sábado, 22 de octubre de 2011

PRIMERA FILA

LAS DEUDAS DE LOS AYUNTAMIENTOS 
Por Rosalino Ortiz 

Tapachula, Chiapas 21 de octubre de 2011.- El pago del consumo de energía eléctrica para los ayuntamientos de la Costa de Chiapas, es un problemón. Sencillamente, los actuales alcaldes no han podido sanear ese rubro y por el contrario, algunos de ellos se han “encharcado”, o han hecho más grave este asunto. 

Es cierto, los alcaldes que se fueron, dejaron en herencia fuertes adeudos, no solo por concepto de consumo de energía eléctrica, sino otros más, como préstamos a Banobras y pagos a proveedores. Por supuesto, esos adeudos no quedaron a nombre de los alcaldes, sino que están a nombre de los ayuntamientos y por ende, sea quien sea el alcalde, se tienen qué liquidar. 
Que los anteriores alcaldes fueron irresponsables al dejar esos adeudos, eso nadie lo discute. Pero también, los nuevos sabían de estos problemas, sabían a qué le tiraban, y ellos fueron quienes buscaron afanosamente llegar a las alcaldías. Creo que a ningún alcalde lo fueron a sacar a la fuerza de su casa para que se hiciera cargo de la presidencia. 

La situación actual dice que: si el ayuntamiento anterior dejó una deuda de dos millones de pesos, ahora, la deuda ha crecido a tres, y hasta cuatro millones de pesos. Unos, como han podido, han ido abonando o pagando, pero no ha sido suficiente. En ese sentido, si bien les ha ido, es que han podido pagar su propio consumo, aunque estos alcaldes se cuentan apenas con los dedos de la mano. 

Los demás se han ido a la greña. Se la han pasado echándoles la culpa a los anteriores alcaldes, vociferan que no tienen recursos, han dicho que la CFE les cobra hasta las lámparas fundidas y hasta han hecho gracia de su ignorancia al decir que la CFE no les paga impuesto predial. Son puras expresiones para atajar el problema. Pero no lo resuelven. 

Aquí no se trata de buscar culpables, sino contribuir, si se puede, en señalar rumbos o alternativas de solución, y que todo tiene que llegar a un punto: consumir menos para pagar menos. Y esto de consumir menos para pagar menos, no va dirigido solo a los alcaldes o ayuntamientos, sino a toda la población en general, que de por sí, por ser fiado el suministro de energía e eléctrica, están acostumbrados a desperdiciar la luz, como se le dice. 

En el caso del alumbrado público en las poblaciones, se ha visto que en algunos bulevares, a los alcaldes les ha dado, tal vez con tal de que se vea bonito, que los tienen super iluminados, con lámparas de mayor wattaje que el necesario, como si fueran circo (hay que aclarar que los circos sí pueden hacerlo porque cargan su propia planta de luz). 

En este caso, si no es tan necesario, los alcaldes pueden optar por: primero, poner lámparas de menor wattaje, o bien desmontar algunas (intercaladas) y pedir que les hagan un nuevo censo para el cálculo del pago por concepto de consumo de energía eléctrica. El ejemplo lo puso el anterior alcalde de Suchiate Manuel Serrano de la Torre, quien invirtió en lámparas ahorradoras modernas y gracias a ello, casi no dejó deuda al actual ayuntamiento que preside Miguel Chávez Mérida. 

Con respecto a que dicen que les cobran consumo por lámpara fundida, eso es fácil de resolverlo: que pongan medidores en los bulevares o circuitos de alumbrado público, y listo. Entonces sí, la CFE les va a cobrar exactamente lo consumido. Hoy, se atienen a convenios que firman ambas entidades en los que se toman en cuenta el número de lámparas, su wattaje y con el cálculo de 12 horas de servicio, se establece la cuota. De manera que, si hay lámparas fundidas, ¿de quién es la culpa? 

Es como cuando alguien pide rentada una casa o local, si no lo ocupa, es su bronca, pero la renta cuenta y tiene qué pagar. Es decir, si un alcalde tiene lámparas fundidas en el alumbrado público, es su bronca. Aunque habría qué ver si es correcto que un alcalde mantenga a la población a oscuras, sencillamente porque no quiere cambiar las lámparas fundidas. 

Con relación al impuesto predial del que dicen algunos ayuntamientos, el asunto es simple. Todos los servicios públicos (no privados) están exentos de estos pagos. Se imaginan, la CFE tiene presencia en todo el país, lo repito, en todo el país, y sí así fuera, desde cuándo se le hubieran echado encima todos los ayuntamientos de la República Mexicana. 

Volviendo a los servicios medidos, como es el caso de las presidencias municipales y otros edificios públicos, allí, lo que hay qué hacer es eficientar el uso de la energía eléctrica, tal como lo hace el gobierno federal que instruyó a todas sus dependencias para que trabajen en turno corrido, de 8 a 16 horas, a modo de que en la tarde o noche no se enciendan los focos, lámparas y otros equipos. 

En esas oficinas, se pueden ver en cualquier parte, que tienen encendidos los aires acondicionados sin que haya alguien en una oficina; tienen encendidas las computadoras en tanto el que la atiende está en una reunión por otro lado, y así por el estilo. Incluso, terminan sus labores, se van a sus casas y dejan encendido todo tipo de aparatos. ¿Cómo quieren pagar menos, si desperdician la energía eléctrica? 

Casos como el citado en el párrafo anterior, es común, no solo en las presidencias municipales u oficinas públicas, sino en todas partes. No hay consciencia. Todos están en lo mismo: hacer uso desmedido del suministro eléctrico, agravando el problema de los pagos. 

Hay muchas formas de cómo ahorrar energía eléctrica. Y de eso, en cualquier centro de atención al cliente, de CFE, les pueden explicar. Pero es cuestión de buscar el diálogo, de buscar alternativas de solución a los problemas, no de agravarlos (rosalino_ortiz@hotmail.com).

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