jueves, 3 de abril de 2014

PALESTRA


Los cantos por Chiapas

POR. Rodrigo Ramón Aquino

Un himno es una composición musical o poética que generalmente expresa sentimientos de alegría y celebración. Busca, entre otras cosas, hermanar e identificar a una colectividad, una región, un pueblo o una nación.

En nuestro país, el himno mexicano, obra poética épica del potosino Francisco González Bocanegra, cuya letra es acompañada por la composición musical del español Jaime Nunó, exalta la defensa de la patria y el calor de la batalla:


Mexicanos, al grito de guerra

El acero aprestad y el bridón;


Y retiemble en sus centros la tierra

Al sonoro rugir del cañón.


Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva

de la paz el arcángel divino,

que en el cielo tu eterno destino

por el dedo de Dios se escribió.

Mas si osare un extraño enemigo

profanar con su planta tu suelo,

piensa ¡Oh Patria querida! que el cielo

un soldado en cada hijo te dio.


En Chiapas, a diferencia del canto bélico nacional, nuestro himno, compuesto por José Emilio Grajales y musicalizado por Miguel Lara Vasallo, conmina a la paz:


¡Compatriotas, que Chiapas levante

una oliva de paz inmortal,

y marchando con paso gigante

a la gloria camine triunfal!


Cesen ya de la angustia y las penas

los momentos de triste sufrir;

que retomen las horas serenas

que prometen feliz porvenir.


Que se olvide la odiosa venganza;

que termine por siempre el rencor;

que una sea nuestra hermosa esperanza

y uno sólo también nuestro amor.


Pese a otros varios intentos, es hasta con “Canto a Chiapas”, poema del escritor popular Enoch Cancino Casahonda que los chiapanecos volvieron a tener un referente común, un canto para reconocerse:


Chiapas es en el cosmos

lo que una flor al viento.

Es célula infinita

que sufre, llora y canta.

Invisible universo

que vibra, ríe y canta

Chiapas, un día lejano,

y serena y tranquila y transparente,

debió brotar del mar ebrio de espuma

o del cósmico vientre de una aurora.

… Y surgió, inadvertida

como un rezo de lluvia entre las hojas,

tenue como la brisa,

tierna como un suspiro;

pero surgió tan honda,

tan real, tan verdadera y tan eterna

como el dolor, que desde siempre riega

su trágica semilla por el mundo.

Desde entonces, Chiapas es en el cosmos

lo que una flor al viento.


La música por nuestro terruño regresó de manera espontánea, quizá por ello tan sentida, de un juglar contemporáneo: César Gandy, con su “De campo, selva y de mar” (Qué bonito Chiapas, señor):


Aquí es donde las mujeres

desvisten a los hijos del río,

que el verde cubrió de brío

y la selva los lloró.



Disfruta campos sembrados

por la esperanza de mis hermanos,

que dejaron piel y manos

para alimentar al sol.


Que bonito Chiapas, señor,

que agradable gente hay aquí,

yo quiero quedarme a vivir,

aquí quiero echar mi raíz.


Porque aquí es más fácil amar,

encontrar hermanos y más,

quiero sentirme nativo

de campo, de selva y de mar…


Recientemente las autoridades del estado reconocieron los beneficios para la economía local de una adecuada promoción de los atractivos turísticos del estado. Es con el ex gobernador Juan Sabines Guerrero que sale a la luz “Yo soy Chiapas”, composición musical del maestro villaflorense Jorge Macías, que aunque evidentemente fue por pedido, no deja de ser una creación cuidada, poética, que suma el talento de varios chiapanecos destacados y que, finalmente, sí generó un sentimiento de orgullo y pertenencia por lo nuestro:


Soy de selva y manantial

Soy de ámbar y coral

Soy el río, la llanura y el jaguar

Soy de bosque y humedal

Soy de caña y de sal

Abanico de colores, pavo real

Soy de riego y temporal

Soy de Barrio La Hermandad

Soy el brillo en el plumaje del quetzal

Soy un canto de manglar, Río Grande que se queda y se va


Yo soy Chiapas, alegría, contraluz y viejo día

y el aroma de mis pueblos al andar

Soy con todos mis hermanos, pueblo libre de un abrazo

Con el nuevo amanecer soy unidad


Soy de riego y temporal

Soy de barrio la hermandad

Soy el brillo en el plumaje del Quetzal

Soy un canto de manglar

Soy grandeza de los mayas, soy tucán

Yo soy Chiapas, al pie del cañón

Yo soy la magia, poeta y cantor…


Pero el reciente intento de repetir la fórmula, con un cantante de moda como Julión Álvarez, nos hace recordar que no cualquier canción que hable de Chiapas será un himno. A la producción “Chiapas nos une su grandeza”, le falta originalidad y corazón. Aunque con envidiable producción, son desagradables los versos forzados y el intento quedito de copiar la letra de Macías. Además, es innegablemente molesto vender al resto del país y el mundo que aquí todos vestimos folclóricamente y jugamos entre ceibas y pirámides mayas, y tenemos a jaguares de mascota:


Como un manantial de tradiciones

como pueblo alegre y de paz

sabe a caña dulce, así sabe Chiapas,

tierra de luz y coral.


Como viento fresco de esperanza

como canto alegre de hermandad

como en cada pueblo

como El Sumidero

mosaico de mi identidad.


Chiapas, nos une su grandeza,

nos unen los colores del plumaje del quetzal

Chiapas nos une su belleza

nos une la marimba orgullosa al sonar.

Sabe así a magia y cafetal,

suena así al guerrero y al jaguar.


Es así

paraíso terrenal

Es mi Chiapas

orgullo mundial…

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