Observatorio ciudadano: Urge presencia

Comentario Zeta

Por Carlos Z. cadena
El Coordinador de Observatorio Ciudadano, que dirige Jorge Lara Pérez, cuya estrategia de difusión se encuentran manifestada en diversas paredes y espacios de Tapachula, cómo un llamado a la población para defenderse de los políticos corruptos y de la mala aplicación del ejercicio del servir a sus semejantes, podría ser el organismo ciudadano por excelencia para transformase, en una “Contraloría social de la gente de Tapachula”, para que a través del mencionado “Observatorio Ciudadano”, la gente acuda a quejarse y denunciar sobre los innumerables promesas incumplidas del alcalde en turno, Ezequiel Orduña Morga, para contar con un catalogo de promesas incumplidas y sobre todo de obras que señalan se hicieron y nunca se empezaron, además del fenómeno de las obras inconclusas.

Tal señalamiento no las envía el señor Ricardo Armendáriz Laparra, vecino de la popular Colonia 16 de Septiembre, donde exige que sea el mismo pueblo, que haga sus denuncias respectivas y nos pide la ubicación en donde se encuentra la oficina de “Observatorio Ciudadano”, de la que dice es un organismo que tiene mucha credibilidad, y el señor Armendáriz.

 Laparra, tiene mucha razón, no hay mejor solución a un problema social, que lo denuncie la propia ciudadanía, pero llevando una estadística de donde falló y existe presunción de corrupción del gobierno del “cheque falso”, que según los propios funcionarios locales, su próximo domicilio será en Tuxtla Gutiérrez, donde compró una residencia, para evitar las deudas que tiene con sus proveedores y las promesas incumplidas de obras de la zona alta y las colonias populares.

Si algo ha fallado en Tapachula, en los últimos años, es que hay un total desinterés, desgano y hasta “importamadrismo” dentro de la población, por esos alcaldes que van y vienen y resultan ser la misma gata revolcada, porque si analizamos detalladamente observamos que curiosamente en los dos últimos sexenios, el pillaje y saqueo de alcaldes de Tapachula, ha sido desvastador, lo que obliga a reflexionar de que está ocurriendo, los dejan robar para tenerlos “aplacados” con estrategias meramente electorales, y lo más extraordinario es que en Tapachula, las componendas provienen tanto de alcaldes del PRI cómo de la alianza PAN-PRD Panal. O sea el elemento humano es el que falla y no las ideologías partidistas que son utopía pura.

Lo perverso del asunto es que aparte de facilitarle que “metan las manos al presupuesto los ediles”, quienes pagan los platos rotos es precisamente esa población desinteresada, porque aparte de que no hay desarrollo, sufrimos arrolladoramente el problema de la eficientización de los servicios públicos que debe de tener una ciudad estratégica cómo Tapachula, porque todos los años, casualmente son los mismos espectros citadinos, que padecemos: La falta de agua potable, el problema de la basura, los baches y hoyancos de la ciudad, el aumento del ambulantaje, la falta de urbanización y un etcétera largo.

Aunque no lo aceptemos los Tapachultecos alcahueteamos a nuestras autoridades municipales, porque si fuéramos una exigente población con sus autoridades locales, no estaríamos sufriendo las calamidades de todos los años con lo principal que es la eficiencia de los servicios públicos municipales, pero en cambio, si reclamamos lo justo y lo que esta chueco al unísono Tapachula, sería otra clase de ciudad. Seamos sinceros, somos una sociedad conformista y mientras se siga en este camino, los escenarios municipales seguirán muntiplicandose.