Juárez
Por. Romeo Ortega
Hoy se recuerda a Benito Juárez en el 206 aniversario de su natalicio. Esta es una de las más esplendentes fechas en los fastos cívicos de la nación. Forma parte de los grandes acontecimientos en los que México cimenta y se enorgullece de su historia.
Urueta dice que cuando el espíritu ha estado en peligro de muerte, se han repetido las salvadoras epopeyas de Maratón y Salamina. El nacimiento de Juárez es una de esas epopeyas, cuando la patria en agonía, víctima de la traición y de la usurpación, vio surgir a su adalid salvador que la nutrió de nuevas energías y la levantó a la vida para hacerla vibrar con los nutrientes del heroísmo indomable de los héroes de la Reforma, con la fuerza del espíritu como guía en una ruta insoslayable y con el valor indómito de esa raza que erigió el patíbulo ajusticiador en el Cerro de las Campanas.
Los patriotas no surgen a la intemperie, se forman en lo más recóndito de su ser, donde se arraigan a sus convicciones y en silencio le dicen al destino que van a cumplir las grandes tareas para las que fueron elegidos.
El destino de Juárez se fue perfilando conforme transcurrió el tiempo y ese destino tuvo diferentes etapas de desenvolvimiento para finalmente formar al hombre en la reciedumbre, en el carácter de hierro, en la voluntad insobornable que solo se doblegaría ante los designios de la patria.
El pastor de ovejas no es la significación ni la identificación de Juárez, es cierto el origen de la humildad indígena, pero la grandeza descansa en la dedicación y en la aptitud para el estudio y el entendimiento de la historia y de las aspiraciones de un pueblo. Lo admirable en Juárez es su decisión de ser grande y prestarle elevados servicios a la patria con una voluntad tan férrea, que ninguna adversidad pudo doblegar.
Hombre de cultura intelectual y jurídica, Juárez legó al mundo muchas enseñanzas de valor y de dignidad. La respuesta que dio a Maximiliano cuando le dijo que necesitaba de sus luces y lo invitaba a formar parte del efímero imperio, tiene tal fondo y tal contundencia que allí quedó sellado el destino de ambos, uno para la gloria y otro para la muerte. Todo era cuestión de tiempo.
Con su chinampa de pastor de ovejas a la deriva, Juárez sabía que no naufragaría y con serenidad esperó el lugar seguro al que llegó sano y salvo; con su carruaje itinerante donde llevaba a su lado los vestigios de la patria, aún con vida, guardaba la plena convicción de que una vez restaurada la República colocaría nuevamente la bandera en el Palacio Nacional y así sucedió, la bandera ondeó otra vez como la encarnación de la patria recobrada, gracias al arrojo de esa insurgencia liberal que, con Juárez como líder, escribió para la libertad una de las más bellas páginas de honor, de grandeza y ejemplo para el mundo. Fue la Generación del cambio y también de la inteligencia.
Son 206 años los que han pasado desde aquel nacimiento venturoso en San Pablo Guelatao, en la sierra indígena de Oaxaca y a través de esos dos siglos, Juárez sigue viviendo ya no solamente en el corazón de los mexicanos, sino en el corazón y en el amor de todos los continentes. Por algo es el Benemérito de las Américas.
COLOFÓN.- Inició en el país la colecta 2012 de la Cruz Roja Mexicana, benemérita institución a la que acuden los mexicanos para entregar su colaboración en efectivo porque están conscientes de los grandes y humanitarios servicios que presta con su personal calificado, de hondos sentimientos y gran voluntad para servir. Esta colecta coopera al sostén de la Cruz Roja que en tantas ocasiones está presente para prestar oportunos auxilios y para salvar vidas. Es una institución que, a nivel internacional, porta el Premio Nobel de la Paz, pero en el mundo es una sola porque converge a un fin común lo mismo la Cruz Roja de Francia, que la de Estados Unidos o la de Suecia o Dinamarca, es la misma Cruz Roja de México, de Aguascalientes, de Michoacán, de Tamaulipas, de Tabasco o de Chiapas. Sus diligentes servicios los presta al género humano sea hombre, mujer o niño, jóvenes o ancianos, el caso es que la Cruz Roja está alerta para acudir a cualquier llamado de auxilio. Por esto necesita contar con recursos para cumplir con eficiencia su humanitaria labor, por esto nadie debe regatear o eludir su cooperación. Todos necesitamos de ella, ahora hay que ayudar para ser ayudados después. Hoy por ti, mañana por mí.
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