Por. Rodrigo Ramón Aquino
Si todo sale conforme a lo previsto hoy inicia el levantamiento de las 6 mil opiniones que determinarán quién será el candidato a la gubernatura de Chiapas por el Movimiento Regresista, perdón, Progresista (con P de Peje, no se apen…). A las encuestadoras Nodo y Covarrubias todavía no se le acaba la contentura de haber declarado empate técnico entre María Elena Orantes López, senadora independiente, y Yassir Vázquez Hernández, presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, porque ese pequeña, ligerita ocurrencia, qué tanto es tantito, les ha permitido echar a sus sendas bolsas otros 500 mil del águila, que responsablemente pagarán los partidos políticos para no afectar la economía del pueblo (ah, te creas).
Pero, bueno. Será entre hoy y mañana que se haga esta talacha, con la característica de que esta vez no habrá margen de error, pues con una sola pregunta que haga la diferencia: habemus candidat@. Los resultados, como ya seguramente sabe, pero si no sabe diga que lo leyó en El Canshape, la columna más encantadora de la comarca, se darán a conocer el próximo jueves con la promesa de ser respetados con toda la madurez política que amerita el caso (¡oyesamamada!), tanto que el que no gane apoyará, casi yendo de la manita, al abanderado para consolidar ese gran proyecto de las izquierdas chiapanecas (hasta me sangró la lengua, me cae).
La diferencia sustancial entre María Elena Orantes López y Yassir Vázquez Hernández es que particularmente la primera es política y el segundo funcionario público. La primera no ha tenido ninguna experiencia de gobierno y el segundo ninguna experiencia legislativa. La primera es mujer y el segundo hombre (y eso quéeee; tiene razón, canshapelector, en este punto no me pele). De ser los candidatos y de ganar la elección de julio próximo, la primera iniciará un proyecto completamente nuevo, aprenderá de cero a gobernar, a servir literalmente y ya no sólo a levantar el dedo para aprobar o desechar iniciativas de ley (experiencia que desde luego sería de utilidad en un gobierno); el segundo, lo ha insinuado tantísimas veces que casi es seguro, dará continuidad al proyecto sabinista. De ahí que la gran pregunta que debe hacerse antes de opinar en la encuesta es: ¿Considera que la gestión del gobernador Juan Sabines es buena, lo suficiente para permitir el desarrollo social y económico del estado, reducir la brecha de la desigualdad, avanzar en salud pública y educación? Si su respuesta es positiva entonces no lo piense más y vote por Yassir, pero (chan chan chan chan) si su respuesta es, no digamos negativa, sino “no positiva”, entonces podría considerar la alternancia del proyecto.
Cuando el priísta Mariano Díaz Ochoa buscaba la presidencia municipal de San Cristóbal de Las Casas recibió la ayuda de su amigo Marco Antonio Cancino, dirigente de la iglesia evangélica la Gran Roca, quien como buen samaritano le prestó una propiedad ubicada en el centro histórico para que fuera su centro de operaciones en campaña, además, y sin ningún empacho, lo apoyó con dinerito que olía a donativos de fe y le garantizó el voto corporativo, nomás pa no dejar. Ya ve cómo son de buena gente los evangélicos. Pues bien, como hombre agradecido, conmovido por la generosidad cristiana, Mariano le autorizó a su amigo el derrumbe de la casa y la construcción de un auditorio o templo para la evangelización (Licencia de Construcción 133/SCLC/2009, de fecha 10 de septiembre del 2009), importando poco que esto esté rotundamente prohibido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia al ser SCLC una ciudad colonial, pues después de todo cómo negarle tan insignificante pedimento a alguien que prácticamente tiene el cielo asegurado. Que por qué le recuerdo esta historia de auténtica amistad y fe. Bueno, será porque Marco Antonio Cancino ahora busca la candidatura a la presidencia municipal por el PRI-Verde (no sabemos cómo, pues se supone que los líderes religiosos no deben ser candidatos a ningún cargo de elección popular), mientras que a quien le están achacando el daño al patrimonio arquitectónico de la ciudad es a la alcaldesa Cecilia Flores Pérez. Qué perversos y pecaminosos han de ser, entonces.
La Procuraduría de Chiapas dio a conocer en comunicado oficial que decomisó equipo de cómputo al enlace en Chiapas de Wise Interactions, empresa contratada para llevar a cabo una campaña telefónica de incitación a la violencia en contra del senador Manuel Velasco Coello, la misma que fue denunciada por diversos ciudadanos. Hasta ahí todo bien. Se aplaude se investiguen las acciones que pongan en riesgo la paz social. Lo interesante del caso es que el supuesto enlace es David Manrique López Narváez, nada más y nada menos que el hermano de la mamá de la senadora María Elena Orantes López. Interesante, ¿no cree? Pues bueno, ante este panorama hay dos posibles explicaciones: la primera y, obvia, es que conociendo de oídas la fama de la familia Orantes, que no es precisamente pacifista, uno deduce que queriendo hacerle favor a la senadora que buscaba la candidatura del PRI querían asustar al Güero y a sus simpatizantes. La segunda es que dadas las actuales circunstancias, a la que ahora se esté queriendo asustar sea a la propia Nena para que desista en su intento de lograr la candidatura progresista. Y pues al tiempo//Recuerde que El Canshape es un sitio encantado de Tuxtla Chico…
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