A FUEGO LENTO

-A NADIE ENGAÑAN: SABÍAN DE LOS RIESGOS DEL AVANCE DE LA TORMENTA TROPICAL

-PEÑA NIETO TODAVÍA SE DIO TIEMPO DE PRESIDIR EL DESFILE DEL 16 DE SEPTIEMBRE

Por: Alberto Ramos García 

A los mexicanos nos “llueve sobre mojado”, pues en estos días, a los efectos devastadores de la política económica neoliberal instrumentada desde hace tres décadas, que ha dejado a una sociedad profundamente desigual y con la mayor parte de la población en la pobreza, sin olvidar la destrucción de su infraestructura productiva y la degradación del medio ambiente, hay que añadir los terribles daños ocasionados por fenómenos meteorológicos.

Desde hace 50 años no se presentaban dos meteoros en forma simultánea, uno por el Atlántico y su par por el Pacífico, el arribo de “Ingrid” y “Manuel” al territorio nacional ha dejado en pocas horas un daño particularmente severo y de alcance nacional, aunque la primera información señala que Guerrero, una de las entidades más empobrecida de esta desequilibrada República, paupérrima para muchos y una fuente de riqueza para unos cuantos, es el más golpeado.

Información incompleta da cuenta de la afectación de más de millón y medio de personas por las lluvias registradas en 19 entidades del país, lo que se suma a la pérdida irreparable de más de medio centenar de vidas humanas a consecuencia de inundaciones y deslaves, con saldos todavía incuantificables. Mientras las lluvias siguen, en los próximos días se conocerán los datos, seguramente demoledores, relativos a la pérdida de cultivos y ganado, daños en casas, carreteras, infraestructura urbana, etcétera.

Particularmente desastrosa ha sido la devastación ocurrida en Acapulco y en sus localidades conurbadas, donde el paso del primero de esos meteoros ha derivado hasta ahora en una treintena de muertes y provocó la suspensión del suministro eléctrico y telefónico, además de la incomunicación aérea y por carretera durante varios días. En uno de los más importantes puertos turísticos del país quedaron varados alrededor de 60 mil turistas, quienes de inmediato fueron atendidos por las autoridades recibiendo transporte aéreo por parte del Ejército y la Armada

A nadie engañan, pues, sabía de los riesgos que para la población representaba el avance de la tormenta tropical 'Manuel' por el Pacífico y luego con el huracán 'Ingrid' en el Golfo de México que finalmente disminuyó su fuerza pasando también a tormenta pero intensa, pero ni el gobierno federal ni los estatales le dieron importancia a los fenómenos meteorológicos, a pesar de que se pronosticaba tocarían tierra en la costa de Michoacán y afectaría directamente a Acapulco, también en estados del sureste, como Veracruz, Oaxaca, y Chiapas, con la consiguiente tragedia de 54 muertes y daños materiales nunca antes registrados. 

Precisamente. evidenciándose la falta de cultura de previsión, al menos no la aplicaron. Tan poco importantes que Peña Nieto todavía se dio tiempo de presidir el desfile del 16 de septiembre, y hasta después, hacer acto de presencia en la zona de afectación para ordenar que Hacienda libere el Fondo de Desastres Naturales.

No se dio importancia a la gravedad que podría venir y de lo cual daba cuenta la Comisión Nacional del Agua, y que llegó. Los gobiernos optaron por distraerse en otras cosas como el desalojo de los maestros de la CNTE del Zócalo, la pelea de box de el Canelo Álvarez, disfrutar del puente vacacional y de los festejos patrios por la Independencia de México, justo cuando la fuerza de los fenómenos con gran fuerza tocaban tierra y sorpresivamente golpeaban a la población. 

Desde el sábado 14, el Servicio Meteorológico Nacional daba cuenta de riesgos que podrían enfrentarse, pero a pesar de la alerta, en tierra las autoridades no hicieron su trabajo con la intensidad y eficacia que se necesitaba. Con desgano anunciaron que iban a establecer lugares para atender a posibles damnificados, pero lo hicieron cuando el agua ya estaba hasta el cuello de la población, y en plena tragedia no se contaban con servicios en los albergues para los afectados. No había agua, medicinas ni cobijas. 

En medio de las lamentaciones y cuando se intentó desplazarlos y tenerlos disponibles, ya estaban cortadas las comunicaciones terrestre y aérea. 

Debieron darse acciones preventivas para los vacacionistas, pero no. Posiblemente porque había que dejarlos que gastaran su dinero y generaran derrama económica para los negocios y la población de los destinos turísticos de Michoacán, Guerrero, Veracruz, y otros estados del sureste mexicano. Igualmente se debió implementar vigilancia en carreteras y autopistas para prevenir a automovilistas, de alertarlos sobre riesgos de quedar atrapados, varados e incomunicados y hasta de caer al vacío ante los puentes desplomados. Pero no se hizo trabajo preventivo. Y ahora a enfrentar las consecuencias, que no resultaron menores. 

Fue hasta después de terminados los festejos patrios, dos días después de la tragedia aquí, allá y más allá, cuando el gabinete federal reaccionó lamentando la tragedia, prometiendo que ayudará a los afectados. 

Decíamos que se pasó por alto irresponsablemente la cultura de la prevención, porque los gobiernos no tomaron precauciones en dos terceras partes del país afectados por los fenómenos 'Manuel', e 'Ingrid' que se ensañaron con más de un millón y medio de mexicanos, porque en el caso de Tamaulipas, donde también pegó 'Ingrid', sí se dio trabajo de prevención por las autoridades, tan es así que se evitó que la tragedia nacional resultara mayor. 

Finalmente: La Facultad de Humanidades invita a toda la comunidad estudiantil y a toda la sociedad 

para que asista este jueves 19 a las 10:30 A.M., al foro la Reforma Educativa en México 

con la presencia de Javier Álvarez Ramos exsecretario de educación en Chiapas, Isaín 

Mandujano representante del periódico Chiapas Paralelo, José Francisco Oliva, Director 

de Educación Media y Superior de la Secretaría de Educación y El Dr. Carlos Rincón Ramírez, 

profesor investigador de la UNACH. El evento se desarrollará en el auditorio de la Facultad de Humanidades, nos leemos mañana, Dios mediante 

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