jueves, 15 de marzo de 2012

Comentario Zeta

Cambio climático amenaza el agua dulce 

Por. Carlos Z. Cadena 
Este 2012 debemos de observarlo como un año muy preocupante para los mexicanos, primero porque es un año que nos absorbe en materia electoral, prácticamente nos trastorna el rubro electorero en todo el país ante el cambio inminente del próximo Presidente de la República, Senadores y Diputados federales, no obstante, refleja un año muy sintomático para nuestro país en materia del cambio climático, que a pesar de que en varias entidades se está sufriendo aún la sequía más severa en toda la historia de México, que hay hasta municipios donde el agua se ha escaseado para la vida humana, en varias ciudades del norte del país, el escenario parece no importarnos, sino que los mexicanos estamos más inmersos desafortunadamente en lo electoral, que en el problema de la sequía y la falta del vital líquido para el consumo humano. 
Todo este fenómeno nos dibuja un panorama de que en la humanidad, “Es el hombre el lobo del propio hombre”, como señalaron los grandes escritores de su época como Thomas Hobbes y Herman Hesse. Es increíble que sea la humanidad la propia destructora de la humanidad, ante el calentamiento global que es producto de la mano del hombre, y que hoy tiene al mundo de cabeza, con infinidad de escenarios peligrosos que van desde las inundaciones hasta las sequías, o el derretimiento de los polos y glaciares, al grado de que en Canadá un estudio científico advirtió que el calentamiento global podría significar el fin de las pistas de patinaje sobre hielo al aire libre para el año 2050 en las principales ciudades de ese país de Norteamérica, una calamidad en una nación donde el hockey sobre hielo es casi una religión. 

En Chiapas, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), señaló desde a principios de febrero, que se advertía una sequía atípica en la geografía estatal, y es la que estamos sufriendo como para citar unos ejemplos, lo seco de nuestros ríos y afluentes en la Costa y el Soconusco, la falta de lluvias en muchas regiones donde desde febrero de años anteriores, ya se podían sentir algunos aguaceros, sin embargo, el clima es impredecible, y ahora en estos días el calor aprieta y es sofocante. 

En el Centro del Estado, también el clima da tumbos y el calor se ha hecho presente todavía más, aunque al otro día el fresco y los vientos sea la carta de presentación. Aún se recuerda las lluvias intensas y tormentas eléctricas del año pasado en Tuxtla Gutiérrez, que también no son tradicionales, sino que arrancaron con mayor fuerza el año pasado y así vemos un Chiapas incierto por los cuatro puntos cardinales en materia de clima, donde la autoridad federal o estatal, no tiene ninguna culpa, sino que es la madre naturaleza destruida por la mano del hombre en su conjunto, originando hoy los fantasmas peligrosos del calentamiento global, producto de la misma irresponsabilidad humana. 

Solamente Dios y la ciencia -que a veces se equivoca- saben a ciencia cierta qué es lo que está pasando, porque pareciera que la humanidad está inmersa más en favor del deporte, la industrialización, la cultura, que de hacer conciencia entre todos los humanos para que no sigamos destruyendo este planeta, que lo único que avizora son calamidades. Si en Chiapas, la CONAGUA, ya nos alertó de una sequía atípica, donde se supone que es la entidad más lluviosa en todo México, qué debemos de esperar los mexicanos los próximos años en el caso de las sequías del norte del país. 

Pero ahora viene el otro lado de la moneda; aún no podemos predecir que nos trae ya la época de lluvias registradas para nuestro país y en especial Chiapas, donde como pueden ser los grandes aguaceros -como le llamamos- o que sea este 2012, un año en lo general, que no haya lluvias intensas. 

La ciencia, aunque nos da solamente cucharadas de información sobre este tema escabroso, sí nos alertó desde el 2000 que la subida del nivel de los mares a resultas del cambio climático constituye una de las más alarmantes previsiones que circulan entre quienes intentan vislumbrar lo que nos deparará el futuro. 

El IEPP (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático) considera que el deshielo de esta capa helada de la Antártida podría provocar una subida del nivel de los océanos de hasta cinco metros por encima de los parámetros actuales. Sin embargo, esa cifra ha sido corregida al alza por los geofísicos de la Universidad de Toronto (Canadá), en base al cálculo de cuánta agua se vertirá en los océanos si se derrite la plataforma de hielo de la Antártida Occidental. 

La licuefacción de esta masa de 2.000 metros de grosor parece probable, al decir de muchos expertos y si sus gélidos cimientos se derriten su colapso estará a la orden del día. (sic) (Universidad de Canadá). 

Lo más grave es lo que publicó recientemente la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su cuatro informe mundial, sobre una declaración titulada: “El agua no es una mercancía, es el bien común de la humanidad y de lo viviente”, donde señala que “El crecimiento de la población mundial y el calentamiento global, agravado por inundaciones y sequías, amenazan los recursos de agua dulce, si nada se hace para mejorar la gestión. 

Son síntomas pues, de que estamos entrando los seres humanos a un panorama desagradable, donde el agua -como líquido vital- será un producto que nos podría llevar hasta una tercera guerra mundial, han advertido algunos investigadores y sociólogos. 

Nos encontramos ante espacios que eran impensables hace décadas, pero lo cierto es que ya están aquí, y ha llegado el cambio climático con la falta de agua, donde los grandes perdedores serán la próxima generación, la de nuestros hijos y nietos. 

Probablemente en los próximos años, sea este el tema recurrente que estará en boga del mundo, la lucha y la concientización para hacerle frente al cambio climático y el cuidar el agua dulce, pero lo preocupante es que tal vez llegamos ya tarde para reparar lo destruido, porque no podemos negar que fuimos nosotros los humanos, el lobo de la propia humanidad. Solo Dios sabe lo que viene.

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