CARREREANDO LA CHULETA

UNA MÁS DEL TALENTO CHIAPANECO

Por Ronay González

Cuando por casualidad me encuentro alguna noticia sobre Chiapas me encomiendo al santo de las cosas imposibles para que no vaya a ser algo sobre los primeros lugares en pobreza, analfabetismo o cosas de esas de las que nomás no hemos podido salir, sé que va a costar trabajo pero a veces me pregunto si mis ojos verán el que Chiapas sea el estado más productivo.

No está fácil, lo sé, pero no creo que sea imposible, y tan no lo es que me estoy gratamente acostumbrando a encontrar, en los espacios menos pensados, notas acerca del talento innovador de los jóvenes chiapanecos.

Recuerdo por ejemplo a un grupo de jóvenes que trabajaban con el mucilago del café (la pulpa que recubre al grano), mismo que es arrojado a los ríos generando una gran contaminación, pues bien, lograron a partir de este contaminante obtener etanol. Ni hablar de los que se han llevado premios en concursos internacionales de robótica; ahora resulta que se pueden hacer casas de cacahuate.

Estudiantes mexicanos del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Chiapas (CECyTECH) presentaron en la Expociencias Chiapas, un proyecto que aprovecha los residuos del cacahuate convirtiéndolos en materia prima para la elaboración de ladrillos.

¡Felicidades! No se me ocurre otra cosa para decir, aunque por dentro mis deseos son por lo menos una decena: ojalá que su proyecto se logre hacer a escala, que tengan la fortuna de seguir estudiando, capacitándose, que sean un gran ejemplo, de esos que estamos necesitando para nuestros chavos, que sean una generación de cambio, que vivan mejor de lo que uno ha podido.

Paola Díaz Hernández y Óscar Mohela Hernández, son los creadores, jóvenes de la comunidad del Parral, quienes lejos de ver como un problema el que después de procesar el cacahuate, principal producto en la zona, lo que hicieron fue encontrar una magnífica oportunidad, eso es lo que deberíamos hacer caray, se los he dicho mil veces con el tema de la basura que generamos, esta es una prueba de que sí es posible.

El Parral es el tercer productor más importante en México de cacahuate y resulta que las cáscaras de cacahuate son un residuo contaminante que al encontrarse almacenados en grandes cantidades comienzan un proceso de radiación que absorbe el suelo, volviéndolo estéril después de cierto tiempo. Nunca me lo hubiera imaginado, se ven tan inofensivas las cascaritas.

Los ecoladrillos, así los llamaron, están elaborados a partir de una mezcla de cáscara de cacahuate, cemento, cal y arena; con muchos beneficios además del ya mencionado de reducir los desechos, ya que tiene propiedades térmicas, gracias a la composición de la cáscara obstruye el paso del calor y frío, además contribuye a la eliminación de CO2 a la atmósfera pues no requiere de un método de cocción como los demás para alcanzar su solidificación.

Por si fuera poco son más ligeros, cada uno de los ladrillos pesa 500 gramos menos que uno tradicional debido a su porosidad y textura, pero cuentan con la misma resistencia necesaria para una construcción.

Y esto es de lo que nos enteramos, de lo que por alguna u otra razón ha logrado acaparar reflectores, pero estoy seguro que si le rascáramos, en cada rincón de esta tierra hay jóvenes con grandes ideas, que requieren sólo de un pequeño empujón para trabajar.

Señores constructores aquí hay una opción, pero no se conviertan en una traba, no les empiecen a pedir a los chavos cosas que no van a poder cumplir, mejor apóyenlos, que trabaje la comunidad, que el dinero fluya, verán que no se arrepienten.

Lo mismo va para todos los grandes empresarios, demuestren un poco de amor por esta patria, dense a la tarea de apoyar talentos jóvenes, si alguien puede son ustedes, que las pequeñas ideas se hagan mega proyectos donde las comunidades se beneficien, crezcan y salgan de una vez por todas de las listas de beneficiarios del Progresa, que lejos de disminuir, aumentan año con año.

Tenemos jóvenes con un talento extraordinario, no permitamos que los pesque el narco o los tratantes, porque si ellos no pueden hacer algo por este país, ya no sé quién pueda.