PANTALETA POWER
Por Ronay Gonzalez
También las mujeres pueden y esas no se andan con cosas, mire que cuando se lo proponen, hacen cosan increíbles como chamacos, comidas de la nada o hacerse millonarias.
El Día Internacional de la Mujer se ha vuelto un “revoltijo”, y se aprovecha para hacer un buen marketing de productos, para resucitar el feminismo, para hacerle creer a los demás que somos una sociedad muy avanzada que reconoce a las mujeres, pero ¿cuánto terreno han ganado realmente? ¿cómo es que se están abriendo paso en este país machista?
Me atrevería a decir que es mínimo, aunque los festejos cada año sean más. Hace poco tuve la oportunidad de ver un video en donde se cuestionaba la “moda” de los productos para mujeres, que no es más que una muestra de lo equivocados que andamos en el camino.Plumas para mujeres, cigarros para mujeres, bebidas para mujeres, mismos que son exactamente iguales a lo que usan los hombres nomás’ que rositas o moradito apastelado, o pero aún, son más ligeritos, más suavecitos, porque seguimos viendo a las mujeres como “cosas” delicaditas. ¿De verdad tan tontas las creemos?
Hemos sido capaces (bueno no yo directamente) de construir máquinas que hagan de todo para liberar al hombre de muchas presiones y trabajos ¿y qué se ha hecho para liberar a la mujer de sus presiones y trabajos? ¡Ah! pues por ejemplo lavadoras para que siga lavando, nomás que más rápido; picadoras, licuadoras, ralladoras (ralladores no rimaba), pa’ que sigan en la cocina, pero más cómodas claro porque como además trabajan, pues ¡pobrecitas! Habrá que ayudarles, y así en lugar de darle y darle con la escoba, pues que prenda su supersónica aspiradora y entre a la “era de la mujer”.
Estamos muy lejos de ser una sociedad en donde se le respete, porque para empezar lo vemos como un “favor” que se les hace. Si van a ser madres les damos 30 diotas para que estén con su bebé después del nacimiento ¿Qué no lo correcto e igualitario es que por ley se le dieran también al padre, si quieren dejémoslo en 20 días, pero los dos, un hijo no es de la mamá, esa es otra que les han vendido re bien a las mujeres desde que son pequeñas: la maternidad, esa cosa única que te obliga a que te lleves la mayor …(¿puedo escribir chinga?) con los hijos.
No señores, la maternidad y la paternidad son exactamente la misma cosa, y sé que muchas mujeres van a brincar, a protestar, a decirme que estoy loco, sí lo estoy, pero mientras sigamos creyendo que un hombre no “puede” desvelarse noche tras noche, cambiar pañales, cocinar, porque eso son cosas que sólo una madre hace, que al amor maternal es más grande que el paternal, lo cual me consta que no es así, pues aquí seguimos.
La lista es larga, y lo más triste es que a veces son nuestras mismas mujeres quienes no ayudan a que esto mejore, cuando imponen a los hijos trabajos o actividades diferenciadas porque uno es hombre y otro mujer, cuando no permiten que el padre de sus hijos esté tan cerca como ellas de sus hijos, cuando le dicen a sus hijas que a las mujeres les toca aguantar, callar, obedecer, y que entre más aguantadora, pos’ más mujer.
Me sé de memoria todo lo que se va a publicar en el día de la mujer, sé que ese día mi amiga del alma Elsa Simón va a tener agenda llena, aunque el resto del año ni se acuerden de ella; sé que van a regalarles flores en sus trabajos o en una de esas hasta en su casa, sé qué van a decir los discursos, lo que no sé es cuándo vamos a dejar esta inútil cantaleta y la vamos a cambiar por igualdad, desde la sagrada oportunidad de jugar a los carritos y nunca aprender a cocinar, hasta la de ocupar presidencias en las grandes empresas, en los grandes municipios, o en su casa si se les da la gana, pero que sea por decisión, no por obligación.
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