SEAMOS ARTESANOS
Por Ronay González
Allá en mis épocas de la secundaria, recuerdo que en la materia denominada educación artística nos ponían a trabajar en cosas a las que no les veía el caso: una mecedora de madera en la que se ponían hilos y agujas para regalárselo a mi mamá, misma que nunca utilizo y ahí anduvo dando vueltas hasta que la polilla se la acabó.
En otra ocasión hicimos unas flores medias raras de hilo para entregarlas el 10 de mayo a nuestras sacrosantas madres; tuvieron el mismo fin que la mecedora y que todos los otros artículos que fueron tan útiles e increíbles que ya ni me acuerdo de ellos, mi madre menos.
Lo malo es que hoy día los jóvenes siguen en las mismas, haciendo toallas para manos más rasposas
que una lija, cuadritos que no sirven ni de charolas, y de remate los profesores se enojan porque obviamente el interés en crear estas cosas es nulo.
Buscando un poco más de entusiasmo le dio a las escuelas por crear cosas con objetos reciclables y ahí anda medio mundo juntando botes, cartón, corcholatas, lo cual no se me hace mala idea, aunque como dice la sabia de mi esposa acaban siendo basura también porque no estamos acostumbrados a usarlas.
Ahí estaba yo en la sala comiendo mi puño de galletas de animalitos con mi café, recordando todas las cosas inútiles que hice (tardé UN rato), cuando se me prendió el foco, a veces sucede.
Propongo que en lugar de que para este siguiente día del padre, la madre o el abuelo, los chamacos hagan algo en lo que se gaste, por qué no procuramos que los niños aprendan realmente algo de utilidad, que si quieren puedan perfeccionarlo y en una de esas hasta pongan un negocio en el futuro.
¿No le gustaría que su hijo tocara la marimba, o que supieran cómo se utiliza un telar, o se fabrican artesanías de barro? Nuestro estado es rico en todas esas cosas, nuestros artesanos hacen maravillas, dignas de presumirse en la casa o hasta de regalarlas; muchas de esas técnicas están por perderse y no les hemos sacado el provecho que deberíamos.
Los maestros podrían ser nuestros mismos artesanos y claro que no pretendo que los jóvenes aprendan todo lo que ellos saben de toda una vida, en un mini curso, pero al menos se darían cuenta de la riqueza de lo que se realiza y que es digna de lucirse en todo el mundo.
Va mi propuesta para las escuelas, para las casas de la cultura, es parte de la herencia de nuestros antepasados, la influencia maya es evidente en el arte textil en diferentes etnias, y la estamos perdiendo, los colores, símbolos, diseños, cosas que aprenden desde pequeños nuestros indígenas a manera de juego para crear su propia indumentaria.
Huipiles, faldas, camias, rebozos, blusas, ceñidores, pantalones, chales, mantelería fina, con motivos y colores que muestran gusto por la vida y la naturaleza: mariposas, aves, flores, símbolos en colores rojo, azul turquesa, amarillo, morado, rosa, cosas que hablan de la belleza de Chiapas.
Que se les enseñe a los preparatorianos a trabajar la laca, que aprendan a pintar con los dedos, aplicar esmalte con pinceles confeccionados con pelo de gato; es impresionante lo que algo de pintura y paciencia pueden hacer, en Chiapa de Corzo se ha mantenido esta tradición ancestral y es un placer ver las obras de arte que realizan en cofres, juguetes, vajillas, baúles, muebles, instrumentos
musicales y en las máscaras de los "parachicos", los europeos se quedan impactados y nosotros que lo tenemos cerca no lo hemos sabido apreciar y aprovechar.
El ámbar distingue a Chiapas, la resina atrapada en la tierra por millones de años con un bello color y cualidades únicas brinda la oportunidad a los artesanos de crear collares, anillos y dijes en diferentes estilos que van desde diseños prehispánicos hasta contemporáneos, es caro, pero bien podrían hacer lo mismo con materiales más baratos, el caso es que aprendieran ese extraordinario
arte.
Imagine que una joven con talento se enamore de ese trabajo y empiece a crear su propia línea de accesorios.
Lo que podría iniciar como una pequeña clase podría convertirse en talleres, exposiciones. Si un millón de alumnos hiciera un estilo de artesanía y se montara una exposición en los palacios municipales o en la entradas de las escuelas, en los parques, sería digno de más de una foto pa'l face, y a varios cientos de turistas les darían ganas de venir y sorprenderse con la grandeza del estado y lo más importante, gastarían sus valiosos dólares y euros e invitarían a muchos otros a
hacerlo.
Cambiando de chuleta, el carnal y Secretario General de Gobierno, Eduardo Ramírez Aguilar, junto con Neftalí del Toro Guzmán, planteó una serie de propuestas para la atención y solución de problemáticas que enfrentan organizaciones productivas y sociales de Tapachula, pero
en serio, no nomás de palabras.
Todos los costeños sabemos que Eduardo Ramírez es de los políticos que no hace distinciones en las regiones en el estado, al contrario, trata de que en todas se vea un crecimiento; ve el trabajo de las personas para definir de qué manera puede ayudar a apuntalar los logros de la gente y dar las facilidades para que la banda tenga oportunidades para carrerear la chuleta de una mejor manera.
Dicho en palabras del Toribio: "Eduardo Ramírez, es un aliado estratégico" dentro de la agenda política y de desarrollo para el impulso de acciones y programas que permitan atender las necesidades
más sentidas de la zona.
Durante el encuentro en donde se abordaron diversos temas relacionados con el seguimiento a las gestiones que realiza Del Toro Guzmán a solicitud de diversos sectores sociales y productivos, hizo un reconocimiento a la visión del gobernador Manuel Velasco Coello, por el fortalecimiento de las inversiones para la Frontera Sur y particularmente hacia Tapachula y Puerto Chiapas.
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