Pablo y su desvergüenza
Por. Rafael Victorio
A escena
Ayer acudimos a la diligencia en donde Pablo Salazar Mendiguchía, el ex dictador de Chiapas, rendiría su declaración preparatoria en torno a la muerte de casi 30 niños en Comitán a finales del 2002 y principios del 2003. No solamente no lo hizo, sino que hasta mandó al fiscal del Ministerio Público adscrito al Juzgado Penal a leer la Constitución y encaró al juez de la causa el motivo de la presencia de la prensa, aunque al finalizar pediría a algunos reporteros "publiquen aunque sea dos líneas de lo que dije", porque más que defenderse legalmente de lo que le imputan se dice perseguido político, olvidando que muchos comunicadores durante su administración sufrieron no solamente persecución sino también la cárcel, el exilio y finalmente la muerte por esa causa.
Los familiares de los bebés recién nacidos fallecidos en el Hospital General K de la tierra de Belisario Domínguez no olvidan que en ese entonces exigieron justicia y castigo para quienes no cumplieron sus responsabilidades, como el secretario de Salud, Ángel René Estrada Arévalo, quien permanece prófugo de la justicia, pero Salazar Mendiguchía prefirió utilizar recursos para apoyar a un equipo de futbol profesional que mejorar la situación de los centros asistenciales. Es más, ordenó que las averiguaciones previas iniciadas por él en ese entonces fiscal General, Mariano Herrán Salvatti, se fueran al "archivo muerto", pensando quizá que permanecería todo el tiempo en la impunidad.
Vestido con una playera de su color preferido -el naranja-, pantalón de mezclilla azul y zapatos cafés sin calcetines, custodiado por elementos del penal de Huixtla, traspasó las rejillas para llegar a las oficinas del juzgado en donde fue sentado a la silla de los acusados, aunque se paraba de vez en vez, durante las casi cinco horas que duró la diligencia. Primero recriminaba al juez el motivo de la presencia de los medios de comunicación, pero más tarde, después de haber echado su rollo político, pedía que le publiquen.
Raro, en una persona que durante los seis años que ejerció el poder absoluto a los periodistas de Chiapas los ninguneaba y solamente tenía preferencias por los del centro del país.
Es más, los perseguía, amenazaba y hasta metía a la cárcel y a los editores los obligó a refugiarse en otros países.
Por momentos sonreía, intercambiaba palabras con sus abogados y uno de sus hijos, escribía en una libreta, quizá su discurso político que luego leyó y exigió que quedara escrito en el expediente, porque finalmente decidió pedir más tiempo para que se determine su situación jurídica en el caso del proceso penal número 228/2011 por el delito de homicidio por omisión en agravio del recién nacido Arturo Enrique Hernández Solís, que es una de las más de 30 víctimas cuyas familias exigen todo el peso de la ley en su contra y de otros funcionarios de la Secretaría de Salud.
De preso político no tiene nada. Quizá ya se olvidó que el primer proceso penal en su contra fue por un fraude superior a los 104 millones de pesos al cobrar un seguro de vida cuando ya no era gobernador junto con casi todos los integrantes de su gabinete, pero también que miles de damnificados del huracán "Stan" de las regiones Costa, Soconusco, Sierra y Frailesca, siguen esperando que se le castigue por el fraude multimillonario cometido con los recursos destinados para la reconstrucción. Las averiguaciones previas ahí están en la Procuraduría General de la República y en su similar del Estado, lo único que falta es que las consignen porque el desfalco está plenamente comprobado por la misma Secretaría de la Función Pública.
La desvergüenza de Pablo Salazar Mendiguchía no tiene límites y en su declaración política de ayer, reconoció que buscaba ser candidato al Senado de la República, quizá para de esa manera obtener impunidad ante el gran fraude del "Stan" y los múltiples delitos que cometió a lo largo de los seis años de su administración. Se dice preso político, pero cuando acusó a los ex secretarios del gobierno de Roberto Albores Guillén decía que en Chiapas no había persecuciones de tipo político y ahora él pretende erigirse como víctima y no le va.
Que alguien le diga al presidente de la Comisión de Fiscalización Electoral, Eric Alejandro Ocaña Espinosa, que salga de su oficina a darse una vueltecita por cualquier ciudad, villa, pueblo, colonia o barrio del estado y encontrará propaganda de aspirantes a puestos de elección popular y nadie le hace caso de los llamados para que quiten la publicidad. ¿Para qué tanto brinco si no pueden hacer nada por hacer valer la legalidad y transparencia en materia electoral?... Por cierto, este jueves en Tapachula el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Juan Gabriel Coutiño Gómez, presentó su libro "Juicios de Nulidad Electoral y Causales". Ahí estuvieron abogados, actores políticos y el alcalde Emmanuel Nivón González... Este viernes se realizará el foro "El Sendero de los Ninis" organizado por la Fundación Colosio en la ciudad costera encabezada por José Antonio Toriello Elorza... En Huixtla los panistas ya no aguantan a los cuatro Carlos: Salazar Gam, Raymundo Toledo, Avendaño Nagaya y Palomeque Archila, quienes dicen, se quieren apoderar de todos los cargos de elección popular para los comicios del 2012. Los dos primeros forman parte del Consejo Estatal de Seguridad Pública, el tercero diputado local y el último dirigente estatal del PAN. Algunos comunicadores costeños incluso alertan que a Avendaño Nagaya le gusta quedarse con lo que no es suyo. ¿Por qué será?... Hasta la próxima.
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