que no tendrán muchos problemas en solventar las exigencias de Protección Civil.

Con un vaso de plástico en mano, que contenía un riquísimo jugo verde, me dispuse a ir por mi camarón seco para la botana, en el puesto la neta que ni me tuve que esforzar para obtener información, ya que entre los locatarios platicaban que ya estaban trabajando en las goteras, que tanto conflicto han dado, y que no les habían pedido cooperacha, como en otras ocaciones, ya que los que estaban realizando la talacha eran de la Secretaría de Infraestructura, y una persona, de las que vende ropa, les aclaró algo que me dejó muy sorprendido: “no le vayan a dar dinero a nadie, ya ven que después el líder quiere su tajada”, pero por más que quise ser sutil para que mencionaran el nombre de ese “líder” no pude obtener ni el apodo. Me falló la persuasión, ni pex.

Ya con mi camarón seco, me fui a buscar un pedazo de chicharrón de panza, hasta el otro lado del mercado, a pesar de que había mucho calor en esa zona estaba fresco, los ventiladores instalados en la nave mayor estaban todos en funcionamiento y fue la primera vez que no me mojé los zapatos por pasar en el área de los pescados y mariscos. 

Ahí en el puesto de carne de puerco me enteré que los ventiladores y falta de charcos es porque ahora existe una cuadrilla de mantenimiento, que se dedica a tener en buenas condiciones el servicio eléctrico y el drenaje, por lo que tanto sufrían los usuarios ya que antes se concentraban los malos olores y hoy en día se puede percibir los productos en venta.

Para terminar con mi merca, me dirigí a comprar una pieza de quesillo y queso para freír, tuve que hacer cola, no hay de otra es lo más democrático en esta sociedad, pero entre las marchantas pude escuchar de los problemas que sufren con los ambulantes y la competencia desleal que eso representa. 

Yo como buen metiche intervine tratando de provocar algunas respuestas, les dije que la gente va a comprar a fuera porque venden más barato, por poco y no la cuento, una mujer con bolsas de mandado en ambas manos me aseguró contundentemente: “de qué sirve que salga más barato, si el doctor y las medicinas te van a salir más caros, ¿no crees?”. Con esta afirmación calladito me quedé, pero es muy cierto, me enlistaron una serie de peligros que espero de acordarme de todos, chequen, comprar con ambulantes es comprar productos de baja calidad, mercancías caducadas o de dudosa procedencia o apócrifos, balanzas amañadas que dan kilos de 800 gramos, que por cierto luego haré una investigación más profunda de ello. 

Además de todo lo anterior algo que me puso los pelos de punta, que no hay control de calidad en las carnes que se venden a fuera del mercado, en el Juan Sabines no puede entrar un kilo de carne sino tiene el sello de TIF el cual, entre otras cosas, indican que no contiene clembuterol, una hormona que hace que el ganado engorde y que en la ingesta humana también produce esos mismos efectos que son extremadamente nocivos para la salud.

Terminé muy satisfecho en mi visita en el Mercado Juan Sabines, con una bolsa de mandado llena de botanas y a muy bajo costo, claro que debo confesar que si regatié un poco, pero alcanzó para completar para las frías.

Aguas con los hongos

En Chiapas, la Secretaría de Salud hizo un llamado a la población a extremar precaución en la recolección de hongos silvestres para el consumo humano, el cual se incrementan con la llegada de la temporada de lluvias.

El consumo de hongos silvestres es una práctica que se realiza en las comunidades rurales indígenas; de no conocer los hongos comestibles esta práctica podría ocasionar daños en la salud, incluyendo la muerte por intoxicación.

Julio César Aguilar Conde, jefe del Departamento de Evidencias y Manejo de Riesgos de la Secretaría de Salud estatal convocó a la población chiapaneca a tener cuidado en el tipo de hongos que están consumiendo, y en caso que lo colecten directamente se tenga la certeza de que el hongo que están consumiendo sea comestible.

En los municipios donde la recolección y el consumo de hongos silvestres es tradición por usos y costumbres son: San Juan Chamula, Chanal, Chenalhó, Zinacantán y San Cristóbal de las Casas; sin embargo, su práctica se extiende a municipios de las regiones: Sierra, Fronteriza, Mezcalapa y parte de la zona Metropolitana.

La Secretaría de Salud informó que al consumir hongos tóxicos el cuerpo presenta reacciones adversas; según los especialistas estos son los síntomas generales para detectar la intoxicación de un hongo no comestible.

'Pueden ser: malestar estomacal, mareos, vómitos, náuseas, temblor incontrolado y ante la presencia de algunos de estos síntomas después de haber consumido hongos silvestres les recomendamos que acudan a la unidad de salud más cercana', señaló Aguilar Conde.

En Chiapas existen alrededor de 13 mil especies diferentes de hongos, la mayoría de ellos son tóxicos y solo una mínima parte es comestible según revela la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Salud.

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