viernes, 9 de marzo de 2012

Fichero Político

Opresión vigente contra mujeres 

Por. Ángel Mario Ksherato 
A vuelo de pájaro, unos ocho hombres por cada 10 manifestantes; marcha deslucida, pobre y carente de sentido social. Ellos, los machos, armados con sendos garrotes, la mayoría perfectamente pulidos. Conmemoraban, según las mantas tendidas sobre el concreto de la Avenida Central y Calle Central, el Día Internacional de la Mujer. Habrán sido, por todos, entre 140 y 180, exagerando un poco. El tráfico, como suele ocurrir con cada acto de esos, desquiciado. 
A todo curioso lo veían con desdén, como retándole. Daban miedo, la verdad. Pregunté si podía tomar fotos y un muchacho alto, moreno, de manos largas y ásperas, aconsejó que hablase con el líder de los marchistas; fue por él y amenazante, el que en apariencia llevaba la voz cantante, me hizo como 20 preguntas sin dar tiempo a responder una sola. 

De pelo rubio, colocho, ojos achinados, prominente barriga y piernas cortas, quiso saber si era de algún medio nacional; respondí que no e igual fue su respuesta: No. Se arrepintió luego y autorizó tomar fotos “solo de las compas mujeres”. Imposible. Sobre la caliente góndola de la camioneta roja donde habían improvisado un templete para los discursos conmemorativos del Día de la Mujer, solo había tres de ellas y el resto (unos 12) eran hombres, también con garrotes en las manos. 

De lejos, escuché las piezas discursivas; duras criticas al PRI y al PAN y, como era de esperarse, elogios al PRD y sus candidatos. De todos los que tomaron el micrófono, sola una mujer habló de las mujeres. Quejas sobre su situación laboral y socioeconómica, maledicencias contra las autoridades y exigencias insólitas. Por ejemplo, la entrega de concesiones de placas de taxi y aumento de las cuotas en los programas de asistencia social. 

“Menesterosos con garrote”, fue lo primero que se me vino a la mente. Le mientan la madre al Gobierno, pero no dejan de pedirle la limosna en que se han convertido los programas de combate a la pobreza. Y es que en un plano crudo, las sociedades que se acostumbran a vivir de las dádivas, se vuelven haraganas, mantenidas y peligrosamente exigentes. 

Ni una sola propuesta para mejorar las condiciones de las mujeres que, desde cualquier perspectiva, son las que más sufren los efectos de la crisis económica, la falta de empleos, la violencia, en fin, todo. Ahí, en la única marcha que vi en el centro de la ciudad con motivo del agasajo a las mujeres, la opresión y supremacía de los hombres, era evidente, vigente, con todo y la concesión que por lo menos ayer, se merecían ellas.
Empoderamiento inútil 

En contraparte, las mujeres invitadas a eventos políticos y sociales, escucharon los mismos discursos de hace un año, hace cinco, hace tantos años. Volvieron a oír esa frasecita cuasi mágica que se ha puesto de moda: El empoderamiento de la mujer. Según los estudiosos de ese fenómeno -irreal o por lo menos, incompleto en nuestra sociedad- son varios los factores que deben favorecer el proceso de empoderamiento, entendido éste como el fortalecimiento y desarrollo de las capacidades de las mujeres en cualquier ámbito de la sociedad. 

A saber: a) Tener poder de decisión propio; b) Tener acceso a la información y los recursos adecuados para tomar una decisión apropiada; c) Tener una gama de opciones de donde escoger; d) Habilidad para ejercer asertividad en toma de decisiones colectivas; e) Tener un pensamiento positivo y la habilidad para hacer cambios; f) Habilidad para aprender y para mejorar su propio poder personal o de grupo; g) Habilidad para cambiar las percepciones por medios democráticos; h) Mejorar la auto imagen y superar la estigmatización; i) Involucrarse en un proceso autoiniciado de crecimiento y cambios continuos sin parar. 

Habrá que preguntar a quienes corresponda, si los anteriores enunciados son de práctica común en la consecución de condiciones favorables para las mujeres.
Por el contrario, vemos mayor marginación de las mujeres en las decisiones políticas, por ejemplo. 

Los movimientos para atraer la equidad de género como forma de vida y los programas gubernamentales para combatir las injusticias contra ellas, seguirán siendo un fracaso mientras persistan las equivocadas políticas públicas. En el tema de la equidad de género, se debe admitir que las estrategias son erróneas. 

Se convoca a congresos y talleres para decir a ellas que tienen el poder de decisión y que deben denunciar a sus maridos cuando sean víctimas de violencia intrafamiliar. Regresan a casa a tratar de poner en práctica sus nuevos conocimientos y lo que reciben es otra paliza de sus maridos. Van, se quejan con las autoridades y, por lo menos en Chiapas, alertan al agresor (más si es funcionario público, como sucede con el actual Director del Registro Público de la Propiedad) y la mujer, no tiene otra opción que seguir oprimida. 

No señores, a quien deben educar es al hombre. A nosotros es a quienes deben impartirnos cursos para respetar a las mujeres. A los políticos y las políticas, a funcionarios y funcionarias, es a quienes deben educar antes que a las mujeres porque, insisto, son estrategias equivocadas. 

Discursos y promesas, no son efectivas si no se aplican criterios sólidos y verdaderos. ¿O me equivoco? 

Tarjetero
*** Para redondear el ejemplo del Director del Registro Público de la Propiedad, éste fue acusado penalmente por su pareja sentimental en noviembre del año pasado; lo hizo ante la Fiscalía Especializada en Protección a los Derechos de la Mujer. (http://ksheratto.blogspot.com/2012/01/los-derechos-de-las-mujeres-mutilados.html). 

Ahí, los mismos funcionarios alertaron a Omar Orlando López Aguilar y posteriormente, turnaron la averiguación previa a la Fiscalía de Servidores Públicos, donde se niegan a consignar dicha averiguación. y al contrario, pretenden presionar -bajo amenazas- a la víctima para que se desista de la demanda. ¿Y la justicia para las mujeres? ¿Mentimos cuando decimos que las políticas son inapropiadas y los funcionarios corruptos? *** Luego nos leemos.

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