¿POR QUÉ NO HAREMOS CASO?
Por Ronay González
Amnistía Internacional (AI), organismo mundial en pro del respeto universal de todos los derechos humanos hizo algunas recomendaciones al Gobierno Federal mexicano por aquello de que a veces se pasan estos asuntos por el arco del triunfo, sin embargo, creo que cada uno de nosotros deberíamos de ponernos la pequeña (o gran) chaqueta que nos toca.
Una de las primeras recomendaciones fue la de incorporar los derechos humanos en la legislación interna de los tres poderes. ¿Y si comenzáramos por incorporarla a nuestras familias? Si tomáramos en serio, o de perdida conociéramos los derechos de los niños, de nuestros hijos, si elimináramos el maltrato, físico, psicológico. Si nos interesáramos por los derechos de las personas que nos ayudan en el servicio, de los que trabajan con nosotros.
Que el gobierno vigile a las fuerzas policiales y de seguridad. Yo diría que nosotros antes que nadie, no es fácil, porque visto está que denunciar un abuso o violación de los derechos por parte de la “autoridad” es abrir una puerta muy grande y en donde los siguientes sujetos de abuso podemos ser nosotros, pero ya hay herramientas que nos pueden ayudar, por ejemplo las redes sociales han sido un excelente aliado, y claro que da miedo, pero en la medida en que demos a conocer todos los abusos, podremos ejercer mayor presión para que los elementos policíacos nos den más seguridad que miedo. Lo mismos sucede con el asunto de las torturas y los malos tratos que también menciona el organismo.
Según AI, el sistema de justicia penal en México sigue siendo el nexo de muchos de los problemas de derechos humanos, debido a las detenciones arbitrarias, la fabricación de acusaciones penales y la violación del derecho al debido proceso penal, ahí confieso que está mucho más complicado y que se supone deberá mejorar con los juicios orales, lo cual no es sino una luz al final del túnel porque nos falta todo el túnel por recorrer, pues apenas se está preparando a las personas, las instalaciones, así que mientras tanto, roguemos a Alá no caer en las garras de la justicia.
Señala también que se garanticen los derechos de las mujeres, niños y niñas migrantes, lo cual vemos todos los días sobre todo en ciudades fronterizas como Tapachula, sin embargo también somos parte de estos abusos, cuando pagamos míseras cantidades por el trabajo de ayudantes a quienes por su calidad de inmigrantes a veces hasta amenazamos; cuando no denunciamos a quienes sabemos se dedican al tráfico de personas, cuando permitimos que en plantaciones de café, de plátano, trabajen menores migrantes que están ahí con sus familias, no me diga que no le suena conocido todo esto.
Ante la "meta lejana" de igualdad de género en México, este organismo solicitó al gobierno que las políticas de seguridad pública no tengan un impacto negativo sobre mujeres y niñas: "La violencia de género sigue penetrando las vidas de mujeres y niñas en todo México. La impunidad de tal violencia, incluyendo el abuso sexual y el feminicidio, es generalizada". ¿Y qué hacemos nosotros con nuestras niñas, con nuestras mujeres?
Si es en el ámbito familiar, yo sigo viendo con tristeza a padres que se niegan a darles educación superior a sus hijas porque de todas formas “se van a casar y ya no van a hacer nada”; a madres que las “adiestran” para servir a quien en algún momento será su marido, y ya ni hablar de los que golpean mujeres y niñas al parejo por considerarlas objetos, o seres inferiores; todo eso existe más cerca de lo que quisiera. En el ámbito laboral la cosa no está mejor.
Finalmente mencionaré el asunto de los pueblos indígenas, a los cuales tenemos tan cerca y pareciera que los quisiéramos muy lejos, los segregamos, seguimos utilizando las palabras “indio”, “indígena”, como despectivas, los tratamos como inferiores, no nos interesa en lo más mínimo su cultura ni la preservación de la misma, e insisto, hablo de todos nosotros, no de los gobiernos. ¿Cuándo les daremos su lugar? ¿Cuándo entenderemos que si bien son seres diferentes a nosotros, que desconocen muchas de las cosas que nosotros conocemos, son inmensamente sabios? A los gobiernos les toca trabajar por asegurarles educación, salud; a nosotros nos toca tratarlos con dignidad.
La tarea que le queda pendiente a quienes ostentan algún cargo en este país es grande, y la nuestra inaplazable si queremos algún cambio, porque así como estamos, cualquiera de nosotros puede ser víctima de abusos.
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