viernes, 10 de febrero de 2012

Turbo-Crónicas

El Anarquista -Neurótico 

Por. Marco Aurelio Carballo 
A ver, se dijo, Feldespato, si soy perredista o priista, sin pensar en los partidos de juguete, ¿qué diablos me interesa cuanto hagan los aspirantes a la candidatura panista? Si ellos disponen de un sistema particular según el cual seleccionan a su candidato, ¿qué pitos tocamos los demás en esa fiesta? 

¿Por qué habrían de ser de interés general sus actividades? A mí, ¿qué me importa el blablablá de la señora con voz de locutora monocorde o el güerito desangelado o quien carece de todo como para ocultar lo desagradable que dice en las fotos o en la tele? Ni siquiera tienen la gracia o desgracia de cometer disparates a lo Truman Copetes. Es como oír el parloteo de los cretinos cuando tratan asuntos personales por el teléfono celular. 
Feldespato se preguntó cuántas y cuáles notas informativas se desechaban para darle cabida a las inanes propuestas o a los ataques pueriles del trío de grillos brincando de un lado a otro. 

Él sospechaba que tales expectoraciones no eran reducidas a su mínima expresión, sólo para lectores o espectadores panistas deseosos de enterarse de las tediosas actividades de sus tres precandidatos. Sí, suena justo, y a Feldespato le habría importado un diputado matraca. Serían noticias desechables así como desecha otras que no lo hacen vibrar ni con electrochoques. Sí, las ha venido desechando aunque ya lo colmaron de humores negros el plato. 

También rehúye enterarse de las etapas por venir. De reojo lee o apenas si oye sin escuchar a los voceros del organismo burocrático provistos de sueldazazazos cuando divulgan las reglas grotescas para los candidatos. O actúan así o asá y en un tiempo tal o cual y sin la menor posibilidad de hacer esto o lo otro, so pena... Sin frescura. Sin creatividad. ¡Sin golpes bajos! 

Pinche país, se dijo Feldespato. Un posible volado estaría sujeto a que no se cumpliera la profecía del fin del mundo. Cierto, el mundo aún no se va a acabar, según los científicos aguafiestas, pero ¿quién nos asegura que nuestro mundillo correrá igual suerte de sobrevivencia? ¿Nuestro mundillo el de la democracia incipiente encasquillada por dos gobiernos de persignados? Toco madera, se dijo Feldes, un anarquista neurótico limítrofe, pero anarquista neurótico esperanzado, y se infligió dos cocos en la tostada y llovida coronilla. Hay algo peor, se dijo. Después de las elecciones, ¿habrá alguna copa mundial de fut?

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