viernes, 9 de mayo de 2014

Palestra


Cadena de favores
Por. Rodrigo Ramón Aquino
Es muy triste que la gente de a pie, esa fauna distinta a la burocrática o política, viva momentos desesperados por no tener para la medicina de los hijos. Es un semblante difícil de describir. 
Hace un par de días, al abordar un taxi, vi que el chofer se secaba algunas lágrimas. No pregunté qué le ocurría, desde luego. Es incómodo. Camino a un Oxxo él rompió el hielo diciendo algo sobre lo difícil que es tener a un familiar en el Metropolitano. Yo sólo asentía. 
Pasé a comprar algunas cosas a la tienda de autoservicio, la mayoría no necesarias. Él me quedó mirando como si yo estuviera haciendo algo malo. No supe porqué.
Camino a casa, me soltó que a su hijito le había dado rotavirus, que estaba muy mal y que no tenía para las medicinas. Que venía de Terán donde le habían negado un préstamo por el que estaba dispuesto a pagar el 40 por ciento de rédito. Le dijeron que cantidades pequeñas no prestan.
Qué mal plan, se me ocurrió soltar, y volví rápidamente a escapar viendo por la ventada. Abrir mi cerveza camino a casa fue un ritual de culpa y remordimiento. La vida en sus dos extremos: alguien que va con toda tranquilidad a casa, luego de trabajar, y pasa a comprar una cerveza, y otro que no ha parado desde las tres de la mañana, está angustiado y no tiene ni para una botella de agua. Las desigualdad social salta de los libros de texto gratuito al volante de un tsuru.

¿Cuánto pidió prestado pues?, volví a preguntar sin mucho interés en realidad, pero a veces es bueno brindar un oído cuando no se puede tender una mano.
--400 pesos, patrón, para la vacuna.
Pasumecha. Todos este drama por cuatrocientos benditos pesos. Ya no pude seguir tomando mi cerveza y empecé a agradecer en silencio todas las bendiciones que la vida, ese ser superior nos da, principalmente la salud y el trabajo.
--Sabes qué, amigo, ni te conozco, cualquiera dirá que soy muy tonto, pero toma 500 pesos y este es mi número, págamelo si es tu voluntad y tu historia es cierta. No me des el tuyo, porque si no quieres pagar y optas por desaparecer aunque lo tenga no podré hacer nada.
Me quedé con mucha paz a decir verdad. Y aproveché a recordar las veces que gente buena me ha ayudado cuando más lo he necesitado. De la nada, al final del túnel, siempre ha llegado la luz en más de una ocasión. Me gusta pensar que la historia del taxista es verdadera y yo sólo continué la cadena de favores que hacen que no se pierda la humanidad y al mundo no se lo lleve la mierda.

Ágora

Del primer informe de actividades legislativas de la diputada Alejandra Soriano: “Rendirte cuentas no es un favor, es mi obligación. Por ello la rendición de cuentas y la transparencia son ejes transversales que hemos impulsado y seguiremos impulsando desde el Congreso para que sea consolidada en Chiapas. Por eso hoy someto a su escrutinio mi trabajo como diputada local.
"Hoy utilizo esta frase No mires mi imagen, mira mi trabajo, es una expresión que sintetiza la necesidad de decirle a la ciudadanía que el trabajo que da beneficio social es lo único importante de una política o político.
Y la frase que la coloca desde ya como suspirante a la candidatura del PRD por la capital del estado: "¡Con ustedes todo, a sus espaldas nada! Porque estoy convencida que con ustedes ¡otro Chiapas es posible, con ustedes otro Tuxtla es posible!


Corrillo

En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven...
Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos...
La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad...
Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse.


Contacto:
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