* LA REAPARICIÓN MEDIÁTICA DEL EXPRESIDENTE CARLOS SALINAS; “MANUEL CAMACHO NO CAMBIA”, DICE
* EN MICHOACÁN, AL MENOS, ALGUNOS AVANCES EN LA REGULACIÓN DE LAS “AUTODEFENSAS”
Por. Alberto Carbot
Después de un prolongado silencio público, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari reapareció en escena con una entrevista otorgada al diario El Universal, a dos décadas de haber enfrentado la crisis de su gobierno, con el levantamiento armado zapatista y también de encabezar el inicio la era del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) al que apostó parte de su prestigio.
Salinas de Gortari señaló que lo sucedido en 1994 fue una respuesta de quienes vieron sus intereses afectados por el “proceso reformador” de su sexenio, que antes se beneficiaban de un sistema cerrado y anquilosado. “Habían apostado a descarrilar las reformas, como no pudieron, entonces promovieron el descarrilamiento del gobierno”, argumenta el ex mandatario.
Al hablar de los asesinatos de Luis Donaldo Colosio (el 23 de marzo de 1994) y del secretario general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Francisco Ruiz Massieu (el 28 de septiembre de ese mismo año), Salinas no titubea al atribuir estos fenómenos junto con la insurrección zapatista, a una suerte de conspiración.
Salinas dice que con el proceso reformador tan intenso que encabezó -que incluyó la privatización del ejido, el reconocimiento a la personalidad jurídica de las Iglesias, y la reforma educativa, entre otras cosas, provocó muchos enconos.
“Ante todo ello había una resistencia de los grupos que antes se beneficiaban de un sistema tan cerrado y anquilosado”, afirmó.
Salinas se jactó de ofrecer paz, diálogo y mantener la circunstancia institucional para llegar, dentro de la inmensa dificultad, dolor y tragedia, a una elección presidencial que considera fue una de las menos controvertidas.
También presumió que la transmisión del poder se dio en forma pacífica y constitucional. Sin embargo, no asume ninguna culpa por todo el caos que se generó durante los meses precedentes.
Resulta interesante el análisis del ex mandatario cuando señala que el levantamiento zapatista generó un anticlímax mediático, pero señaló que “lo que hoy perdura son precisamente los resultados de esa gran reforma” que él dice haber encabezado.
Salinas admite que existían indicios y reportes de inteligencia sobre la guerrilla en Chiapas antes del levantamiento y dice que “fueron públicos”, pero expuso que ante esa información, lo que hizo su gobierno fue “redoblar la estrategia social y trabajar intensamente”.
Cita a Carlos Tello Díaz, en cuyo libro sobre Chiapas “La rebelión de las cañadas”, dice que mi gobierno fue “de los que más invirtieron en Chiapas en programas sociales”.
El mandatario sostuvo que ante la rebelión zapatista, sus primeras decisiones se enfocaron en la preocupación sobre la seguridad de la población de San Cristóbal.
“Lo que más preocupaba, sin lugar a dudas, era contener un levantamiento guerrillero y, sobre todo y de inmediato, el problema social que eso generó, que fue el asunto de los desplazados, aquellos indígenas que salieron literalmente expulsados de las comunidades donde se había levantado el grupo guerrillero”, indicó.
Cuando se le pregunta por qué a los 11 días del levantamiento decidió suspender el fuego e iniciar el diálogo, afirmó que “ya había terminado la fase de contener y evitar el levantamiento armado.
“La Primera Declaración de la Selva Lacandona decía claramente que su objetivo era derrotar al Ejército, derribar al gobierno, implantar un nuevo gobierno en la capital de la República con una orientación marxista-leninista. Era un intento de derrocamiento del Estado. Hay que ponerlo en su contexto”, subrayó.
Salinas afirma que aunque el levantamiento del EZLN tuvo un extraordinario impacto mediático, en cambio su impacto en el terreno fue nulo porque se pudo contener en términos militares.
El entonces mandatario señaló que se vio sometido a dos tipos de presiones: una dentro del gobierno y otra de la sociedad civil. Unos, inclusive dentro de la izquierda, le decían que había que aniquilar ese grupo, porque decían que iban a echar abajo todo el avance democrático que estamos teniendo en el país.
CON LA MUERTE DE COLOSIO PERDIÓ AL MEJOR DE SUS AMIGOS, ASEGURA SALINAS
Salinas se dio espacio para criticar el protagonismo de su ex colaborador Manuel Camacho Solís, quien se atribuyó -en otra entrevista reciente con el mismo diario-, el mérito de haber convencido a Salinas de evitar una acción militar a gran escala.
Lo acusa de “invenciones fantasmagóricas”, y afirma que llegó un momento en el que Camacho “ya se había vuelto irrelevante”.
“Cuando las gentes se vuelven irrelevantes buscan cómo recuperar cierta relevancia, y entonces generan una cierta idea y se ubican como los únicos posibles, pero eso es una condición humana comprensible”, afirma.
Y luego remata con una frase que achaca a Luis Donaldo Colosio, quien según él solía decir que “este Manuel no cambia porque no aprende”.
Lo que llama la atención es que el ex mandatario, ni siquiera después de tantos años, admite haber cometido errores durante su gestión ni tampoco muestra arrepentimiento por alguno de sus actos de gobierno, y por lo tanto hubiese sido interesante escuchar una verdadera autocrítica; olvidó cierta actitud de modestia y humildad.
Ni siquiera al referirse a Chiapas admite que su gobierno tenía abandonados a los indígenas, no sólo de esa entidad, sino de todo el país, y que fue hasta cierto punto un hecho natural que se hubiera dado el levantamiento armado zapatista.
Después de lo que expone en esta entrevista, sólo queda esperar el juicio de la historia, que seguramente no será tan complaciente.
Uno de los pasajes más dignos de subrayar de la entrevista es el relativo a la muerte de Colosio.
Salinas dice que “es un hecho cuyo impacto todavía no se aleja de mí, a 20 años de distancia” y señala que “México perdió a la mejor opción que tenía para la Presidencia, y yo al mejor de mis amigos”.
Sobre Zedillo señala que fue elegido como relevo de Colosio, porque había sido un excelente secretario de Educación Pública y un talentoso titular de Programación y Presupuesto y agregó que “el perfil de economista tan destacado del doctor Zedillo era una de las garantías de que eso no sucediera”.
Ahí se percibe la ironía y el sarcasmo del ex mandatario, pues como es sabido por todos apenas llegó al poder, la moneda sufrió una drástica depreciación. Paradojas de la vida, el favorito de Salinas fue asesinado y eligió a un Zedillo con el que se había de pelear a muerte apenas unos meses más tarde.
Sin duda, sus palabras son para leer en entrelíneas, porque llevan implícitos mensajes que sólo los entienden seguramente sus destinatarios. La entrevista demuestra, en suma, que este hombre mantiene su influencia en el escenario actual del poder.
GRANOS DE CAFÉ
El acuerdo alcanzado entre el Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo con 30 líderes de las “autodefensas” de Michoacán para que se integren a la institucionalidad, al formar parte de las policías municipales, parece poner fin al conflicto jurídico surgido por el uso de armas por parte de civiles, ya que el uso de la fuerza es potestad exclusiva del Estado. Ante el desolador panorama existente, se trata por lo menos de un avance a fin de recuperar la gobernabilidad y la paz social en Michoacán, pero todavía no es suficiente.
Aunque no existe un censo real de los civiles que conforman las autodefensas en Michoacán, se calcula que son más de 24 mil y apenas 600 de ellos se incorporarían, previa evaluación, a los cuerpos policiales locales, lo que habla de una cifra muy reducida, como también las armas que someterían a registro ante la Secretaría de la Defensa Nacional.
Si bien el acuerdo, tiene un gran mérito al facilitar el proceso de regularización de estas autodefensas, aún falta un largo camino por recorrer, especialmente por cuanto al registro de armas de alto poder de fuego, cuyo origen se desconoce y no corresponden al armamento tradicional (carabinas y rifles de bajo calibre) de uso común en las comunidades rurales y semi urbanas de Michoacán y todo el país.
Por supuesto, falta saber el origen de ese armamento y, sobre todo, la identidad de quien lo usa, para garantizar que no se empoderará al crimen organizado al permitir a civiles su uso.
Desde que surgieron las autodefensas michoacanas ha sido una constante la denuncia de infiltrados del crimen organizado, concretamente de los “caballeros templarios”, a este movimiento civil.
Por tanto, no sorprendería que -como le ocurrió al propio Comisionado Castillo en reciente reunión con líderes de autodefensas-, se “colaran” criminales a las policías rurales, semi urbanas y hasta urbanas.
Un buen filtro, por tanto, es la identificación de las armas, puesto que independientemente de las que las propias autodefensas les han quitado a los “caballeros templarios” y están identificadas, muchas otras podrían provenir del crimen organizado, como quedó de manifiesto con la captura -y hoy sentencia-, del mexicano Manuel Osorio Arellanes quien dio muerte a un agente de la Patrulla Fronteriza en 2010 en Arizona. Lo hizo precisamente con un rifle que formó parte del arsenal de la fallida operación “Rápido y Furioso”, por la cual se introdujeron de contrabando al país centenares de armas de alto calibre…Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección gentesur@hotmail.com
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