jueves, 17 de febrero de 2011

La cultura LIGHT

Por Carlos Morán 
Se entiende aquí y en muchas partes por “cultura” un género de vida particular, inspirado en una idea-modelo, por ejemplo, la cultura gay, la cultura de la muerte, la cultura del libro, y así por el estilo, según prevalezca en la vida de un número equis de personas la homosexualidad, la muerte, la lectura, etc.

Advirtiendo que la vida de estas personas, sus gustos y ocupaciones se miden por: el patrón gay, la muerte, el libro, entre otros. Hacen de esa idea -homosexualidad, muerte, libro, etc.- la medida exacta y criterio de sus vidas: sin prever las consecuencias de tal elección. Así que destrocemos nuestro tema de hoy: La cultura light.

Esta palabra se encuentra en el diccionario inglés. Obsérvese que esta cultura se mide por un patrón inglés, no autóctono, concretamente norteamericano: lo ligero. El célebre Webster Dictionary, lo entiende a partir del peso de los objetos: ligero, liviano de peso, y de aquí pasa a su sentido figurado: ligero de importancia, sin trascendencia: ligero. Y se le pega este sentido, de ligereza, como etiqueta, a todo lo de la persona que vive la cultura light: “La Chuchis es una dama light”, sin entender lo profundo del calificativo.

El amor en esta cultura se reduce “al acto” -ojo-: "to make the love": hacer el amor, fornicar o echarnos un “palito”, como vulgarmente se dice. Así mismo el curso de una materia al examen; el bachillerato es solo una clave, la carrera es el cartón, y así por el estilo. Ese fulano o fulana vive una cultura light: todo a la medida de lo ligero, lo falto de seriedad y profundidad: ligero. Pero lo más grave es la forma sutil, comercial y subliminal o tramposa con que se nos vende la cultura light:

Coca-cola light, vale decir, sin coca; cerveza light es cerveza sin cerveza; café light, café sin cafeína; leche sin leche. Fíjese nomás: la tal cultura light le quita a todo su peso, su esencia, su ser y le venden un sustituto: leche sin leche es agua pintada de blanco; cerveza sin cerveza es casi un agua de panela, queso light es queso sin sabor a queso que no contiene leche sino sustituto, mujer light es mujer vacía, mujer sin mujer: Es un maniquí.

Fíjese nada más a dónde nos está llevando la cultura light: a la superficialidad, a la nada. Claro: le quita lo esencial a todo, y no queda más que la cáscara, la apariencia de las cosas, la nada y lo que la mente light puede coger. ¿No es eso, en el fondo, la cultura light: apariencia, medianía, insignificante, superficialidad, nada? Una persona light, es por supuesto, algo fatal: un engaño, una apariencia, una nada. Por eso me atrevo a tratar de abrirle hoy los ojos para que se cuide de la tal cultura light: por ese camino le van a quitar la seriedad de la vida, y así no se llega a nada grande en la vida.

La cultura light sólo engendra insignificancias, mediocridades, cosas sin peso, personas sin valor, sin sustancia, que pasan por el mundo sin dejar la huella de nada grande; comieron y bebieron, sin hacer ni dejar nada grande, en gratitud por todo lo que recibieron: ¡Il bel far niente! "El bello hacer nada".

Usted tiene su vida en sus manos: de usted depende lo que quiera ser el día de mañana, lo que quiere dejar de herencia a sus hijos. Ellos merecen más que dinero y comodidades (que usted no tuvo y que hace mal en proporcionárselo), algo más importante que el dinero: un nombre RESPETABLE, una personalidad, el peso gigante de una vida HEAVY -para recurrir de nuevo al inglés-.

Si hay música pesada, heavy metal, que haya tan bien formación pesada, densa, valiosa, que deje huella (bueno, si usted puede y tiene un ministerio ejemplar para regalarle). A los jóvenes de hoy les hacen falta ideales, modelos de identificación y sobre todo, educación familiar con valores y ejemplos dignos. No este o aquel futbolista arrabalero que se convierte en su Dios privado, el boxeador que lo mantiene creyéndose un luchador o la reina de belleza, la bonita de cerebro hueco a la que su hija sueña con imitar un día. No.

Hace mucho leí dos biografías pequeñas pero jugosas que me dejaron pleno: la vida de Teresa de Calcuta, sencillamente Madre, escrita por un notable periodista, y una biografía de Miguel Angel, o la Creación, del genial escritor francés Marcel Brion, sencillamente el escritor que necesitaba Miguel Ángel para seguir siendo grande.

¿Pero hace cuanto que usted no lee? Y cuando hago la pregunta no me refiero por supuesto a revistillas de la farándula en donde las mujeres y estrellas se exhiben prosaicamente para mecánicos pero que maravilla a las señoras light de nuestra sociedad. Y hago la pregunta porque sí usted no lee en casa sus hijos tampoco nunca leerán: libros, desde luego, no revistas bofas que solo alimentan la vanidad.

No es un terreno muerto, si usted nunca tuvo el ejemplo de la lectura en su hogar, haga el esfuerzo y cultívelo en sus hijos para que tengan un panorama mejor del mundo y de la vida, así no serán nunca atrapados por ninguna cultura pobre en donde lo light, lo retro en incluso “lo güey”, los marcará con una pobreza total.

Y finalmente cuando tenga la menor oportunidad regale algo que deje huella, algo que pese, que no sea light y que sea para siempre. Regale un libro. Así le regalo hoy este texto que me compartió René López Guillén, un amigo y lector:

“No creo que seamos amigos muy cercanos, pero si Usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante...”

En la carta de despedida a sus seis hijos: "Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la Revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario." Ernesto Che Guevara.

Para comentarios escríbeme a morancarlos.escobar@gmail.com

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