miércoles, 9 de septiembre de 2015

CARREREANDO LA CHULETA


¿POR QUÉ ME CASTIGA ASÍ?

Por Ronay González
Desconozco qué le hice al secretario de Energía, pero desde acá le ofrezco la más profunda de mis disculpas. Señor Pedro Joaquín, le suplico que desde donde usted se encuentre se me otorgue el perdón a la despiadada falta de respeto que le causé al haberle mentado más de 800 veces la madre, creí que ya estaba acostumbrado y que unas cuantas más no harían la diferencia.

Espero mis disculpas sean aceptada porque aunque suene a cobarde, la neta, acá entre nos, si así de vengativo es usted, pues nomás no juego. Retiro mis canicas y me voy, porque lo que hizo va más allá de lo que puedo soportar.

Llevo lo que va de este mes y la mitad del anterior, guardando mis pesitos para mis tradicionales 10 tacos al pastor, claro acompañados de mi delicioso litro de jamaica, pero justo cuando me disponía a ir a tan importante e inaplazable encuentro, se le ocurre a usted mandarme a uno de sus secuaces a dejarme el recibo de la luz, como si alguien le hubiera chismeado todo lo que dije de su persona un día antes cuando me preguntaron de qué había servido la dichosa reforma Energética si seguimos pagando gasolina no sé si más cara que mala o viceversa, si no hay beneficios para Chiapas por ser generadores de energía eléctrica, y si además los precios del petróleo no se recuperan.

Es cierto todo lo que le dijeron que dije, eso no se lo voy a negar, pero nunca me imaginé que se vengaría así, se quedará usted con lo de mis tacos, mi jamaica, y probablemente con lo de mi arroz en leche del domingo. De un jalón se llevó todos mis ahorros junto con mi alegría.

Y es que uno ya tiene presupuestados sus gastos, ya sabe cuánto le asigna a cada cosa para alcanzar a quedar en ceros, así, sin un peso en la bolsa, pero sin deberle a la vecina, al compadre o a la caja popular. Yo había considerado los 300 pesos que pago siempre, porque en su humilde casa no tenemos ni clima, sólo hay un refri mediano y los pocos focos que hay son ahorradores, pero resulta que el recibo me llegó no del doble, ¡casi del triple! Por supuesto acompañado de la sutil sugerencia de que pague o pague, caso contrario, pos nomás me la cortan y ya.

Al paso que va esto le voy agarrar un amor a la oscuridad que pa’ qué le cuento. Pero le adelantó que en lo oscurito, que es a donde usted me quiere confinar, ocurren las rebeliones, las broncas y se arman los pedos, por lo que si usted no quiere tener ni rebeliones ni, broncas, ni pedos, mejor vaya pensando cómo no me manda a la oscuridad en la que seguro estaré porque aún no sé cómo voy a pagar.

Sólo recuerde que hay un Dios, el karma, o por la ley de lo que sube, baja; el caso es que éste servidor, al que usted identifica como mi medidor, dado que no puede vengarse de que por su culpa no podrá ver a las Águilas del América, pues no habrá forma de prender la tele, y tampoco va a poder prender las veladoras de sus santos porque son eléctricas, para evitar accidentes, concentrará todas sus energías en que, dado que no le puede pasar lo mismo, porque dudo mucho que pague luz, que de menos, el delicioso pedazo de filete mignon que se ha de estar comiendo ¡se le caiga!

Sobre su conciencia cae la desdicha de mi vida, espero pueda dormir con eso. Quedo en espera de que le vayan con el chisme, otra vez.

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