Unach y su nuevo rector
Rodrigo Ramón Aquino
Una de las principales ventajas de la llegada de Carlos Eugenio Ruiz Hernández a la rectoría de la Universidad Autónoma de Chiapas es que conoce el teje y maneje del engranaje universitario.
Más de 15 años de experiencia administrativa a nivel central le han permitido tomar las riendas y el control desde el primer día.
No ha tenido que recorrer las sedes ni las áreas que la conforman, en la tan consabida luna de miel luego de una elección, para tener una idea de por dónde empezar.
Prueba de ello es su resolución rápida y práctica de conflictos. Por ejemplo, el de la Facultad de Derecho de San Cristóbal de Las Casas, en el que la lucha interna por el poder había dejado sin clases a los universitarios.
El doctor Carlos les propuso a las partes en conflicto que para reanudar las actividades de la centenaria escuela propusiera perfiles para ocupar la dirección. Como no hubo consenso en ninguno, el rector decidió nombrar al doctor ambiental Marco Antonio Besares Escobar, quien no resultó ajeno a los docentes ni a la universidad porque desde hacía tiempo venía laborando en investigaciones jurídicas.
Otro botón de muestra fue la resolución de un conflicto similar en la sede de Playas de Catazajá, donde lo que estaba en disputa no era la dirección sino tiempos completos asignados y que no se concursaron. Ruiz Hernández volvió mostrar sabiduría al concursar los tiempos de manera cerrada, esto para beneficiar a los de casa.
Ahora, gran parte de sus energías están enfocadas en realización de los Foros para la Integración del Proyecto Académico 2014-2018, que se realizan en cada sede y facultad de la máxima casa de estudios de Chiapas, tal y como lo adelantó cuando aún era aspirante a la rectoría. Tiene como plazo 90 días para trazar el rumbo, que luego de la gestión en infraestructura de Jaime Valls, se puede prever esté enfocado en el fortalecimiento académico.
Otro dato que llama la atención en estos casi dos meses al frente de la universidad es que Ruiz Hernández abandonará la que se estaba convirtiendo en una tradición en las recientes gestiones: darle nombre propio a cada proyecto (el de Valls se llamó Gestión e Innovación para el Desarrollo —con diseño propio, colores y eslogan—). Para Ruiz Hernández el proyecto se llama Unach y su eslogan: “Por la conciencia de la necesidad de servir”.
Ágora
La Comisión Federal de Electricidad no respeta ni a la Virgen, menos que condone adeudos a los simples mortales.
Y que sin persignarse ni decir agua vendida va, la paraestatal cortó el suministro eléctrico a los edificios públicos de mi querido pueblo Tuxtla Chico por un adeudo superior a los 10 millones de pesos.
Usted dirá cómo es que no se tentó el corazón la CFE, sobre todo cuando se desarrolla la principal fiesta patronal (en honor a la Virgen de Candelaria), bueno la culpa es del presidente Mario Humberto Solís, quien no mostró voluntad de llegar y respetar acuerdos de pago y, por el contrario, decidió ordeñar la luz.
Así como lo lee, a este edil se le hizo fácil ordenar al personal del ayuntamiento instalar los popularmente conocidos como “diablitos” cuando las cuadrillas de la comisión hacían su trabajo.
Con este proceder Solís no sólo deja en penumbra la festividad del pueblo sino que se ha hecho acreedor a una demanda por delitos federales.
Corrillo
No es secreto que a Fernando Castellanos no le desagrada que lo comparen con el gobernador Manuel Velasco (lo que no está mal si finalmente es su gurú y padrino político). Al principio hasta parecía que él mismo se esforzaba para que hicieran las consabidas similitudes (algunos llegando incluso a llamarlo el Güero Castellanos). Afortunadamente para él y su carrera, poco a poco ha ido agarrando su propio estilo. Pero ahora, con la simbólica clausura de Proactiva, uno no pude dejar de recordar una acción similar del entonces senador Velasco cuando clausuró, también simbólicamente, la estación de Pemex en Tapachula. Tuvo la bola frente a la puerta y namás le dio el toque.
Contacto:
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