Por. Víctor M. Cruz Roque
vmcruzroque@hotmail.com
El mensaje que ofrecerá al pueblo de México el presidente de la República Enrique peña Nieto mañana lunes desde la residencia oficial de Los Pinos, con motivo de su primer informe de trabajo y de gobierno, necesariamente deberá contener una palabra clave: unidad. El jefe del Ejecutivo federal tiene el compromiso de convocar a los mexicanos, a mantener la suficiente cohesión social para garantizar la gobernabilidad como elemento indispensable para preservar la constitucionalidad en que vivimos. El libre tránsito de las expresiones de muchos grupos contestatarios a las intenciones oficiales para concretar las reformas planteadas, no deben alterar las vías institucionales de entendimiento. Las fauces del México bronco no deben abrirse por ningún motivo ni bajo ninguna circunstancia, porque entonces el país corre el riesgo de retroceder un siglo, si lo ubicamos en la cronología, o caer en un abismo de violencia si lo catalizamos en la confrontación estéril.
En el Distrito Federal, enclave político, económico y de representación nacional, diversos grupos sociales han encontrado paralelismos de protesta: ya no solamente son los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación; se han sumado sindicalistas del SNTPRM, de la UNAM, militantes de rescoldos izquierdosos, colonos de Atenco, ciudadanos sin militancia, en suma, se ha constituido un no despreciable conjunto protestante que advierte con crecer. Y ese es el riesgo inminente, ya que en el extremo se encuentran otros que han elegido vías que no son la calle sino la clandestinidad y lo peor, portan armas.
Unidad, lo esencial.
Vamos a definir la unidad-que no uniformidad-en términos sociopolíticos, como la condición o propiedad que debe prevalecer en un conjunto humano para posibilitar acuerdos y consensos que permitan la instauración y prevalencia de los intereses comunes por encima de los particulares, siempre en búsqueda del bienestar colectivo. Por eso en las actuales circunstancias, la unidad es esencial si de garantizar la armonía se trata. Y si de imponer, manipular, transgredir el mandato constitucional y conculcar la soberanía depositada por el pueblo de acuerdo a los cánones democráticos cursados se trata, eso es otra cosa y es ahí donde el advenimiento de la violencia encuentra rendijas para hacerse presente.
Nadie debe creer dogmáticamente que posee la verdad absoluta, porque entonces cierra posibilidades de entendimientos. Ni dogmas ni absolutismos deben tener cabida en este México de hoy, donde la pluralidad y la diversidad de ideas e ideales nutren eso que entendemos como democracia.
Las expresiones.
En términos partidistas tenemos claro que las instituciones establecidas-los partidos políticos-no representan integralmente a la sociedad, pero es la ruta construida y por ello a sus decisiones tenemos que atenernos. Ante la inminencia de aprobar reformas de carácter educativas, energéticas y hacendarias, surgen núcleos sociales inconformes y son los que hoy se manifiestan en la capital del país. Y aunque los anima intereses disímbolos, el hecho de compartir espacios geográficos y motivaciones oposicionistas, en determinado momento se une creando a su vez una masa de considerable densidad social. La inteligencia del Estado debe tomar en cuenta el fenómeno anterior e inscribirlo precautoriamente a la hora de aplicar las normas jurídicas que nos rigen.
Las agencias informativas han dado cuenta de que similares de varias entidades se han sumado a las movilizaciones en la capital del país, aunado a ello, la emergente figura de líderes de opinión, con peso político específico como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, algunos intelectuales y académicos de renombre, además de los dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional encabezados por López Obrador quienes han anunciado que el 8 del presente saldrán a hacer lo suyo en las calles. Todo esto crea una combinación social altamente explosiva de consecuencias previsibles.
El re-acceso del PRI al poder central del país tiene frente sí un reto histórico y por ello debe actuar con sapiencia y meticulosidad, con sensibilidad manifiesta, con equilibrio y serenidad a la hora de aplicar el llamado principio de autoridad, que le es legal pero ¿también le es legítimo?.
Los impulsos.
Frenar las manifestaciones sociales contestatarias con los instrumentos jurídicos al alcance del Estado y bajo procedimientos policiaco-militares, es, como lo han expresado voces como la de Amnistía Internacional o de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, la última opción. Pero, ¿Quién determina cual es la última opción? ¿Bajo qué parámetros se determina?. Ese es el punto que anuda y enreda nuevamente las posibles soluciones apegadas a cauces de civilidad y entendimiento. Sobre todo porque se ha producido un estancamiento, un no a la cesión de las partes, reduciendo los márgenes de negociación y creando un lamentable circulo vicioso.
Las miradas acuciosas de la opinión pública internacional, de gobiernos y de sectores sociales que mantienen intereses sobre todo económicos en el país, están dando seguimiento puntual al conflicto generado. Muchos de sus representantes estarán en territorio nacional con motivo del primer informe presidencial, lo que agrega un elemento más que debe considerarse en la búsqueda de soluciones en lo que podemos denominar derecho humanitario.
Por lo pronto hay que detener los impulsos de la línea dura, corporizada en las cúpulas de la iniciativa privada, de algunos personajes identificados con la extrema derecha, del conservadurismo social-que también existen-y de aquellos a quienes no se les ha logrado exorcizar el espíritu del expresidente Gustavo Díaz Ordaz, cuya voz desde el mas allá estará recomendando el uso de la fuerza.
La generación de espacios para el entendimiento, ceder para convencer, darle cause al sentir de la sociedad mediante procedimientos de consulta sobre qué, cómo y hacia donde se debe avanzar, es la mejor alternativa. Que se manifieste la democracia, ese es el camino.
EN CONCRETO.
Para quienes colaboramos y sumamos nuestro esfuerzo para hacer posible este su Diario de Chiapas, es motivo de orgullo y satisfacción el reconocimiento que el Club de Periodistas Primera Plana le hizo a nuestro director general licenciado Gerardo Toledo Coutiño. El merecido galardón que recibió el timonel de este rotativo, además de otros medios importantes como el Semanario El Peninsular y del programa radiofónico Chiapas a Diario, prueba de manera fehaciente que la empresa que edita este Diario y sus filiales, se ha mantenido en el ánimo de la sociedad, por los servicios profesionales de información que aporta y porque se ha constituido en un referente del trabajo arduo desde hace casi cuatro décadas. El gran patriarca Don Enrique Toledo Esponda y su hijo Jorge Toledo Coutiño (Q.E.P.D), donde quieran que se encuentren, seguramente se sienten satisfechos porque su obra, a la que le dedicaron todo su tesón, su dedicación y entrega, se encuentra hoy a buen resguardo y en manos que concentran toda esa energía incansable que le impregnaron a lo largo de sus vidas.
El honor, es la flor del árbol sembrado en el surco del trabajo y la perseverancia. Y aquí se cumple esa proclama de vida que se resume en lo que es hoy este su Diario de Chiapas.
APUNTES.
++Marcelo Ebrad Casaubón, ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal y promotor de una agrupación de respaldo a sus aspiraciones políticas futuras, entre las que destaca primero el liderazgo nacional de su partido el PRD, canceló su visita a Chiapas programada para el próximo jueves 5 del presente. ¿El motivo?, ese mismo día también lo hará el dirigente formal del Movimiento de Regeneración Nacional Andrés Manuel López Obrador, trascendió.
Ebrad, se asegura que declinó a sus intenciones de promover en Chiapas su nueva asociación denominada Izquierda Renovadora para “no caer en confrontaciones” con su antiguo amigo y aliado político, lo que en muchos despertó suspicacias y comentarios toda vez que no es la primera vez que el ex gobernante capitalino evade encontrarse con el polémico AMLO.
Actualmente el identificado desde siempre con Manuel Camacho Solís, se dedica a buscar la dirigencia nacional del PRD y desde ahí crear su plataforma político partidista rumbo al 2018.
Es todo, gracias.
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