miércoles, 5 de noviembre de 2014

CARREREANDO LA CHULETA


HASTA QUE LO DICEN

Por Ronay González

Desde las primeras horas del martes prácticamente no se habla de otra cosa que la detención del ex alcalde de Iguala y su narco esposa, yo sólo sé que hasta este momento en el que estoy escribiendo ya pasaron unas 17 horas y no se sabe nada de los 43 normalistas desaparecidos, eso no me da buena espina, no es posible que ya hayan detenido a más de 50 personas, incluidos los que están señalados como los autores intelectuales del ataque y nada se sabe de estos muchachos; ya no es creíble lo que sucede, hasta ahí con el tema y mi preocupación.

Paso a otra preocupación (qué mal). Cuando hablan de exámenes de confianza a los cuerpos policíacos yo me pongo a temblar, no porque vaya yo a presentarlos, sino porque me angustia pensar cuántos no los van a pasar y qué será de aquellos a los que despiden por no ser aptos ¿para qué son aptos entonces? me temo que no para hacer pan o vender seguros.

¿Cuánto de ellos terminarán en las filas del crimen organizado? Creo que un margen muy alto, pero la mayoría se dedica a aplaudir este tipo de acciones como si en el momento de dejar de ser policías por arte de magia se convirtieran en personas de bien. Por esto llamó mi atención que empresarios sinaloenses pidieran al gobierno estatal que dé otra oportunidad a los policías que resultaron reprobados en los recientes exámenes de control y confianza.

Aseguran que en este estado se ha gozado de cierta tranquilidad en los últimos años, situación que no quieren que cambie por lo que prefieren que no se mande a los elementos policíacos reprobados a la calle y conminaron a las autoridades para que presenten opciones viables y se mantenga a estos elementos.

Ya era hora que alguien hablara, a ver qué pasa, creo que es hora de replantearse estas técnicas.

Voy con la tercera, ya apareció un "iluminado" diciendo que las multas que se supone (sólo eso) se aplican en las tienditas de las escuelas, deberían de aplicarse también a los comerciantes ambulantes que están afuera de los planteles y en donde los chamacos pueden comprar todo lo que no pudieron comerse adentro.

El sujeto, es un diputado local, da igual de qué estado, en todos pasa lo mismo, quien propone que sean los gobiernos municipales los que establezcan una distancia mínima para que se instalen estos puestos.

A partir de 2015, a quien venda productos chatarra dentro de las escuelas se le impondrá una multa que va de uno a 5 mil salarios mínimos y se duplica ante reincidencia. Algunos de los alimentos que pueden causar multas son leche con saborizantes y azúcares añadidos; verdura y/o fruta cristalizada; pulpas o colados de verdura y/o fruta con azúcares añadidos; mermeladas, ates, jaleas, entre otros; fruta en almíbar; azúcar; salsa cátsup; chocolate en polvo; gelatina y/o flan; mazapanes; miel y jarabes; cereales de caja, galletas y barras con coberturas y/o rellenos azucarados; pan blanco; hot cakes de harina refinada y pastelillos.

Hay que estar atentos y ver que esto se cumpla en las escuelas de nuestros chamacos, porque la tentación es la tentación, y ya sabemos que las leyes en México son maravillosas, pero rara vez se cumplen.

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