A ELLA LE GUSTA LA GASOLINA (A HACIENDA, CLARO)
Por Ronay González
El Recuerdo, así se llamaba el restaurante en donde trabajé por muchos años y al que por cierto recuerdo con especial amor y alegría. Ahí hice grandes amigos, pero además entendí algunas cosas de la vida de los negocios. Hacer una pizza es relativamente barato y se puede vender hasta en cinco veces lo que cuesta producirla, en realidad nadie reclama nunca por el precio, mucho menos cuando está rica, doradita, calientita; si viene acompañada de una buena cerveza es la gloria.
Lo mismo pasa con la mayoría de los productos, los que se venden más caros no necesariamente es porque su costo de producción sea mayor que el de los otros, es un sinnúmero de cosas las que definen los precios, las preferencias, la temporada, la moda, hasta el clima.
Algo similar pasa con la gasolina (no sé por qué siempre empiezo hablando de comida). Hasta el mismo presidente Enrique Peña ha reiterado que “gracias a la reforma energética los precios de la gasolina no han subido”, afirmación que no deja de sorprenderme, porque en el fondo, es como las pizzas, su precio nada tiene que ver con lo que cuesta hacerlas.
El precio internacional del petróleo ha caído más de la mitad en los últimos doce meses, ¿cómo es entonces que la gasolina en México es incluso más cara que en 2014?
Según los que saben, el punto de partida para entenderle a este asunto es el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios [IEPS] y el Impuesto al Valor Agregado [IVA], que de manera conjunta inciden directamente en el precio de la gasolina de la siguiente manera:
$ 36 centavos y $ 43.92 centavos por litro de Magna y Premium, respectivamente.
$ 10.38 centavos por cada litro, con independencia de su calidad.”
¿No le entendió? No lo culpo, a manera de ejemplo así está la cosa: supongamos que en México la gasolina Premium cuesta $14 pesos. Si el precio internacional del petróleo representara $12 pesos del mismo litro, el IEPS sería de $2 pesos, así ambos conceptos sumarían $14 pesos. Sin embargo, como en la actualidad el precio del petróleo es mucho menor -supongamos que representa $4 pesos del litro de gasolina-, entonces el IEPS asciende a $10 pesos (de nuevo la suma es de $14 pesos). Este impuesto de $10 pesos evita que el precio baje a la par de las variaciones en las cotizaciones mundiales del petróleo.
O sea que si el mundo compra gasolina barata es su problema, el nuestro es que siempre la compraremos cara, como una especie de maldición, claro que una maldición muy a modo porque no es más que una medida recaudatoria y adivine qué, Hacienda ama la gasolina, es una de las hijas que más lana le deja.
En el primer trimestre de 2015 los ingresos del gobierno federal por ese concepto rondaron los $61 mil millones de pesos, que es el doble de lo recaudado por cigarros, bebidas alcohólicas y alimentos chatarra; mire que ganarle a al vicio esta muy, pero muy difícil.
Lo que me molesta es que esto nunca nos lo dejaron claro cuando nos vendieron la idea de la reforma energética y la gasolina más barata, esto es tan fácil como que la gorda del barrio (o yo) baje de peso, o que la chismosa de la cuadra deje de serlo.
Son engaños que nos pegan a todos, pero a todos, simplemente porque somos consumidores de bienes y servicios en cuyo costo de producción se ve reflejado el de la gasolina, siempre.
Así que ya ni se ilusione, mejor camine más o pida raite, será la única forma en que sienta un ahorro en la gasolina que consume su vehículo, al menos por el momento, se supone que en años venideros vendrán nuevas condiciones, aunque yo ya no me fío porque en estos casos las letras chiquitas suelen ser casi invisibles.
Cambiando de chuleta, les comento que de la preocupación, la gente pasó al agradecimiento. Hacía años que los efectos del llamado “mar de fondo” no dañaban tanto a las comunidades costeras, sobre todo las que están bajo el nivel del mar (sí las hay, no estoy loco).
La pronta reacción de las autoridades ayudó a que las comunidades pudieran regresar a la normalidad. Visto está que cuando la plebe se pone a trabajar y las autoridades les echan los kilos todo es más fácil y se termina más rápido.
En cuanto estén listos los restaurantes de Puerto Madero hay que ir a comer, y aprovecho para solicitarle a mis amigos palaperos que no vayan a querer recuperar las pérdidas en una sentada, entendemos que es complicado pero tampoco nos asusten subiendo demasiado los precios porque menos llega la gente.
En otra chuleta me da mucho gusto que el programa Pintemos tu escuela, implementado por la Fundación “Construyendo Oportunidades para la Gente” siga apoyando para que nuestros chamacos estudien en lugares más dignos. Esto aunado a los programas de atención médica gratuita, exámenes de la vista y donación de lentes, análisis clínicos, cursos, talleres, seguros de vida para transportistas, en fin, otra prueba de que trabajando todos se logran cosas grandes.
Según me comentó el carnal Carlos Orella, las acciones desarrolladas por esta asociación hasta el momento han permitido beneficiar a más de 3 mil personas con sus diferentes programas, principalmente en esta zona del Soconusco, enhorabuena, todo lo que se haga para que todos salgamos adelante de una forma más equitativa será siempre bienvenido.
Aunque también en la capital Tuxtla Gutiérrez se han dado buenas cosas, por último le chismeo que Fernando Castellanos anunció que deja la lista de plurinominales, y mire que renunciar a esas cosas es para provocarle diarrea a mas de uno que sueña con ser diputado sin caminarle, qué bueno que el amigo se decidió por el contacto con la gente. Son buenos augurios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario