Por. Oscar Ballinas
Lo que se ve no se juzga; el esfuerzo titánico de la administración municipal que preside Emmanuel Nivón González, sigue caminando ‘contra viento y marea’, esquivando algunas críticas destructivas el alcalde tapachulteco responde a ellas con hechos, no con palabras.
Si bien es cierto que con las lluvias pasadas el número de hoyancos aumentó en las calles de la ciudad, también es cierto que el único pecado del actual gobierno municipal de Tapachula, fue haber recibido una administración en ruinas y una diversidad de ‘obras públicas chafas’, como en el caso de la pavimentación hecha con la ‘maquinaria del siglo’ a la que llamaron ‘dragón’, que no hizo más que encimar chapopote sobre el que ya estaba, provocando en algunos casos que la altura de las banquetas quedara muy por debajo de las vías ‘arregladas’.
No obstante el joven alcalde tapachulteco no se arredró en ningún momento ante el reto de echarse sobre los hombros esa responsabilidad, “Vamos a darle brillo a la Perla”, insistía en su campaña y empezó hacerlo al sentarse en ‘la silla china’, aunque algunos se empeñen en denostar el trabajo del edil y su equipo, la mayor parte de los ciudadanos reconoce que no se equivocaron en haber elegido a Emmanuel Nivón González.
Dejando atrás el programa de las ‘Calles para siempre’, que es el distintivo del gobierno nivonista, están las distintas obras que como abanico se han abierto hacia el norte, sur, poniente y oriente del municipio tapachulteco; recientemente se dio a conocer la inversión de más de 16 millones de pesos para pavimentación mixta de calles en la colonia Palmeiras, donde además se hará un alcantarillado sanitario y el dren pluvial.
Los recursos que se utilizarán en esta obra prioritaria son una mezcla de los apoyos federales, estatales y municipales, buscando con ellos ampliar los beneficios para que estos lleguen a más familias tapachultecas; sin olvidar que se trabaja en el rescate de espacios públicos, la rehabilitación completa del bulevar Akishino, así como las calles de las colonias Nuevo Milenio, Pobres Unidos y Procasa que se desprenden de un fondo millonario con el que se busca cambiarle el rostro a la Perla del Soconusco y abatir la pobreza patrimonial.
Hay que reconocer que no todo ha sido ‘miel sobre hojuelas’, el ‘sol no se puede tapar con un dedo’ y para nadie es secreto que aún hay muchos problemas que faltan por resolver en Tapachula, como en el caso del funcionamiento de cientos de negocios del ‘giro rojo’ que desafortunadamente ahora están bajo la tutela de la Secretaría de Salud Estatal, y que mucho daño están causando a la sociedad.
El sistema de limpia no puede operar conforme a las necesidades que exige la población porque recibieron un parque vehicular en ruinas, el mismo Secretario de los Servicios Públicos ha manifestado que para funcionar en un 99 por ciento sería necesario contar al menos con 40 carros recolectores, actualmente apenas tienen 9 de ellos; quizás la privatización de este servicio podría resolver el problema, sobre todo tomando en cuenta que actualmente la mayoría de la gente utiliza a los tricicleros para tirar su basura, pagando diariamente entre 5 a 10 pesos.
El alumbrado público difícilmente puede llegar a todos los rincones del municipio, principalmente por el adeudo con la CFE es millonario que heredaron de la administración pasada, problema que no es privativo de Tapachula, sino de casi todos los municipios fronterizos.
Al inicio de las nuevas administraciones municipales, los alcaldes sostuvieron una reunión con funcionarios de la CFE y la Subsecretaría de Gobierno del Estado, acordándose en ese entonces que la administración estatal pagaría los adeudos pendientes y los alcaldes recién nombrados cubrirían el pago del servicio de energía eléctrica que utilizaran a partir del mes de enero del 2011. Lo que ahora se sabe no ha sucedido así, ignorándose qué pasó con ese acuerdo.
En el renglón de la seguridad tampoco se puede ‘echar al vuelo las campanas’, aunque Nivón González ha destrabado varios nudos y puesto de patitas en la calle a malos elementos, implementado la profesionalización de los que quedaron, amen de darles un trato digno con un salario más decoroso, ha bajado muy poco el índice de violencia en las calles, donde los crímenes, asaltos y fomento de la drogadicción no parecen tener llenura.
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