Por Carlos Z. Cadena Concluyó la LXIII Legislatura local, y concluye también una historia negra de entreguismo, tibieza e importamadrismo cuya notoriedad es un símil a aquella Legislatura local que cambio toda la nomenclatura del propio poder legislativo en la época de Pablo Salazar Mendiguchìa, donde el propio PRI tuvo la necesidad de expulsar a 16 diputados locales priistas por su alta traición. Señalamos lo anterior porque es la LXIII Legislatura la que se ha convertido en la más “alcahueta” en muchos sexenios con el proteccionismo de los presidentes municipales, a pesar de que muchos ayuntamientos municipales fueron descubiertos por su grave corrupción por los propios regidores que antepusieron su dignidad en el trabajo, además ya no se diga de la población que cómo nunca señaló con índice de fuego a los alcaldes corruptos.
En lo que se refiere a la Costa y el Soconusco, la corrupción alcanzó un océano de sindicaciones que hasta con documentos cómo prueba presentaron algunos regidores municipales y que fueron entregados en el Congreso del estado, pero nunca les resolvieron pese a que estaban plenamente confirmado el fraude y saqueo de los alcaldes, entre ellos figuran el edil de Huixtla, Pilo Lugardo López, el de Cacahoatán, Rolfy Gomèz, el de Tapachula, Ezequiel Orduña Morga, el de Suchiate, el de Mazatán,Tuzantán, el de Metapa, el de Mapastepec, Pijijiapan, y la lista sigue.
Cómo olvidar al Presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado, el ex diputado local Miguel Ángel Vargas Blanco, que si nos vamos a su hoja personal desde que asumió esa encomienda, solamente se fue en “declaracioncitas”, engañando al pueblo de Chiapas, de que no se dejaría ninguna cuenta pendiente con los alcaldes acusados por corrupción por su propio cuerpo edilicio, sin embargo el tiempo transcurrido fue la mejor estrategia de Vargas Blanco, que todavía el pasado 30 de Septiembre, reveló a la prensa chiapaneca, que se sancionarían a 76 alcaldes por no entregar la cuenta pública, escenario que nunca sucedió, sin embargo los “alcaldes que fueron denunciados por el saqueo al erario público”, increíblemente los perdonaron, alegando el ex diputado local que eran por instrucciones superiores.
Cómo olvidar a Ana Elisa López Coello, que no solamente fue la ardid publicitaria de la mujer y su lucha de género, sino que también se convirtió en una protagonista de que iba a ver justicia en contra de los alcaldes corruptos, situación que nunca llegó, lo que llego fue la deshonra de su propia gente del municipio de San Cristóbal de las Casas, que a través de misivas le señalaron diversas situaciones adversas a su cometido cómo legisladora local, que hizo que abortara su candidatura en busca de la Presidencia Municipal. Hoy se habla de que seguirá en la administración pública estatal.
Increíblemente fueron dos protagonistas blancos, que siguen bajo las acusaciones por parte de la propia población, nos referimos al auditor superior del Órgano de Fiscalización Humberto Blanco Pedrero y al ahora ex diputado local Miguel Ángel Vargas Blanco, quienes a lo largo de este trienio de funciones de la LXIII Legislatura, se hicieron “pato” demostrando que no hubo alcaldes corruptos durante estos años, lo que desconcierta y desorienta, porque ahí está un alud de denuncias públicas que cómo nunca en la historia de Chiapas, se había dado, porque la gente se encuentra irritada y más ahora que no se les hizo justicia, y lo peor es que aseguran que en sus municipios, no les llegó desarrollo menos una transformación integral. No hubo desarrollo.
Pero más allá de los Blanco Pedrero y Vargas Blanco, se van 40 exlegisladores locales en la más espantosa mediocridad donde los columnistas de Tuxtla Gutiérrez, los calificaron de ser los que menos proyectos de leyes hicieron, (todas las reformas y proyectos de ley, se los enviaron) y donde solamente tenían que levantar el dedo, hay diputados locales –o han habido- que ellos mismos confeccionan sus proyectos de leyes, sin embargo ahora los que trabajaron y desquitaron el sueldo fueron los asesores gubernamentales. Salvo un diputado o dos se salvan, pero de ahí lo que deben de hacer es poner al lado de la estatua de Don Benito Juárez, en la entrada principal del edificio legislativo “El monumento al dedo”.
Hoy llegan otros 40 diputados locales que conforman la LXIV Legislatura local, cuya diferencia de los que se van, es que ellos solamente estarán un año y ocho meses, y esta nueva camada tiene cómo carta de presentación que son 14 mujeres que serán diputadas locales, lo que deja un precedente y un compromiso de que la mujer no le falle al pueblo, porque si los hombres, ya cayeron en lo más profundo del sospechosismo, nuestras mujeres son la esperanza, y en esta nueva legislatura serán ellas las que estén a prueba, y la cacaraqueada “equidad de género”, que se hizo precisamente para este avance democrático de 14 féminas en curules del congreso chiapaneco. Si las mujeres fallan, Dios nos agarre confesados.
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